Esta semana, el secretario de Cultura, Fabián Reato, mantendrá conversaciones con autoridades del gobierno del Chaco con el fin de coordinar el operativo de traslado de dos meteoritos que mantiene en custodia en el Museo Antonio Serrano, en Entre Ríos.
El traslado de los fragmentos conlleva una organización y una logística acorde a la importancia y peso de las piezas. Además, significa el desprendimiento, de parte del museo y de la comunidad, de un patrimonio de alto valor histórico con el fin de contribuir al retorno a su lugar de origen.
Mientras tanto, el secretario entrerriano invitó a los vecinos y otros visitantes a que se acerquen a la sede del museo, en calle Gardel 62 de Paraná, y disfruten de estas piezas únicas, parte de una lluvia de meteoritos ocurrida hace miles de años.
«Esta es la única roca de la sala que no pertenece a la corteza terrestre», informa la cartelería, que define a los meteoritos como «un fenómeno luminoso que se produce cuando un meteoroide atraviesa nuestra atmósfera».
LAS PIEZAS
Desde 2007, los meteoritos fueron confiados a la provincia por la Justicia para su custodia y ocupan un lugar destacado en el edificio del museo, ubicado en calle Gardel 62, tanto por su tamaño como por su importancia.
Están expuestas sobre bases reforzadas, una de hierro y otra de cemento, que sostienen, en un caso, un fragmento de aproximadamente 1.600 kilos y en otro, uno que ronda los 600 kilos.
Oscuros, con una similitud a una gran piedra y con una historia de un recorrido sorprendente, los cuerpos celestes son el atractivo de quienes visitan uno de los museos más importantes de la provincia.
Cómo fue el recorrido
El 23 de febrero de 2007, Gendarmería Nacional – Sección Ceibas, dependiente del Escuadrón 56 de Gualeguaychú, secuestró dos bultos de consideración durante un control vehicular en la intersección de las rutas nacionales 12 y 14, departamento Islas de Ibicuy.
La carga, de un peso significativo de –según se estima- más de 2 mil kilos, estaba siendo trasladada ilegalmente con la intención de sacarla fuera de la provincia, de acuerdo a la información de ese momento.
En el marco del procedimiento, se confirmó que se trataba de dos meteoritos y se solicitó la intervención del área de Minería de Entre Ríos, que finalmente requirió el resguardo y custodia de las piezas al Museo Profesor Antonio Serrano.
El pedido se basó en el rol del museo como autoridad de aplicación de la Ley Provincial 9686 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, en concordancia con la Ley Nacional 25743.
Así, los cuerpos celestes fueron trasladados al edificio de calle Gardel y permanecen ahí desde entonces. El ingreso de las rocas a la casona es recordada por los empleados como una verdadera odisea. Se utilizaron máquinas para levantar los fragmentos, que intentaron entrar la carga por la parte de atrás del edificio, por un gran patio abierto cuyo piso no habría resistido el peso, según rememoran.
Entonces, las piezas fueron arrastradas hacia el interior, quedando la más grande en la galería, en una base de cemento, y la otra, en la sala de Geología, en un soporte de madera que terminó afectado por el peso y debió ser reemplazado por uno más resistente, de hierro.