El secretario de la Central de Industriales Panaderos del Chaco, Ricardo Eiden, manifestó su preocupación por la crítica situación que afecta al sector.
«Hace un tiempo hay una disminución en las ventas respecto al año pasado, entre un 20% y un 30%, y cuando se generan este tipo de crisis la gente empieza a volcarse a propuestas más económicas, pero en nuestra provincia, con la pobreza que hay es mucha la cantidad de gente que se va a mercados un poco más desleales, lo que hace que sea complicado competir para quienes estamos en el circuito legítimo», sostuvo.
En declaraciones a Radio Libertad, Eiden precisó que «el problema en la región es que tenemos una de las energías eléctricas más caras del país y por otro lado la ausencia de gas natural hace que muchas panaderías trabajen con hornos 100% eléctricos.
Hay otras que tienen hornos a gas, pero su funcionamiento también es eléctrico. Muchas veces hicimos este reclamo y por ahí hay algunas respuestas en el corto plazo, pero van quedando en nada», marcó.
Sobre la competencia desleal continuó diciendo que «en Resistencia hay lugares donde el kilo de pan está entre $700 y $800 y el kilo de harina sale casi $500, no hay una relación, el pan no es solamente harina».
Y continuó: «Todavía no tuvimos que lamentar cierres de locales. Uno no quiere cerrar, uno vive para esto, la panadería es parte de la familia, le ponemos mucho sacrificio y nos duele cuando nuestros clientes tienen que buscar otras opciones, pero los entendemos».
Panaderos advierten
cierres
Desde el Centro de Industriales Panaderos del Chaco advierten que «el contexto económico, la competencia desleal y la imposibilidad de cumplir con las paritarias nacionales», ponen en jaque al sector.
Con el título «Realidades económicas del Norte Grande» el Centro de Industriales Panaderos del Chaco expuso sus condiciones en un pronunciamiento público de alcance nacional.
«Es de público conocimiento la crisis económica que atraviesa nuestro país, con subas tras subas en todos los ámbitos de la economía en general a nivel país y sobre todo en la economía de cada individuo puertas adentro de su hogar; provocando en consecuencia una caída en el consumo promedio de las personas de los bienes de primera necesidad a niveles críticos no visto en décadas», explicaron en un comunicado.
Competencia desleal
«No bastando la recesión económica, nos encontramos con un panorama habitual en nuestra provincia con una fuerte competencia desleal que perjudica y retrasa nuestra carrera con la inflación, sujetando nuestros aumentos de productos por un temor a una caída más abrupta del consumo en nuestras góndolas; por la gran brecha entre precios de comercios habilitados, con todas las costosas cargas impositivas y demás impuestos que debemos afrontar los comerciantes debidamente registrados antes esos comercios que aun hoy en día nos preguntamos cómo logran tener un precio muy por debajo del costo básico», manifestaron.
En esa línea indicaron que «Somos la provincia con el costo de energía eléctrica más cara del país, sumado a la ausencia del gas natural o, con una presencia prácticamente escasa, lo que encarece aún más nuestro producto, reduciendo categóricamente nuestros márgenes de ganancia».
Costos laborales
«No bastando con los servicios de energía, encontramos un obstáculo de carácter considerable en la fuerte suba de la mano de obra, la cual se hará sentir próximamente en los bolsillos de los empresarios del sector panadero», aclararon.
También sostuvieron que: «No vemos viable que el Chaco como otras provincias que integran el llamado Norte Grande sean medidas con la misma vara que se mide a los panaderos de Provincia de Buenos Aires o provincias más pudientes o simplemente que no manejen el nivel de pobreza que maneja el Chaco.
Informes recientes revelan una cifra que superan las 680 mil personas que se encuentran en nivel de pobreza, que representan más del 60% de la población provincial en dicho nivel social».
«Creemos de suma importancia la reconsideración por parte de los entes sindicales que representan a los trabajadores del sector, en etapas paritarias; que sean coherentes a la hora de tomar medidas y plantear porcentajes de incrementos salariales, ya que dichas maniobras solamente atentan contra la continuidad de la actividad de negocios que cuentan con mano de obra calificada y bien remunerada, provocando el hundimiento de dichos negocios por no poder ofrecerles condiciones de competencias justas, desencadenando como hecho final el cierren de persianas y el desempleo que conlleva aparejado», indicaron.