Tras haber aprobado la última revisión y activado el desembolso de 7.500 millones de dólares, el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió este viernes el informe técnico en el cual advierte que la economía argentina atraviesa por una situación que «se ha vuelto crecientemente frágil» y proyecta una inflación del 120% para el año y una caída del 2.5% del PIB.
Así, el FMI reconoció que la devaluación de 22% que impulsó sobre el tipo de cambio oficial tendrá un efecto perjudicial sobre los precios y anticipó que la inflación rondará el 10% en agosto.
Sin embargo, confía en que vuelva a descender hacia fin de este año.
«Tras la devaluación nominal, se proyecta que la inflación salte inicialmente de alrededor del 6% en julio a alrededor del 10% mensual en agosto y disminuya a menos del 5% para fines de 2023″, estimó el organismo.
Además, el organismo multilateral reiteró que es «esencial» alcanzar el déficit fiscal primario acordado del 1.9% del PIB, un objetivo que resulta difícil de alcanzar por la caída de los derechos de exportación provocada por la sequía.
En ese marco, el FMI precisó que el gobierno debe centrar «los esfuerzos» en:
- Reforzar los controles de gasto con medidas iniciales dirigidas a actualizar las tarifas de la energía.
- Contener los salarios públicos y las pensiones, sin dejar de proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura.