Hoy, El Fogón de los Arrieros cumple 80 años de fecunda labor cultural. Por esto, a partir de las 21.30, abrirá sus puertas para celebrar el tradicional cumpleaños de Aldo Boglietti. Esa fecha se considera el inicio de este mítico espacio que desde 1943 es un faro cultural de Resistencia.
Como es habitual, la fecha se conmemora con una cena de aniversario y será propicia para evocar gratos recuerdos.
En esta fecha, el mismo fundador del espacio cultural, invitaba a acercarse «A las 20 y 20 para tomar no menos de 20 copas», tradición que se mantiene vigente.
Además, la Fundación Urunday se une al aniversario con la propuesta de emplazar una réplica de Juan de Dios Mena en Resistencia, la Ciudad de las Esculturas.
El Fogón de los Arrieros creado por Aldo Boglietti en 1943 impulsó el emplazamiento de esculturas en Resistencia al inicio de los 60 como un plan de embellecimiento. Luego continuó la tarea la Comisión de Promoción Artística presidida por Efraín Boglietti. A fines de 1989 nace la Fundación Urunday encabezada por Fabriciano y con el acompañamiento de un grupo de amigos que confiaron en el proyecto de los concursos de escultura al aire libre, que con el tiempo se convertiría en el sustento de ese espíritu visionario iniciado espontáneamente y que hoy afianza nuestro singular museo a cielo abierto.
Josese Eidman, presidente de la Fundación Urunday, reflexiona: «La experiencia del David de Miguel Ángel que llega a Resistencia en estos días nos abrió las puertas a las nuevas tecnologías y encontramos una manera de socializar el arte de manera virtuosa. Celebrar el aniversario de El Fogón de los Arrieros con el emplazamiento de una obra de Mena en el espacio público es una manera de afianzar los vínculos institucionales entre quienes construyeron la identidad que nos trasciende. Fabriciano nos supo inculcar que Resistencia, la Ciudad de las Esculturas es una obra colectiva, una construcción social y cultural de la que participamos todos… por eso, con este proyecto renovamos el compromiso de hacer del arte un bien de todos».
Daniel Moscatelli, presidente de la Fundación El Fogón de los Arrieros, señaló: «Nos entusiasma el proyecto de colocar en el espacio público un calco de Juan de Dios Mena, uno de los escultores que más huella ha dejado en nuestra institución». Asistiendo a una de las sesiones de escaneo el referente fogonero asegura que «será un orgullo para todos tener una obra de Mena para compartir en el gran museo que distingue a Resistencia». Asimismo, cuenta que la idea surge de la Fundación Urunday, que luego de sucesivas reuniones donde se abordaron los detalles del proyecto se procedió a la selección de la obra que además de algunos de los integrantes de ambas instituciones contó con la participación de asesores y técnicos.
BAILANTA
Por estos días se inició el escaneo de «Bailanta», una obra del legendario escultor, considerado el pionero de esa disciplina en el Chaco. Continuando con el proceso, a partir del calco digital y con el respaldo de las nuevas tecnologías se realizará una réplica que según acordaron las dos instituciones será emplazada en la vía pública.
Aquí es oportuno recordar las reflexiones del destacado artista, docente e investigador Juan Carlos Visconti: «El calco, históricamente, funcionó para el aprendizaje tanto de los escultores como el ciudadano común». El proyecto que nuclea a las instituciones culturales de referencia surge se suma que Mena siempre trabajó en pequeño formato y exclusivamente en madera de curupí. La obra se sumará al patrimonio de Resistencia el 4 de abril de 2024, fecha que inicia la temporada cultural El Fogón de los Arrieros y en que se cumplen 70 años del fallecimiento de Mena.
JUAN DE DIOS
Mena nació en Santa Fe (1897) y murió en Rosario (1954). Fue autodidacta. Escultor y poeta. En 1928 se radicó en el Chaco y participó de las principales entidades culturales como la Peña de los Bagres, el Ateneo del Chaco y El Fogón de los Arrieros donde residió y fue nombrado «capataz» por Aldo Boglietti.
Trabajó la mayoría de sus obras en curupí, madera chaqueña en la que demostró sus posibilidades de tallista y realizando una obra de imaginería popular única en la Argentina. En 1962 sus tallas fueron expuestas en Nueva York, Madrid, Roma, París, Frankfurt, Ámsterdam y Londres.