El curador, profesor, crítico y promotor cultural, Ticio Escobar, figura clave en el ámbito de la preservación y difusión del arte indígena y fundador del Museo de Arte Indígena del Paraguay, fue galardonado ayer con el título de doctor honoris causa que otorga la Universidad Nacional del Nordeste (Unne).
En diálogo con LA VOZ DEL CHACO compartió sus reflexiones sobre el presente y el futuro del arte ancestral, abordó la importancia de repensar el coleccionismo para abrir el arte al público, y enfatizó que los museos juegan un rol crucial en la ardua tarea de preservar tanto como transformar la forma en que son entendidas las artes y la cultura.
-Ticio, ha sido nombrado doctor honoris causa por la Unne. Usted es bibliografía permanente de alumnos y académicos, ¿qué se siente recibir este título?
-Es un honor enorme porque una cosa es recibir en abstracto ese título, que por sí es grande y le honra a cualquiera, y otra es serlo en el contexto de gente que, como usted acaba de decir, le da a uno. Hay un intercambio, y eso me nutre muchísimo.
Hay distintas formas de dialogar con quienes le leen a uno y de crear una comunidad intelectual afectiva también. Entonces, para mí tiene un valor inmenso. No es lo mismo recibir acá que recibir en una cuestión abstracta. Te voy a decir, en la cual uno no tiene contacto con la gente.
Acá me siento querido, me siento leído, y eso, bueno, te lo aprecio, es enorme para mí. Tiene sentido, es el resultado de un proceso, realmente.
-Cada vez que se lo escucha, cada vez que se lo lee, una pregunta es recurrente: ¿hacia qué horizonte abre el arte contemporáneo a la cultura ancestral?
-Está siendo cada vez más reconocido por distintos motivos, a veces por interés, o a veces por un sincero deseo de romper las formas coloniales y neocoloniales, que han ignorado las formas diferentes del arte.
En el momento en que el arte se asume como un proceso diferente, se afirma ante una hegemonía que tiende a animar los aspectos creativos e imaginativos, en pos del puro triunfo del capital.
Entonces, yo creo que el arte indígena, los creadores y pensadores críticos, reconocen en ese arte una fuerza que la gente viene haciendo desde siempre. Y eso tiene un valor enorme.
-¿Qué rol juega el coleccionismo en este contexto? ¿Un refugio? Con el ejemplo de coleccionistas como Luis Niveiro, que donará gran parte de su acervo al museo que fundó en Corrientes, Ñande MAC.
-Como en toda la institucionalidad, hay una gama fuerte. Hay un apoyo enorme en muchos casos. Y en el caso de Luis Niveiro, si lo tomamos como ejemplo de coleccionismo, hay un valor enorme porque está poniendo también al público.
No es solamente un coleccionista tradicional que lo hace para especular con la obra y ganar con ella, sino que le da una dimensión pública a una obra que generalmente aparece al margen de los circuitos institucionalizados del arte, vamos a decirlo así.
-El museo, ¿qué rol cumple hoy?
-El museo, como todos los elementos distintos de la institucionalidad del arte, es uno de los factores que puede servir de plataforma para el desarrollo de aspectos que no han sido hasta ahora suficientemente considerados. Y eso puede significar un impulso o, también, formas de extractivismo cultural, formas de mera apropiación, absolutamente al margen de las condiciones reales de los productores de cultura.
Pero también puede significar un reconocimiento, un apoyo, un involucramiento. Depende, como todos los aspectos de la cultura, siempre son polisémicos y polifacéticos.