A pesar de las declaraciones del presidente Javier Milei, quien sostiene que «la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer», el sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes) sigue en una situación alarmante.
Durante 2024, se registró el cierre de 16.500 pymes, según un informe del Frente Productivo Nacional, junto con el cierre de 10 mil quioscos y almacenes y la pérdida de más de 160 mil empleos. La realidad económica que enfrentan estas empresas contrasta fuertemente con el optimismo del Gobierno.
El panorama para las pymes resulta desalentador, con cada día sumando cierres de negocios debido a la contracción en el consumo y el peso de costos que se vuelven insostenibles. La recesión persiste, impactando fuertemente a los pequeños empresarios.
caída del consumo y presión tributaria
La contracción de la demanda interna ha tenido un impacto devastador en el sector. Según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo de carne vacuna cayó un 12,3% en los primeros nueve meses del año, el nivel más bajo registrado en 26 años.
Este descenso en el consumo de productos básicos es solo una muestra de cómo el mercado interno se ha debilitado.
Los impuestos y servicios representan una carga considerable, y los comerciantes venden cada vez menos. Muchos propietarios de pequeñas tiendas y almacenes enfrentan decisiones difíciles acerca de la continuidad de sus negocios.
Por su parte, desde la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac) señalan que el costo de los servicios públicos y los impuestos es una carga insostenible para el sector pyme, lo que afecta directamente la rentabilidad y el margen de maniobra para sostener el negocio.
Asimismo, desde la Enac también subraya que, además de enfrentar costos crecientes, los pequeños empresarios deben competir ferozmente con grandes corporaciones. Sin un cambio de política fiscal, prevén que más cierres serán inevitables.
6.500 empresas cerradas
Según Enac, la segunda mitad de 2024 fue especialmente dura para las pymes, con 6.500 empresas que cerraron entre julio y octubre, sumándose a las 10 mil que ya habían cerrado en el primer semestre. Este escenario es un reflejo del impacto sostenido de la recesión y la falta de políticas efectivas que ofrezcan un alivio para las empresas que luchan por sobrevivir en un contexto de alta inflación y bajo consumo.
El cierre de negocios, advierten especialistas, no solo afecta a los empresarios, sino a la economía en general, ya que impacta en el empleo y el consumo. La caída del 13,2% en las ventas de comercios pymes, según estimaciones de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), refleja claramente que el consumo interno no se ha recuperado, y esta contracción de la demanda está llevando a muchas empresas a la quiebra.
El impacto de estas cifras se refleja en la vida cotidiana de miles de argentinos que pierden sus empleos, muchos de ellos ahora en búsqueda de alternativas en el sector informal, que ofrece estabilidad limitada.
una promesa
que no llega
Para enfrentar la crisis, el sector pyme ha propuesto una «ley pyme» que permita ofrecer beneficios fiscales y condiciones favorables para la supervivencia de estas empresas. Sin embargo, este proyecto aún no ha avanzado en el Congreso, lo que genera incertidumbre y descontento entre los empresarios.
Pequeños empresarios y comerciantes ven en esta ley pyme una posible salida a la crisis, dado que aliviaría la carga tributaria y permitiría a las empresas mantenerse a flote mientras la economía se recupera.
El único funcionario que ha tenido un contacto activo con el sector es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien se comprometió a trabajar en un Régimen de Incentivo y Generación de Ingresos (Rigi) para las pymes. Sin embargo, los empresarios temen que este proyecto no se concrete en el corto plazo.
La falta de una legislación de apoyo para las pymes es una de las mayores preocupaciones del sector, que ve en este tipo de medidas una posible solución para contrarrestar la crisis.
escepticismo de los empresarios
A pesar de los esfuerzos y del escenario que enfrentan las pymes, el presidente Javier Milei ha mantenido un discurso optimista respecto a la situación económica, asegurando que la recesión ha terminado y que el país ha comenzado a crecer. En un acto reciente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Milei sostuvo que «la economía experimentará un crecimiento rápido», aunque muchos empresarios pyme ven con escepticismo estas palabras.
Sin embargo, los datos muestran que la economía argentina sigue en una senda de contracción.
En agosto, el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) registró una caída interanual del 3,8%, con una leve mejora del 0,2% respecto a julio. El acumulado del año sigue en baja con una contracción del 3,1%. Estas cifras parecen contradecir el optimismo oficial, mostrando que la recuperación, si bien incipiente en algunos sectores, aún no se ha traducido en una mejora sustancial para las pymes.
Para los empresarios, el optimismo del Gobierno no se traduce en beneficios tangibles. Según la Encuesta Radar Pyme realizada por Enac, un 84,2% de los empresarios considera que la economía sigue en recesión o depresión.
La diferencia entre el discurso oficial y la realidad empresarial es cada vez más evidente.
sin expectativas
de crecimiento
El informe de Enac revela que, a pesar de los esfuerzos por mantenerse operativas, muchas pymes enfrentan serias dificultades para obtener rentabilidad. Solo un 40,3% de las pymes lograron resultados positivos en el tercer trimestre del año, una leve mejora respecto al trimestre anterior, cuando solo un 34,1% reportó ganancias.
Estos datos reflejan la lucha constante de un sector que intenta sobrevivir en un entorno adverso, pero que aún no ve señales de un cambio sustancial.
La baja en las ventas sigue siendo uno de los mayores obstáculos para el crecimiento de estas empresas, según la encuesta de Came, donde más de la mitad de los empresarios identifica la falta de ventas como su principal barrera. Muchos negocios pequeños encuentran imposible competir con los precios que ofrecen las grandes cadenas, mientras que la disminución del poder adquisitivo de los consumidores también afecta considerablemente la demanda
El panorama se torna aún más incierto cuando se considera el impacto de las políticas económicas en la competitividad de las pymes. Para empresas que buscan expandirse a mercados internacionales, la dificultad de exportar debido a un dólar poco competitivo añade una complicación más a una situación ya de por sí difícil.
perspectivas de cara al futuro
En el contexto actual, el futuro de las pymes argentinas se muestra incierto y lleno de desafíos. Las medidas prometidas por el Gobierno aún no han tenido un efecto palpable, y el optimismo oficial se encuentra desconectado de la realidad de los empresarios.
Para muchos, la situación podría agravarse si no se implementan políticas que realmente impulsen el crecimiento y alivien la carga impositiva.
Los empresarios esperan que, más allá de los discursos, se materialicen medidas concretas que permitan a las pymes sobrevivir y crecer.