El minibasquetbol del Gran Resistencia tuvo su brillante cierre de año el domingo en las instalaciones del Club de la Universidad del Nordeste (Cune).
En las instalaciones con la novedad de ser el primer evento de esta naturaleza «nocturno», se dieron cita todos los clubes que habitualmente forman parte de la gran familia del Mini, tanto masculino como femenino.
Así, en las numerosas canchas especialmente habilitadas -a las habitualmente utilizadas del gimnasio principal se le sumaron las del nuevo tinglado como así también las descubiertas que incluyeron las dos canchas de este tipo que tiene el Cune como otras especialmente armadas en la pista de solado sintético del hockey- se confundieron los colores del local con los de Villa San Martín, Hindú Club, Sarmiento, Juventud de Villa Centenario y San Fernando, entre otros.
Fue, como es habitual, una verdadera fiesta de esta categoría que incluye no sólo a los minis, sino también a los preminis, mosquitos y todo el espectro de los amantes de la naranja menores de 12 años. Todo, atentamente seguido por una nutrida cantidad de padres que se dieron cita en las instalaciones del Cune.
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