Un día después de que la Cámara de Diputados aprobara la «ley de bases», que incluye una la reforma laboral con una serie de medidas rechazadas y resistidas por todo el arco gremial, atento a la pérdida de derechos, en medio de una crisis económica y una gran fractura social, se conmemoró ayer el Día del Trabajador.
Por esto, lejos de ser motivo de festejo, cómo tradicionalmente vive esta fecha el pueblo argentino, la efeméride reflejó la gran preocupación que invade al movimiento obrero de trabajadores y sindical del país.
A nivel nacional, la CGT se movilizó en Capital Federal, bajo la consigna «La Patria no se vende», escenario que sirvió para ratificar el paro general convocado para el 9 de mayo y emitir un documento en el que advirtió que «todos los derechos sociales, laborales, sindicales y previsionales se encuentran amenazados», por lo que instó a la «reivindicación y defensa de las conquistas y derechos adquiridos que se pretenden vulnerar sin respetar la voz de las y los trabajadores».
Mientras que en la provincia, se realizó un acto frente al busto de Perón y Eva en la avenida Alberdi y peatonal como todos los años.
El secretario general de la seccional local de la central obrera, Adrián Belloni, en contacto con LA VOZ DEL CHACO, explicó la dificultad de celebrar en medio de la incertidumbre laboral que atraviesa el país. Con cientos de despidos y la amenaza de eliminar miles de puestos de trabajo, Belloni enfatizó la importancia de la reflexión y la unión del movimiento obrero ante los desafíos que se avecinan.
Nada que
festrejar
«Es un día realmente atípico para el movimiento obrero, realmente, creo que hoy, además de la conmemoración, más otra cosa no se puede decir, conmemorar y ser reflexivo con lo que está pasando, porque hoy creo que estamos en una época de celebrar, de celebrar nada», consideró.
Por otra parte reconoció que «cuesta mucho hoy decir feliz día cuando tenemos cientos de despidos a lo largo de lo ancho de la Argentina, no podemos decir feliz día cuando hace apenas 24 horas despiden a 20 trabajadores con veinte años de antigüedad del Correo Argentino, no podemos decir feliz día cuando está quedando muchísima gente en la calle, cuando ya hay un plan de eliminar 23 mil puestos trabajo en la Argentina».
«Entonces, eso realmente a uno lo preocupa mucho, nos obliga a la reflexión y lógicamente cargar también las pilas, juntarse, unirse con todo el movimiento obrero organizado, ya sea del sector privado o público, ya sea del espacio político o de la central obrera que sea, de cara al futuro hay que estar más unidos que nunca», instó Belloni.
Historia
de lucha
Con respecto a la media sanción del Congreso a la «ley de bases», Belloni, recordó la historia de lucha de la central obrera con la que torció muchas veces destinos perjudiciales para el sector. «La CGT no nació hace una semana, ni nació en el gobierno de Milei, la CGT tiene décadas de historias desde 1930 a la fecha, ha sido siempre un garante de la paz social, ha sido siempre un garante del equilibrio en el país, ha sido siempre el garante de la propia democracia, así que hoy cuando algunas políticas públicas o algunas leyes puedan afectar los intereses de los trabajadores.
Lógicamente la CGT le va a hacer frente, y que con ese entusiasmo, a pesar del dolor que estamos atravesando, vamos a seguir luchando como lo hemos sido siempre a pesar de la intención del gobierno de generar un modelo de país sin organizaciones sindicales como lo pueden ser en algunas otras naciones donde los trabajadores se laburan por un plato de arroz blanco», comparó.
El documento
de la cgt
Asimismo, el documento emitido ayer por el consejo directivo de la CGT, expuso: «Cada 1 de mayo constituye una jornada de evocación y un llamado a la memoria por todos aquellos que nos precedieron en las luchas obreras y que tuvieron el valor de organizarse para conquistar y defender sus derechos sociales y laborales.
