La Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa una de las crisis más significativas de su historia reciente. Lo que comenzó como un foco de tensiones en la Cámara de Diputados culminó en una fractura que dividió al bloque en dos. Un nuevo espacio de doce legisladores oficializó su separación bajo el nombre Democracia para Siempre, marcando un quiebre ideológico en el histórico partido.
El bloque estará presidido por Pablo Juliano, diputado por la provincia de Buenos Aires. Lo acompañan Manuel Aguirre (Corrientes), Marcela Antola (Entre Ríos), Fernando Carbajal (Formosa), Carla Carrizo (Caba), Mariela Coletta (Caba), Marcela Coli (La Pampa), Melina Giogio (Santa Fe), Facundo Manes (Buenos Aires), Juan Carlos Polini (Chaco), Jorge Rizzotti (Jujuy) y Danya Tavela (Buenos Aires).
La decisión de crear el nuevo espacio responde, según sus integrantes, a la necesidad de coherencia con el mandato de los votantes. «Decidimos crear un nuevo bloque legislativo para ser coherentes con nuestra identidad y con quienes nos eligieron», expresó Juliano.
FRACASO EN LA MESA DE DIÁLOGO
En un intento por mantener la unidad, se celebró una reunión el miércoles entre los dos sectores enfrentados, pero el encuentro fue un rotundo fracaso, marcado por gritos e insultos. La falta de acuerdo dejó en evidencia que la ruptura era inevitable.
«Queríamos ponerle punto final a la infiltración», afirmó Juliano. Desde el sector oficialista, en cambio, acusaron a los aliados de Lousteau de provocar tensiones innecesarias al acercarse demasiado a los bloques opositores.
EL FUTURO DE LA CONDUCCIÓN
La ruptura genera incertidumbre sobre el rumbo del partido y cuál de los dos sectores será reconocido como oficial.
Lousteau, que cuenta con el apoyo del gobernador Gerardo Morales, buscará consolidar su influencia en la mesa de conducción nacional.
Sin embargo, la resolución de esta disputa promete profundizar la interna que atraviesa al radicalismo en todo el país.
Dialoguistas versus intransigentes
Nueve de los doce miembros del nuevo bloque Democracia para Siempre tienen mandato hasta diciembre, lo que plantea un escenario complejo para su futuro político. Solo tres de sus integrantes, Pablo Juliano, Jorge Rizzoti y Mariela Coletta, permanecerán en sus bancas, mientras que los otros seis enfrentarán el desafío de buscar nuevas oportunidades dentro del ámbito de la Unión Cívica Radical (UCR).
Pese a que el resto de los miembros que finalizan su mandato está decidido a integrarse en nóminas de la UCR que critiquen al Gobierno, el panorama indica que muchos de ellos deberán competir en un contexto de incertidumbre y competencia interna, lo que podría afectar su capacidad para consolidarse en el partido.
Esto podría dar lugar a una interna por provincia, donde los radicales más dialoguistas se enfrentarán a aquellos que mantienen una postura intransigente.
Esta división ideológica podría complicar aún más la cohesión del partido, especialmente en un período electoral en el que la unidad es crucial para aumentar las posibilidades de éxito.
En contraste, la diversidad de enfoques también puede ofrecer una oportunidad para reconfigurar la estrategia de la UCR en su conjunto.
Motivos de la ruptura
El detonante inmediato fue una fotografía en la Casa Rosada, donde varios diputados radicales aparecieron junto a funcionarios del gobierno nacional.
El sector liderado por Facundo Manes y Martín Lousteau interpretó este acercamiento como una infiltración del oficialismo en el partido.
Otro factor que provocó la división fue la votación de algunos diputados radicales a favor de los vetos presidenciales que bloquearon la reforma previsional y el financiamiento universitario.
Los legisladores críticos exigieron la expulsión de estos miembros disidentes, advirtiendo que, de no ser así, se separarían del bloque.
Polini: «Prefiero romper el bloque antes que perder la identidad del radicalismo»
El diputado chaqueño Juan Carlos Polini expresó su preocupación por el futuro del radicalismo tras la fractura del bloque de diputados nacionales de la UCR en el Congreso.
Polini justificó su decisión de sumarse al grupo de legisladores liderado por Facundo Manes y Martín Lousteau, y advirtió sobre el riesgo de que la UCR «sea fagocitada por La Libertad Avanza», como -según indicó- ya ocurrió en el pasado con el PRO.
Asimismo, explicó que, además de las tensiones internas, la ruptura responde a la necesidad de preservar la identidad del partido en un contexto complejo. «El radicalismo atraviesa una crisis importante y corre el peligro de ser absorbido por La Libertad Avanza.
Por eso, un grupo de diputados decidió acompañar ciertas políticas estratégicas, como las leyes de Déficit Cero, pero siempre con los cuidados que exige nuestra responsabilidad», afirmó.
El legislador chaqueño destacó que su compromiso con los intereses de la provincia lo condiciona a no seguir ciegamente las decisiones del bloque. «Pertenezco a un partido que hoy gobierna el Chaco, y esa doble responsabilidad me impide votar alegremente medidas que puedan perjudicar a mi provincia», señaló.
Sin embargo, Polini también reconoció que la ruptura fue impulsada por conflictos internos que venían escalando.
Entre los desencadenantes, mencionó desacuerdos durante la votación de la ley jubilatoria, en la que cinco diputados radicales respaldaron el veto impulsado por Javier Milei. «Después vino el problema con el presupuesto universitario, donde en una reunión previa habíamos acordado buscar los dos tercios para frenar el veto, pero las cosas no salieron como esperábamos», indicó.