Con carteles que piden justicia para «Niña Cielo» y «Niña Azul», dos casos emblemáticos de abuso sexual en la infancia de la provincia, entre muchos otros más, las fundaciones Al Fin Justicia y Vínculos Más Sanos acercaron la disertación de dos renombrados referentes nacionales: Enrique Stola, médico psiquiatra, especialista en Psicología Clínica y experto en violencia de género y agresiones sexuales contra las infancias; y Liliana Hendel, periodista feminista, quienes realizaron un llamado de atención, principalmente en las instancias judiciales, para lograr una defensa efectiva de los derechos de las infancias.
Para fundamentar esta premisa, Rocío Alvarado, fundadora de Al Fin Justicia y organizadora del encuentro, explicó: «Como sobrevivientes de abuso sexual en la infancia hemos conformado esta fundación para seguir luchando y visibilizando este delito que es un horror, que arrasa la vida de la víctima», indicó. Seguidamente, explicó que «estamos acompañando a madres protectoras y a sus hijos, que han sufrido abuso sexual, y lo que nos preocupa profundamente es que cada vez que esto pasa y es denunciado, la Justicia descree, la Justicia criminaliza a las madres, no oye al infante», aseguró. En ese sentido afirmó: «Nos está pasando permanentemente en casi todos los casos y la verdad que nos parece una barbaridad porque es violatorio de nuestro derecho internacional que tiene a los niños como primeros seres a ser protegidos», recordó. Asimismo, señaló que esta situación se da tanto en el fuero de familia como en penal. «Sabemos con nuestra propia vida lo arrasador que es, la tortura que es y lo difícil que es salir de acá. Así que le pedimos por favor al cuadro judicial que se ponga la fila y que haga lo que tenga que hacer», instó.
Una de cal,
otra de arena
A su turno, el especialista Stola en primera medida destacó que, en la provincia, el Tribunal Superior de Justicia «ha abierto brechas en el mundo occidental y cristiano, con dictámenes que avalan lo que tantas y tantos agredidos sexualmente están buscando en los países del primer, segundo, tercer mundo, que es el derecho al tiempo, que el Poder Judicial respete que, quienes han sido víctimas, hablen y denuncien cuando puedan, no cuando el Poder Judicial quiere o las y los legisladores se les ocurre, sino cuando se encuentran en condiciones, no importa que tengan 20, 30, 50, 70 años», dijo en referencia la imprescriptibilidad de este delito. «Este Superior Tribunal ha tenido fallos realmente de adelantada que sirven de jurisprudencia mundial y son muy sólidos», destacó.
No obstante, sostuvo que «me llama la atención que existiendo un tribunal superior que puede producir estos dictámenes, estos fallos que abren camino a tantas personas sufrientes, existan por debajo tantas otras que les cuesta creer a niñas y a niños y que son un sostén de la violencia vicaria, son el sostén de la violencia institucional contra las madres, contra las niñas y niños», cuestionó.
violencia machista
Para dimensionar la problemática el especialista citó que «la violencia es un problema de hombres que sufren las mujeres y las agresiones sexuales y el abuso sexual contra niñas y niños es un problema de hombres fundamentalmente, que sufren las niñas y los niños». En este punto mencionó el emblemático caso Lucio, como excepción: «Este hecho mostró fuertemente, a nivel mediático, que las mujeres también pueden ser agresoras sexuales, pero las estadísticas a nivel mundial muestran que entre el 95% y el 97% de las agresiones sexuales las realizamos los hombres, los machos», afirmó y explicó: «Cuando digo machos, es el sujeto político del patriarcado y el macho está aquí, en Colombia, en París, en Bélgica, en Nueva York, en todo lo que es la sociedad patriarcal», explicó y añadió: «Machos son los tipos que son muy conscientes del ejercicio del poder masculino y del ejercicio de la dominación masculina».
Asimismo, Stola añadió: «Cuando hablamos de agresiones sexuales a las infancias, entre el 54% y el 57% son relaciones incestuosas. Las hace el progenitor, el padre, o el abuelo. Luego aparecen otras relaciones: los docentes, los curas y otros personajes, vecinos, etcétera», precisó y resaltó: «Está fundamentalmente dado dentro del grupo familiar. Entonces, así como el lugar más peligroso para las mujeres es la propia casa, porque es donde son golpeadas, asesinadas, violadas, etcétera. También es el lugar más peligroso para niñas y niños, porque allí se produce el incesto paterno filial y las relaciones incestuosas y los ataques de abuelos con nietas y nietos», aseveró.
