Silvio Buittoni
Rivadavia de Mendoza hizo lo que muy pocos al terminar de remontar el martes por la noche un 0-2 en play off venciendo a Villa San Martín, como visitante, por 74-71 en el quinto y definitivo juego de la serie de cuartos de final que ambos protagonizaron.
Un verdadero baldazo de agua fría sufrió el buen marco de público que se dio cita para apoyar al Tricolor en la búsqueda de las semifinales de la Conferencia Norte de la Liga Argentina.
El muy resistido Pedano, con 19 puntos, fue el máximo anotador de la noche mientras que el intermitente Morris cerró con 17 su casillero en el local.
QUERERLO HASTA LOGRARLO
Los amantes del básquet seguramente habrán visto aquel filme en el que un entrenador les dice a sus dirigidos en el momento crucial de un juego que (palabras más palabras menos) «no sólo hay que merecerlo, sino que hay que ir y arrebatárselo al rival (al triunfo) porque ellos no se los darán». Y eso fue lo que, lamentablemente, pasó este martes por la noche en la calle Saavedra.
Rivadavia de Mendoza tuvo un gramo más de deseo (de victoria) que Villa y así se la llevó para sellar una remontada épica en play off. Es que, sin ser más que el Tricolor, el conjunto cuyano -vaya paradoja, la misma zona desde donde vino el otro equipo que amargó (y mucho) a los dirigidos por Castro, Jachal de San Juan- mostró en los momentos determinantes ese gramo más de convicción para buscar el triunfo.
Pero no fue sólo eso, ya que antes la visita ya había mostrado un mayor grado de intensidad ante un Villa que «se cansó» de perder rebotes defensivos y que, lamentablemente, pudo hacerlo jugar poco y nada -por lesión- al jugador que, a lo largo de toda la temporada, había sido el estandarte de este atributo: la intensidad.
Sin volumen de juego, el Tricolor apeló a algunas individualidades para, en algún momento, tener ventajas de hasta 14 puntos en el inicio del tercer cuarto, pero ese fue el punto de inflexión, porque en el marco de un juego en el cual ambos se mostraron erráticos, comenzó a aparecer el «villano» de la noche (Pedano, 19, 6 acá con sendas «bombas») para que la visita ganara el cuarto 19-16 y se acercara al 48-56 con el que se cerraron los primeros 30.
Un nuevo triple de Villa pareció frenar de alguna manera la incipiente remontada visitante, pero no fue así, porque Rivadavia ya estaba en marcha, siguió ganando rebotes ofensivos -uno de los varios «talones de Aquiles» del Tricolor en la temporada- y con ellos más dos «bombas» -una más lejana que la otra- comenzó a sentenciar el partido.
De nada sirvió la tardía aparición de Morris (17, 6 acá) que se sumó recién ahí al esfuerzo que había mostrado hasta entonces Simondi (16 y una decena de rebotes), ya que la visita se mantuvo firme en su objetivo, respetó aquello de «arrebatárselo» y, finalmente, la última pérdida de Villa le permitió sellar el 74-71 con el que se llevó todo: triunfo, serie y clasificación a semis, donde lo espera Atenas.