Tras una semana de las elecciones presidenciales, las repercusiones económicas continúan día a día. Uno de los primeros sectores que sintió el impacto fue el alimenticio, con aumentos casi inmediatos. Para conocer la situación del sector, La Voz del Chaco consultó con el presidente de la Cámara de Supermercadistas del Chaco, Miguel Simons, quien realizó una descripción pormenorizada de la actividad poselectoral.
«Realmente bastante complicada está la situación, más con la incertidumbre que hay sobre las medidas anunciadas. A esta altura ya deberíamos saber quién es el ministro de Economía y que vaya dando pautas. Existe todavía en nuestro país una falta de imprevisibilidad total. No tienen en cuenta los miles y miles de comerciantes que están esperando resoluciones para arrancar», sostuvo. Al mismo tiempo añadió que «lo mismo pasa con las empresas, con la industria. Por ende, todo esto, toda esta incertidumbre, falta de pautas concretas, hace que las empresas mermen la entrega de mercadería, van entregando por cupos. No dejan de entregar, pero entregan un 50% o 60% a veces del pedido», señaló sobre la primera consecuencia.
Tras lo cual indicó: «Por supuesto que los precios son inestables», aseveró.
No obstante, recordó el reciente acuerdo entre el Gobierno y las principales empresas alimenticias: «Hasta ahora las empresas líderes se han comprometido a respetar hasta el 10 de diciembre un aumento entre el 8% y el 15%, 18%, depende del rubro, pero solamente hasta el 10 de diciembre», indicó.
Más aumentos
Más adelante el referente del sector continuó enumerando los productos afectados: «También los proveedores de carne han anunciado que tendrán que ajustarse porque está atrasado».
A lo que sumó: «Hoy nos despertamos con la novedad de que el combustible aumentó entre un 10% y un 15%, depende de las provincias».
Con lo cual aseveró: «Todo eso hace que haya una inestabilidad de precios que de última cae sobre el consumidor final de cualquier producto»”.
Sin embargo, Simons desestimó que los incrementos alcancen valores del 45% como se informó en diferentes medios nacionales: «Nosotros lo desmentimos enseguida, no había nada concreto, eran todos trascendidos. Después se fue aclarando el tema y salió este tipo de aumento que comenté recién, entre un 8% y un 18%, depende del producto; me refiero a comestibles, artículos de limpieza, inclusive, pero todo esto hasta el 10 de diciembre», reiteró.
Asimismo, afirmó que estos incrementos ya impactaron en los productos, ya que «se han aplicado, por supuesto, en forma inmediata porque nosotros tenemos que defender el stock, ese es el capital del trabajo de un comercio».
Logística
A pesar de estos acuerdos, Simons reconoció la volatilidad de la situación ya que «hoy cambió el panorama con el aumento de los combustibles, porque hay que reconocer que la logística, o sea, la forma de entrega de la mercadería, el transporte, de cualquier tipo que sea, viene con tarifas muy atrasadas. Así que en cualquier momento las empresas de transporte van a aumentar también sus tarifas, y más con este nuevo aumento de combustible».
En este punto explicó que «el precio del combustible al público está subsidiado, y el precio del combustible al por mayor es otro valor mucho más alto. Por eso, antes no se veía, pero sí se ve, camiones o colectivos de larga distancia cargando surtidores. Ahora cuando aumenta, la incidencia del transporte es mucho mayor. Entonces, probablemente empieza a haber nuevas dificultades con el costo de la logística, porque la empresa de transporte no va a rodar. Y ahí hay otro ítem para que vaya el precio de los productos.
cuidar el stock
Al momento de explicar por qué tienen merma en la entrega de productos, Simons describió que «es la incidencia en los costos del día a día. El gerente que hizo el costo del producto el martes, hoy (por ayer) tiene que volver a cambiarlo, porque le aumentó el combustible. Las empresas, para no descapitalizarse, producen menos, lo justo y necesario para mantener la estructura, para pagar impuestos y sueldos. Eso le da la pauta de por qué no entregan al 100%, porque si entregan su materia prima y la materia prima la han aumentado, después no la van a poder reponer», ilustró e indicó que esto también sucede en el comercio: «Por eso el comerciante de cualquier rubro trabaja con un stock de equilibrio que va vendiendo lo que va recibiendo. El comerciante de cualquier producto tiene que mantener su stock porque es su capital de trabajo. Y pierde el capital de trabajo, y eso lo deja como un desocupado más. Porque no tenemos dónde sacar después», explicó.
Y a modo de ejemplo comentó: «Por eso el lunes, cuando salieron todas las versiones del aumento 45%, muchos colegas estaban en duda si abrir o no, porque se desocupa. Se le vacía su depósito y se le vacía su capital».
Las expectativas
hacia adelante
Al momento de mirar para el futuro inmediato y señalar sus expectativas, Simons indicó: que «el tema más importante es que no se abandone a las pymes, al comercio, no se abandone al asalariado, que casi el 50% de la población trabaja en negro. Es una cuestión que debería ser prioridad», consideró y explicó su postura: «No digo que se salga a clausurar, a multar, a todo eso porque va a ser peor todavía. Pero, por lo menos, dar un plazo para que se vaya blanqueando toda la estructura comercial. Porque eso también es competencia desleal. En algún momento hay que hacer las cosas como corresponden. Porque yo, a una pequeña panadería, puedo exigirle la parte impositiva y la parte laboral, como se le puede exigir a una gran cadena, pero son cosas muy diferentes», comparó.
Por esto consideró que «es un trabajo realmente gigantesco lo que hay que hacer. Sobre todo la parte impositiva y de las relaciones laborales. Eso, si eso no se hace más fácil y se hace más transparente, no se van a crear nuevos puestos de trabajo, porque mantener un empleado, al que el salario no le alcance para nada, pero a nosotros ganar $250 mil solamente para pagar sueldo, más casi $60 mil de aporte, prácticamente nos ha asfixiado», aseguró.
Ante lo cual reconoció: «Algunos me dicen que soy pesimista, pero soy pragmático. No puedo decir que todo está bien, ni dejar de explicar a la gente por qué tienen que pagar unos montos amorales de las cosas, no solamente de lo comestible».