Hipotecados por
el poder judicial
Según resaltó el especialista, tras estos ataques comienza un nuevo calvario tanto para la víctima como para quienes creen y denuncian: «Cuando una madre escucha a sus hijas o hijos va a pasar a ser madre protectora, se va a identificar con eso, denuncia y va al Poder Judicial, donde existe un sector hegemónico, que domina, que es machista, absolutamente patriarcal», indicó. No obstante reconoció: «Tenemos un sector, que es minoritario, pero que a veces logra el apoyo de dictámenes como el que ha producido aquí el Poder Judicial del Tribunal Superior, que son personas sensibles y además pueden tener o no formación en perspectiva de género, pero que son personas que empatizan con el dolor», señaló.
Al ampliar su descripción, Stola sostuvo: «En el sector hegemónico es claro que hay esa clásica burocracia o una actitud militante del machismo. He visto aquí acciones y dictámenes, resoluciones de asesoras de menores de edad, de fiscales, por ejemplo, la verdad que es una vergüenza, son para el manual del ejercicio del machismo ejercido por mujeres. He visto algunas resoluciones de juezas desconociendo medidas de protección que me parecen absolutamente perversas», consideró.
En este sentido ilustró: «Las mujeres entran a un espacio institucional de sospecha, salvo un buen juzgado, que son minorías, y esto ocurre en todas las provincias, en todo el mundo», comparó y advirtió que «a partir de ahí, la vida de la mujer pasa a ser hipotecada por el Poder Judicial. Durante años hacen todo lo posible para proteger a sus hijos de los agresores sexuales denunciados y, a la vez, el poder hegemónico, machista en el Poder Judicial, está actuando contra ellas, sumado a abogadas y abogados machistas que suelen defender a los agresores, que meten mil denuncias y medidas. Y llega un momento que las mujeres no tienen ni medios económicos, están fundidas», comentó las características propias de la situación. «Hay letrados que toman este acaso sin conocer absolutamente nada, cuando esto es claramente una especialidad y las hacen perder tiempo, dinero, cambian de abogado, las estafan», describió.
A su vez indicó: «Lo que caracteriza a las madres protectoras es que siempre pasan por varios abogados porque son sumamente desgastantes y lo que caracteriza a los agresores sexuales es que generalmente tienen un solo abogado, una sola psicóloga, porque están amparados por el poder institucional, por el Poder Judicial», calificó.
Al continuar con su alocución indicó que «además quien carga con los chicos, con las enfermedades, las atenciones, con el colegio, etcétera, son las madres. Y los tipos tienen todo el tiempo disponible para pensar las agresiones y denuncias y cautelares que van a meter», contrapuso. En este punto mencionó el caso de la «Niña Cielo», que tiene 20 cautelares y aseguró: «Esto es violencia de los machos, y sólo se puede sostener con el Poder Judicial. Y eso se llama violencia institucional», definió.
A todo esto el especialista aportó: «Súmenle la violencia económica que sufre la madre protectora, la violencia psicológica y la amenaza permanente de arrancamiento de sus hijos que se llama violencia vicaria, que es la violencia contra estas madres a través de los chicos, y es algo que está aumentando en todo el mundo. En los países del norte, toda Norteamérica, Colombia, México, España, Francia, Chile, Uruguay, aumenta el arrancamiento de la madre protectora de sus hijas e hijos», advirtió.
A modo de cierre, el especialista manifestó que «esto es parte de lo que ocurre dentro del Poder Judicial, es parte de un castigo a las mujeres, obviamente sostenido por el Poder Judicial, que no funciona como un elemento de protección ante la injusticia, sino que funciona como un elemento de fuerte violencia contra aquellas y aquellos que se atreven a denunciar las relaciones incestuosas».
El backlash
Durante su disertación Stola aseguró que, al igual que las madres protectoras, profesionales de la Psicología corren con la misma o peor suerte: «Las psicólogas y los psicólogos que trabajan con niñas y niños que han sufrido agresiones sexuales reciben denuncias en los colegios de psicólogos. Hay colegios de psicólogos y colegas criteriosos que no dan lugar a esta denuncia hasta que se realice el proceso, pero hay otros que son fuertes aliados e inician un juicio a la psicóloga, con lo cual esta deja de atender. Y el nene tiene que comenzar con otra psicóloga que es a su vez denunciada o amenazada. Entonces nos estamos encontrando que cada vez hay menos psicólogas y psicólogos que atienden a niñas y niños», advirtió sobre la problemática.
«Y no hablemos de psiquiatras, que faltan psiquiatras en todo el país, y no tienen en general formación en perspectiva de género y son muy pocos los que tienen esa sensibilidad y conocen estos temas y que además están dispuestos a poner la firma e ir a un proceso judicial, o sea que las madres están absolutamente desamparadas», aseguró.
De esta forma explicó lo que se denomina backlash, que es la respuesta violenta que hay contra todas las personas que están protegiendo a madres protectoras y a niñas y niños. También este backlash va contra abogadas y abogados. Esto significa que hay abogadas a las que han matado sus mascotas, que han recibido amenazas. Hay psicólogas que han sido golpeadas, que las han encerrado con los autos cuando iban manejando. Y lo denuncian permanentemente», comentó.