También es de celebración, por cada una de esas conquistas que las y los trabajadores hemos sabido conseguir a lo largo de nuestro recorrido histórico y que hicieron posible un marco normativo que garantizara dignidad laboral. Es una jornada de reclamo, por las necesidades que deben ser atendidas y reparadas».
«En esta oportunidad, cuando todos los derechos sociales, laborales, sindicales y previsionales se encuentran amenazados, es un día de reivindicación y defensa de las conquistas y derechos adquiridos que se pretenden vulnerar sin respetar la voz de las y los trabajadores», consideraron.
«Transitamos un grave momento como país y como sociedad. Un gobierno nacional que, en nombre de una mal entendida libertad de mercado, implementa un ajuste brutal que sufren especialmente los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados.
Precios liberados en alimentos, en medicamentos, en energía y en los servicios esenciales y salarios disminuidos en su poder de compra. Paritarias intervenidas por el ministro de Economía que impide la adecuada actualización de los salarios; recesión y aumentos incesantes que generan caída en los niveles de actividad económica y los índices de consumo básicos, que -en la práctica- representan una fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados y privilegiados de la economía», describieron.
«Un 31% de caída real en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones, un 87% en obras públicas, un 39% en subsidios al transporte, un 76% en transferencias a las provincias, un 18% en recorte a las universidades y un 13% en programas sociales; son solo algunos de los indicadores que ponen en evidencia que el ajuste no lo paga la casta; sino que recae sobre los sectores más vulnerables», precisaron.
«Todo esto ante un Gobierno que no muestra un programa económico sustentable ni consistente, que no proyecta un horizonte de expectativas alentadoras a futuro, ni hacia un crecimiento integral con inversión productiva y no solo financiera», añadieron.
«Un Gobierno sin diálogo social, que solo se vincula con los representantes de intereses amigos, que agrede y desecha a los trabajadores y a sus organizaciones, menosprecia a los jubilados y pensionados que no pueden esperar, se desentiende de la atención de los más vulnerables, discrimina a las y los hacedores de la economía popular, desfinancia la salud pública, la educación pública, la ciencia, la tecnología y la cultura, mientras se deteriora gradualmente el valor capital de las pequeñas y medianas empresas y comercios, profundizando así el grave cuadro de pobreza estructural e indigencia que devasta nuestra comunidad», describieron desde la central.
Es por esto que «frente a este escenario urgente, una vez más, el movimiento obrero organizado desde la Confederación General del Trabajo, está unido y de pie. Las y los trabajadores reafirmamos nuestro compromiso y nuestro derecho a participar en el diseño de la sociedad a la que aspiramos.
En ese desafío convocamos y ponemos a consideración pública de todos los actores sociales e institucionales, la construcción de un programa de consenso multisectorial, que nos permita avanzar hacia una agenda de diálogo para una Argentina del Desarrollo, la Producción y el Trabajo, solidaria, inclusiva y con igualdad de oportunidades. Nadie por sí solo puede arrogarse cambiar la cultura de un pueblo que se construye y consolida a través de la historia, porque ese cambio pertenece al conjunto de la comunidad argentina», finalizó.
Origen de la efeméride
El Día Internacional del Trabajador se celebra el 1 de mayo, para conmemorar a nivel mundial al movimiento obrero y la fuerza laboral, como movimiento reivindicativo de diferentes causas relacionadas con el trabajo.
Mucho tuvieron que luchar los trabajadores durante años para conseguir establecer la jornada laboral de ocho horas, incluso a costa de sus propias vidas.
Actualmente, el Día de los Trabajadores se ha convertido en una efeméride festiva, pero no hay que olvidar que esta fecha rinde homenaje a aquellos que lucharon por una vida digna para todos los trabajadores y trabajadoras.
Los orígenes del Día Internacional de los Trabajadores se remontan a 1886, en Estados Unidos.
En esa época los trabajadores iniciaron una lucha para reducir la jornada laboral a 8 horas. El único límite que existía era el no hacer trabajar a una persona más de 18 horas sin causa justificada y la consecuencia era una multa de USD25.