Un relevamiento de Greenpeace expuso que entre enero y octubre de 2024 se desmontaron 103.816 hectáreas de bosques nativos en el norte argentino, una superficie equivalente a cinco veces la ciudad de Buenos Aires. Los datos, obtenidos mediante imágenes satelitales, revelan que las provincias más afectadas son Santiago del Estero con 45.137 hectáreas y Chaco con 36.045 hectáreas, seguidas por Formosa y Salta.
La organización ecologista denunció que gran parte de los desmontes son ilegales y exigió la penalización de estas prácticas. «Los desmontes provocan desaparición de especies, inundaciones, sequías y desalojos de comunidades indígenas y campesinas. Estamos en una emergencia climática que requiere acciones inmediatas para prohibir estas prácticas en lugar de promoverlas», advirtió Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Argentina se comprometió a alcanzar la «Deforestación Cero» para 2030, pero los niveles actuales evidencian una contradicción preocupante . Cruz señaló que existen complicidades entre gobiernos provinciales y empresarios agropecuarios, lo que facilita la destrucción de los bosques con total impunidad. Además, destacó que las sanciones económicas no son suficientes para frenar la ilegalidad.
En 2019, Greenpeace llevó el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, denunciando a las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Salta por incumplir la Ley Nacional de Bosques Nativos. La causa busca proteger el hábitat del yaguareté, una especie en peligro crítico de extinción, cuya población en el Gran Chaco argentino no supera los 20 ejemplares.
La organización espera que la Corte convoque pronto a una audiencia pública para abordar esta problemática. Mientras tanto, Greenpeace insiste en que la lucha contra la deforestación debe intensificarse, no solo para cumplir los compromisos climáticos, sino también para proteger la biodiversidad y los medios de vida de las comunidades afectadas.