La novedad de ayer fue que el expresidente Alberto Fernández fue imputado y, a la vez, que se hizo el sorteo para ver quién quedaría a cargo de la causa, recayendo (otra vez) en el juez federal Julián Ercolini.
De esta manera, el magistrado seguirá con la investigación en la que se analizan las denuncias de la ex primera dama, Fabiola Yáñez por lesiones, hostigamiento y violencia de género.
Resulta necesario aclarar que esto tuvo trascendencia mediática producto de pruebas derivadas de otro caso relacionado con corrupción en cuanto al manejo de los seguros de Nación.
Como los hechos de violencia de género no tienen nada que ver, el fiscal Carlos Rívolo, que interviene en la causa de los seguros, mandó ayer a sorteo por las denuncias de Fabiola.
De no hacerlo, era difícil tomar medidas jurisdiccionales, más allá de las urgentes que se dispusieron el mismo día en que se abrió el expediente: la prohibición de salida del país de Alberto Fernández, la orden de no contactar a la víctima o el refuerzo de su custodia. Cualquier disposición podría quedar a tiros de planteos futuros de las defensas.
Al continuar Ercolini al frente, lo que cambia formalmente es el fiscal actuante, el cual será Ramiro González.
EXPLÍCITO
A este marco escandaloso, en las últimas horas, provocaron un cimbronazo político y social las primeras imágenes de la ex de Fernández con lesiones, así como unos chats que expondrían aún más al expresidente.
La expectativa sobre el caso se acrecienta, puesto que ahora -para los futuros pasos de la causa- se espera que declare Yáñez, quien se encuentra en España y ya decidió que la abogada Mariana Gallego la represente (formalmente aún no se formalizó ese nombramiento en el expediente).
La declaración de Fabiola permitirá encuadrar los hechos por parte del Ministerio Público: saber dónde sucedieron, cuándo, si hubo más episodios, si hubo personas que estaban al tanto de esas denuncias.
Ese encuadre definirá también si el caso es competencia federal y si debe seguir en los tribunales de Comodoro Py 2002 o en otra jurisdicción (como San Isidro, que investigó la fiesta de Olivos).
El otro escándalo
DATO. A fines de febrero, Alberto Fernández quedó formalmente imputado en la causa que investiga el escándalo por la trama de contrataciones por parte del Estado nacional a Nación Seguros, donde habrían actuado intermediarios y empresas privadas. La denuncia habla de delitos de violación a los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, así como de malversación de caudales públicos. En ese primer impulso, el Ministerio Público también imputó al ex titular de Nación Seguros SA, Alberto Pagliano, y Héctor Martínez Sosa, el marido de una de sus históricas secretarias privadas de Fernández, María Cantero. En la causa hubo distintas medidas de prueba, allanamientos y secuestros de teléfonos. Fue así que de uno de los celulares se conocieron las fotos de Yáñez supuestamente golpeada por el expresidente de la Nación.
El cholulaje presidencial
PARECIERA SER QUE NINGÚN PRESIDENTE ESCAPA DE SU APEGO HACIA LA FARÁNDULA. Fueron varios primeros mandatarios que supieron marcar agenda con amoríos o amistades con personajes del espectáculo, el deporte, entre otros. El propio Milei con Fátima Flores y, ahora, con Yuyito González. Pero a Alberto Fernández le explotó en la cara su discurso, puesto que, además de la acusación por violencia de género, ahora se le adosó la condena pública por su accionar personal. Un video con Tamara Pettinato, una mediática, hija del artista de rock nacional, Roberto Pettinato, implosionó en la clase política. Más allá de la presunta relación de ambos (a pesar de estar casado), en las imágenes se observa a Pettinato bebiendo cerveza en el despacho presidencial. Se recordó así el indecoroso proceder del matrimonio Fernández-Yáñez durante la pandemia en Olivos. Y se puso la lupa en las «invitadas» de Alberto.