A casi un año de asumir como intendente de Napenay, Javier Ayala, realizó un balance detallado de su primera etapa al frente del municipio. Lo que encontró al asumir fue un panorama desolador, resultado de 12 años de abandono y mala gestión.
Sin recursos económicos, con el parque automotor en estado de destrucción y una deuda social acumulada, Ayala tuvo que enfrentar una de las situaciones más difíciles de la historia de la localidad.
«Asumí un domingo 10 de diciembre y al día siguiente me encontré con la realidad de que el municipio estaba totalmente quebrado. Había solo $1.900 en la cuenta bancaria, un parque automotor inutilizable y 130 empleados de planta. Además, en los últimos días de la gestión anterior, habían incorporado a 50 empleados más, lo que complicó aún más el panorama financiero», relató el intendente en declaraciones a Canal 9.
Un comienzo marcado por la incertidumbre
«Ese lunes me agarraba la cabeza y no sabía por dónde empezar», confesó Ayala. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre inicial, destacó el apoyo de su equipo de trabajo y del gobernador Leandro Zdero, quienes fueron claves para iniciar el proceso de reconstrucción.
«Tengo un equipo que le pone muchas ganas, y contar con el respaldo del gobierno provincial nos permitió comenzar a hacer frente a las necesidades más urgentes», añadió.
La situación heredada no solo afectaba a las finanzas, sino también a los servicios básicos. Durante años, Napenay sufrió la falta de obras de infraestructura, servicios deficientes y una profunda desconexión con las necesidades de los ciudadanos. «La gente de Napenay merece tener una mejor calidad de vida, y ese es nuestro objetivo principal», afirmó Ayala.
Recuperación del parque automotor y obras
Una de las prioridades fue recuperar el parque automotor, fundamental para brindar servicios como recolección de residuos, mantenimiento de calles y trabajos de obra pública.
«Recuperar los vehículos fue un esfuerzo económico enorme, pero necesario. Hoy contamos con un parque automotor en funcionamiento, lo que nos permite realizar tareas que antes eran imposibles», explicó el intendente.
Gracias a este esfuerzo, el municipio pudo retomar obras paralizadas y planificar nuevas inversiones. «Estamos próximos a inaugurar 15 cuadras de asfalto, algo que parecía impensable al inicio de la gestión. Además, realizamos 30 cuadras de ripio, lo que mejoró la circulación y conectividad dentro del pueblo», detalló.
Otra obra destacada es la renovación del Club Deportivo Napenay, un espacio importante para la comunidad. «Este club es un símbolo para nuestros vecinos, y su recuperación era una deuda pendiente.
Queremos que las familias y jóvenes tengan un lugar donde puedan desarrollar actividades deportivas y recreativas», expresó Ayala.
La urgencia del agua potable
Una de las mayores preocupaciones para Ayala es garantizar el acceso al agua potable para toda la población. «Cuando asumimos, el suministro de agua llegaba solo hasta la ruta. Trabajamos para extenderlo al sector sur y, después del 10, lograremos llevar agua potable al sector norte», anunció.
Este avance representa una mejora fundamental para una localidad que durante años sufrió por la falta de este recurso esencial.
Desafíos financieros y pago de sueldos
La gestión financiera también fue un desafío constante. Con un presupuesto limitado y deudas heredadas, el intendente tuvo que hacer ajustes para cumplir con el pago de salarios. «Debimos realizar ajustes importantes para estar al día con los sueldos y garantizar los servicios básicos. Me preocupa el pago del aguinaldo, pero estamos trabajando para cumplir con esa obligación», indicó.
A pesar de las dificultades, Ayala resaltó los logros alcanzados en su primer año de gestión. «Nos tocó una situación muy complicada, pero no bajamos los brazos. Gracias al esfuerzo conjunto y al apoyo del gobierno provincial, hoy Napenay empieza a ver el progreso», concluyó.
El camino hacia el futuro
Con nuevas obras en marcha y una administración comprometida, la localidad avanza hacia un futuro más prometedor.
La recuperación de la infraestructura y los servicios básicos es solo el comienzo de un proceso de transformación que busca dejar atrás años de desidia y brindar a los habitantes una mejor calidad de vida.
«Vamos paso a paso, pero con firmeza. Queremos que Napenay sea una localidad en la que sus habitantes puedan sentirse orgullosos», finalizó el jefe comunal..