El legislador nacional por Corrientes en Unión por la Patria, Christian Alejandro Zulli, entrevistado por LA VOZ DEL CHACO, criticó el fracaso del intento de revertir el veto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria.
El diputado calificó de «incoherente» la actitud de los legisladores que cambiaron su postura respecto al proyecto que ellos mismos habían apoyado.
Destacó que los legisladores del norte del país, donde los niveles de pobreza y desigualdad son mayores, votaron mayoritariamente en contra del veto a la ley.
Opinó que esto refleja una sensibilidad particular frente a la dura realidad de las provincias, donde la situación económica es más crítica que en la capital y el costo de vida afecta de manera más directa a la población.
Además, advirtió sobre la intención de volver al sistema de capitalización privado y alertó que la discusión también incluye la preocupación por las deudas de las cajas previsionales provinciales, que ahora dependerán de litigios judiciales.
-¿Qué lectura hace del tratamiento del veto a la Ley de Movilidad Jubilatoria en el Congreso?
-Hay que señalar que esto no es un triunfo para Milei ni una derrota para la oposición, sino una derrota para los jubilados. Vimos a un grupo de radicales que, lamentablemente, por gestiones del gobierno y del oficialismo, no siguieron acompañando para alcanzar la mayoría de dos tercios. Es lamentable e incoherente la actitud de los legisladores radicales, que dos meses después de haber sancionado su propio proyecto, con la firma de muchos de ellos, se dieron vuelta en su parecer, su opinión y sus principios. Es lamentable ver a la casta política en su accionar en su máximo esplendor, en el toma y daca más espurio. Como el diputado que renunció para que asuma uno del PRO y él ir a trabajar a Salto Grande. Esto demuestra lo peor de la política y, lamentablemente, impidió que pudiéramos mejorar el poder adquisitivo de los jubilados,
¿Cree que esta situación, a la larga, erosionará la imagen del gobierno?
Todo esto suma para que se termine la paciencia de la gente. La gente ha sido muy paciente, ha estado esperando que la situación se revierta, todos hemos hecho sacrificios, y sin embargo, a pesar de los sacrificios, no se están viendo resultados ni en lo macro ni en lo micro. Los indicadores no están bien y los bolsillos siguen cada vez más flacos. La paciencia se termina. Todos los presidentes gozan de una luna de miel con el electorado, pero esta paciencia se está erosionando. El tejido social se está rompiendo: las clases populares están siendo abandonadas por el Estado, y surgen otras cuestiones, crece la delincuencia, las mafias, que van a reemplazar al Estado en muchos barrios, sobre todo en provincias como la nuestra.
Singularmente, más allá de la identidad partidaria, los legisladores del norte votaron, en su mayoría, en contra del veto a la ley. ¿Qué opina de esta situación?
Lo que nosotros palpamos es que, en el norte, donde siempre la realidad es más dura que en la capital, tenemos índices de mayor pobreza, analfabetismo, deserción escolar e infantil, y eso sensibiliza a la hora del voto. El que sale de las avenidas y se mete en la capital, sin siquiera entrar al interior, se da cuenta de cómo está viviendo la gente. Necesitamos idear proyectos para hacer la vida a la gente un poco más fácil. La calle está dura, la plata no alcanza, y hay mucha gente que no está dentro de un mercado formal.
«El oficialismo trata de imponer su propia agenda»
¿Qué opina del modelo de negociación que acentúa esta dinámica entre poderes?
Nosotros tenemos un sistema presidencialista, donde el presidente tiene un derecho de veto que permite negociaciones de toma y daca, reflejando lo más espurio de la política. Intervienen gobernadores, intereses particulares y corporativos, lo que permite este tipo de situaciones, en las que un día los diputados van a desayunar y luego votan lo que dice el presidente. Así está diseñado nuestro sistema, con un poder muy fuerte en torno al poder legislativo, donde conseguir los dos tercios no es una tarea fácil.
¿Cómo sigue la agenda del bloque de Unión por la Patria?
Nosotros casi todas las semanas analizamos la Argentina. El gobierno tiene una centralidad, es el que propone los temas. Nosotros estamos todas las semanas con un tema nuevo. Un día es la baja en la inimputabilidad, otro son las universidades. El oficialismo trata de imponer su propia agenda: déficit cero, gasto cero. Nosotros tratamos de bregar por jubilados, maestros, docentes, profesores, pero al alternar un tema tratamos de generar alternativas para volver. Sin embargo, la dinámica de la agenda nos lleva a discutir otras cuestiones. El presupuesto… son reclamos centrales que necesitamos estudiar.
¿Considera que el oficialismo recibirá aportes en el debate presupuestario?
Viendo el carácter autoritario del gobierno, quieren construir un relato y un sentido único: el achicamiento del Estado y el ajuste en todas sus expresiones. Nosotros tratamos de cuidar los logros y los derechos que hemos conquistado a lo largo de los años. Frente a ese ajuste, necesitamos estudiar muy detenidamente con especialistas los números y hacer aportes. El gobierno y el presidente obviamente ponen palos en la rueda, pero seguiremos trabajando y viendo la posibilidad de aportar y plantear.
«Si se ocuparan de los jubilados, no pagarían otros gastos»
El oficialismo dice que el sistema previsional debe financiarse con fondos que provengan de trabajadores registrados. Y que para ello es preciso una reforma profunda.
Obviamente, el sistema previsional se sostiene del aporte de los activos, pero en la práctica ellos flexibilizaron el mercado laboral; en la ley de bases cualquier negocio puede registrar totalmente en condiciones precarias con un monotributo, sin tener aportes patronales a un trabajador. Se crea la figura del colaborador, que es precarizar a la gente. Lo que dicen con el relato no lo trasladan a las políticas que implementan. Flexibilizan el mercado, no tienen trabajadores registrados, y eso va a repercutir en el sistema previsional. Ellos tienen otro enfoque. Lo que plantean es la vuelta de las AFJP, quieren llegar al sistema de capitalización, que cada uno tenga su propio aporte, y los jubilados queden desamparados. Hoy tenemos un sistema previsional solidario, pero si se pauperizan esas condiciones, es contradictorio con lo que plantean. Si se preocuparan por los jubilados, no financiarían otros gastos, como los de la SIDE, o comprar 17 millones en facturas en la Rosada, o tener una pyme como Adorni, que puso a trabajar a los parientes. Tienen prácticas de casta. Hay plata para ciertas cuestiones que les interesan, protegiendo a las clases altas.
Del debate, además, se desprende que en esta votación las provincias con demandas previsionales no podrá más que ir a la Justicia por las deudas de Anses. ¿Es así?
Justamente, en uno de los artículos se obligaba al Poder Ejecutivo Nacional a regularizar las deudas de las cajas previsionales. Lamentablemente, sin la herramienta de esta ley, ahora se desconoce el pago de la deuda con las cajas provinciales. Sé que se va a dirimir en la justicia, pero va a ser más oneroso para todos. Hubiera sido una herramienta más, y hubiera permitido avanzar en las cajas previsionales que pagan jubilaciones miserables, como las municipales que pagan cuarenta mil pesos. Eso es otra discusión. Es uno de los artículos, el 9 o el 10, que preveía esta herramienta para todas las cajas. Todas las cajas desdobladas, que son unas doce provincias, más o menos, estarían perdiendo con este veto de la ley.