En la penúltima noche de la 64ª edición del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, en el Valle de Punilla, se vivió una gran fiesta de la cumbia santafesina, el folclore y el tango. Los Palmeras y Soledad protagonizaron la octava luna coscoína. La cumbia, el tango y el folclore entregaron un vibrante espectáculo en la noche del sábado del Festival de Folclore de Cosquín.
La danza y la música protagonizaron una nueva luna coscoína en la 64ª edición del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, en el Valle de Punilla. La cumbia santafesina se adueñó del Atahualpa Yupanqui.
Los autores del hit exitoso y contagioso «Bombón asesino» pusieron a bailar y cantar a los asistentes al show en vivo. Con 50 años de trayectoria, Los Palmeras llevaron su vibrante fiesta de cumbia santafesina, guaracha y vallenato.
Soledad revolucionó
el escenario
La inigualable Soledad revolucionó el escenario de la plaza Próspero Molina con un despliegue sin igual. La Sole desató su huracán musical en la octava luna del Festival de Cosquín, llevando a la localidad cordobesa a un frenesí de emociones.
Entre los éxitos interpretados por la artista, el clásico «Hispano» resonó con fuerza, transportando al público a través de las notas nostálgicas. La animada «Esta vida» contagió de alegría a todos, convirtiendo el escenario en un epicentro de energía festiva.
Como colofón, Soledad dio un giro de elegancia al revolear su poncho sobre el Atahualpa Yupanqui, marcando un momento icónico que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
El público festivalero no se quedó atrás y, al ritmo vibrante de la música, el agite de los ponchos y el contagioso baile crearon un cierre espectacular para una noche memorable.
Asimismo, Soledad no solo trajo su talento, sino también una explosión de vitalidad y pasión que resonará mucho tiempo después de que la octava luna haya concluido.
Tango Corrupto: un torbellino de pasión
Oscar Lajad y Lucila Juárez electrizaron el escenario Atahualpa Yupanqui con su Tango Corrupto, llevando la esencia del tango a nuevas alturas. En una fusión vibrante de música y baile, demostraron que la mescolanza es la esencia misma del tango, y sin ella, no hay auténtica pasión.
El talentoso dúo, respaldado por un elenco de músicos y bailarines de élite, ofreció un espectáculo único que cautivó al público presente.
Las canciones populares del tango fueron llevadas a nuevas dimensiones, cruzando el característico ritmo del 2×4 con una ecléctica mezcla de géneros musicales. El resultado fue un torbellino de emociones que contagió al público, llevándolos a cantar y reír al ritmo apasionado del tango.
Tango Corrupto no solo es un espectáculo, es una experiencia que trasciende las fronteras musicales, explorando la riqueza del tango en un contexto contemporáneo.