Desde ayer, el precio de los combustibles registró un nuevo aumento que impactará directamente en los bolsillos de los consumidores. Según la nueva lista de precios, en Resistencia la nafta súper de YPF pasó a costar $1.167 el litro, mientras que la Infinia se comercializa a $1.419. En el caso del diésel, el litro de Infinia Diesel se ubicó en $1.449.
Shell también actualizó sus valores, con la nafta súper a $1.199 y su V-Power Diesel a $1.494.
Para Miguel De Paoli, referente de la Cámara de Expendedores de Combustibles del Chaco, este nuevo incremento responde a subas de los precios internaciones del barril y diferentes componentes, como así también «la remoción de todos los subsidios que se habían otorgado en meses anteriores», y al ajuste final de «impuestos internos que impactan directamente en el precio final».
Asimismo señaló: «En los últimos meses ha influido el precio internacional del barril de petróleo y de alguna manera trajo una buena noticia cundo bajó un poco el precio de los productos el mes pasado.
Este mes, volviendo a una tendencia alcista del barril, hace que este precio vuelva a subir un 4%. Este porcentaje de alguna manera también está marcando una pauta de qué es lo que estuvo pasando en los últimos meses, que de enero hasta ahora estamos hablando de un incremento de un 80% en el precio de los combustibles durante este año 2024».
No obstante, explicó que todavía el costo de los combustibles continúa desactualizado: «Sabemos es que hay una dosificación de impuestos que todavía están pendientes de aplicarse. Esta es una ley nacional que está vigente hace varios años en los cuales los productos que tienen corte de biocombustibles llevan una proporción de impuestos internos y esto es lo que mes a mes está actualizando el Poder Ejecutivo nacional en función de los distintos decretos que fue lanzando para que esto no impacte todo de una sola vez, sino que vaya por pedacitos».
Asimismo ilustró: «Si nosotros mirásemos el precio de los combustibles cómo ve el mundo, sin impuesto, realmente nos daríamos cuenta que el combustible en la Argentina es mucho más barato que en otros países.
Lo que pasa es que cada vez que vemos $1.000 el litro de combustible si tuviésemos que quitarle la dosificación de impuesto entenderíamos por qué llega a ese valor. Creo que hay mucho por mejorar y la verdad es que la relación de precios que tenemos en el país en décadas anteriores siempre estuvo más o menos vinculado a lo que costaba en Brasil, en el Paraguay, en Chile, y ese es el valor aproximado regional que vamos a ir tendiendo de a poco», anticipó.
«Sin embargo, los impuestos internos generan esa diferencia, y es algo que se va a seguir viendo mes a mes mientras sigan acumulándose los ajustes», aseveró.
De Paoli explicó que los combustibles en la Argentina cuentan con un componente de biocombustibles que implica costos adicionales: «Cuando se compra un litro de nafta, se está consumiendo una mezcla que incluye alcohol, y en el caso del diésel, un aditivo de aceite vegetal. Este tipo de componentes afectan los costos y los impuestos aplicables», describió.
Aumentos constantes
Este ajuste continuará mientras el gobierno nacional siga implementando la política de desactualización de precios y eliminación de subsidios.
«Lamentablemente los precios van a seguir hacia arriba en tanto y en cuanto no encontremos un punto de equilibrio que tenga que ver con terminar todo lo que haya sido vestigios de subsidios en el precio del combustible y a partir de ahí el gobierno nacional va a tener que decidir de llevar a la práctica o no el compromiso de bajar los impuestos con lo cual estaríamos en condiciones de pensar un escenario de precios más accesibles de los combustibles», sostuvo.
Al momento de analizar esta posibilidad comparó: «Yo lo que veo es que hay países estables con una economía casi sin inflación y voy a tomar el caso del Paraguay que lo más próximo que tenemos, y la inflación anual de ellos es del 5%.
Obviamente que si miramos los precios de los combustibles en Paraguay de un año en otro que algo varía del 5% parece un chiste, pero en algún momento la aspiración es que nuestra economía llegue a ese mismo nivel de estabilidad y creo que a partir de ese punto sí ya podemos pensar que vamos a hablar de otro tema y no del aumento del combustible».
Cáida de consumo
Asimismo la constante suba, viene acompañada de una caída en el consumo de combustibles, que ya se ve reflejada en los datos del mercado: «Tenemos una caída importante de venta de combustible desde enero hasta ahora. Creo que la Secretaría de Energía ha sido muy elocuente en informar de los porcentajes decaída de combustible que estamos hablando de un 30% y esto es un termómetro que está marcando también cuál es la caída de la capacidad de compra de toda la población sobre lo que tenga que ver desde una latita de tomate hasta el transporte público de pasajeros, que también vio mermado la presencia de público.
Entonces creo que de alguna manera este fenómeno económico que se conoce como estanflación se expresa a través de todos los mercados con esta caída del consumo».
Al momento de explicar cómo atraviesan esta situación las estaciones de servicio, De Paoli describió: «Las empresas no hemos hecho otra cosa parecida a que lo hacen las familias. Están postergados muchos proyectos de inversión o pintar una pared, pero se ha privilegiado sostener la dotación de empleados porque sabemos que cuando venga el rebote de venta tener personas calificadas en nuestra actividad es el capital mejor invertido que tenemos en cada estación de servicio.
Así que hasta ahora la mejor inversión que hicimos en esta crisis es sostener la dotación del personal y por supuesto esperar que se produzca incremento de venta acompañado a lo que es la capacidad de compra de todos los clientes», indicó.
Perspectivas
para el mercado
El representante de la Cámara de Expendedores considera que la situación podría cambiar si el gobierno implementa políticas de reducción de impuestos, aunque reconoce que este no parece ser el plan inmediato. «Lamentablemente, en tanto no haya un punto de equilibrio, los precios van a seguir subiendo, y el efecto en el bolsillo se va a notar cada vez más», expresó De Paoli.
De cara a los meses de verano, el sector proyecta una baja en las ventas en el Chaco y en el nordeste en general, lo cual afectará las ganancias de las estaciones de servicio. «Esperamos que en enero y febrero, que son meses tradicionalmente de menor consumo, se puedan estabilizar las ventas, aunque difícilmente alcancemos los niveles previos», explicó y destacó el esfuerzo del sector para mantener a sus empleados a pesar de la caída en el volumen de ventas.