Una nueva maniobra emanó desde el «círculo de hierro» que representa al tridente que dirige las estrategias del Gobierno central conformado por Javier Milei, Karina y Santiago Caputo. Enviaron una iniciativa que busca terminar con el turno electoral que se denominó Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso).
Más allá de los impactos negativos en la economía cada vez que se da este llamado electoral, a pesar de no definir en concreto la puja política, también se argumentaron un sinfín de cuestiones latentes que le dan sustento al proyecto.
De todas formas, esta jugada de Caputo no tiene apoyo del PRO ni del radicalismo, antes quieren la aprobación de la ficha limpia (tema sobre el que el Gobierno no piensa jugar a fondo).
Pero en la Casa Rosada dicen que «hay oportunidad» para lograr consenso. Además, se da en plenas tensiones entre el Presidente y la titular del Senado, Victoria Villarruel.
En este marco, que además se espesa con las negociaciones por el presupuesto 2025 (en punto muerto), el Gobierno giró finalmente en la tarde de ayer el ambicioso proyecto de reforma electoral, que además comprende la suspensión de los aportes extraordinarios para los partidos y cambia varias reglas de juego durante la campaña.
De acuerdo a los trascendidos que circularon en las últimas horas desde Buenos Aires, Santiago Caputo buscó acelerar el envío de la iniciativa que redactó la secretaria de Planeamiento Normativo, María Ibarzábal, fiel técnica de sus filas, más allá de la falta de acuerdo. Es que en Balcarce 50 se muestran decididos a avanzar con la discusión, ya sea en sesiones extraordinarias (Milei aún no las convocó) o en las ordinarias de 2025, en la previa de las elecciones de medio término.
IMPRONTA DE BUEN AUGURIO
Hay diferentes variables que colaboran con la tesitura positiva del «círculo de hierro», puesto que -por ejemplo- creen que el PRO estaría «muy incómodo» para darles la espalda en un tema como este que, además, fue señalado por varios dirigentes amarillos.
También sostienen que a «varios gobernadores» les conviene esta eliminación para evitar la competencia en sus respectivos distritos. Y hasta aseguran que una parte del peronismo, particularmente el massismo, estaría de acuerdo. De hecho, tomaron como una señal el proyecto que presentó el diputado Rubén Eslaiman en Buenos bajo la misma finalidad.
Más allá de eso, también son conscientes de que en las filas del peronismo no kirchnerista no cerraron la puerta por completo, y recordaron que está presentado un proyecto del diputado Oscar Agot Carreño (Encuentro Federal) en ese sentido.
ESCENARIO CUESTA ARRIBA
Este cambio en los tiempos para presentar el proyecto de parte del gobierno central expuso varios complementos negativos debido a la coyuntura que genera tal decisión y el escenario latente en torno a otros temas.
Por ejemplo, son muchos los que vieron que esta jugada es una advertencia a los gobernadores aliados de Juntos por el Cambio, debido a la cantidad de exigencias que estos supieron plantear en aquel famoso almuerzo con Milei de semanas atrás, a cambio de dar apoyo al presupuesto.
Además, está la postura de las distintas bancadas parlamentarias. Es que, en principio, se vislumbra un escaso acompañamiento para una medida que, además, exigiría para su sanción una mayoría especial, porque se trata de un tema de índole electoral.
Así es que se debe tener en cuenta que el PRO y la UCR ya dijeron que están en contra de la supresión de las Paso, porque las necesitan para ordenar sus espacios políticos.
La relación con los espacios aliados quedó muy tensa luego de que el Gobierno endureciera la postura por el presupuesto 2025 y cerrara la puerta a las negociaciones con los gobernadores. Y el kirchnerismo, que podría estar de acuerdo, no está dispuesto a votar ninguna iniciativa que provenga de un Ejecutivo que acaba de vapulear a Cristina Kirchner.
Argumento oficial
El proyecto tiene como principal objetivo la eliminación de las PASO, argumentando que representan un gasto innecesario que podría ser reasignado a otras áreas. Además, se propone modificar el régimen de financiamiento de los partidos para reducir el gasto público y «aumentar la transparencia», enfocándose en cómo se financian las campañas más que en cuánto se gasta. También desincentiva la creación de partidos nuevos y el sostenimiento de sellos que tienen nula representatividad.
Además de los cambios en el financiamiento de los partidos, el Gobierno propone erradicar los espacios de publicidad gratuita y endurecer las reglas de caducidad de los partidos (con un aumento del porcentaje de votos necesarios para mantener su registro).
Son dos ejes que probablemente generarán ruidos en el debate, si se tratara, porque perjudicarán a los partidos chicos. La única medida para incentivarlos es facilitar la inscripción de afiliados por medios digitales.
Permitiría mayores aportes privados para financiar actividades partidarias, con nuevos límites y requisitos de transparencia.
El monto máximo permitido que los partidos podrán recibir de una misma persona (física o jurídica) será equivalente al 35% del Fondo Partidario Permanente. Este límite aplica tanto para el financiamiento institucional como para las campañas electorales.
Para garantizar la transparencia, todos los aportes deberán estar bancarizados, siendo obligatorio depositarlos en las cuentas corrientes únicas de los partidos, registradas en la Dirección Nacional Electoral.
Los aportantes deberán completar una declaración jurada a través de una plataforma digital de acceso público, garantizando la legalidad de los fondos. Se implementará una plataforma digital para registrar y publicar todos los aportes recibidos por los partidos.