En el marco del 48º aniversario de la Masacre de Margarita Belén, el presidente del Comité para la Prevención de la Tortura del Chaco, Darío Gómez, dialogó sobre la relevancia de este acontecimiento histórico y su impacto en la actualidad.
Durante una entrevista con Radio Libertad, Gómez destacó la necesidad de profundizar en la memoria, la verdad y la justicia, pilares que, según expresó, están siendo desafiados por un contexto político y social de creciente negacionismo.
«El tiempo que estamos viviendo amerita un momento de reflexión importante, fundamental, para poner en valor el proceso de lucha que significó la construcción de los derechos humanos en democracia», afirmó.
La memoria como herramienta
La Masacre de Margarita Belén, perpetrada el 13 de diciembre de 1976, es un símbolo de la represión sistemática de la última dictadura militar argentina. Para Gómez, este tipo de eventos no solo deben ser recordados por lo que significaron en el pasado, sino también por las enseñanzas que ofrecen para el presente.
«La memoria es para vernos hoy. Estos hechos no son solo para recordar lo que pasó, sino para entender cómo nos comportamos como sociedad en la actualidad», reflexionó.
Sin embargo, lamentó que las nuevas generaciones no siempre reciban el conocimiento necesario para comprender el alcance de estos eventos.
«Lamentablemente, no hay un sistema educativo que plantee como eje central la cuestión de la memoria. Los programas de derechos humanos se han ido desmantelando, y eso afecta directamente la empatía y el entendimiento de los jóvenes», explicó.
Derechos humanos bajo amenaza
Gómez no escatimó críticas hacia las políticas actuales y los discursos que, según él, buscan erosionar los derechos conquistados. «Nos encontramos en un contexto de negacionismo donde creíamos que muchas cuestiones ya estaban superadas. Los discursos de odio, que a menudo incurren en apología del delito, son difundidos incluso por funcionarios de los más altos niveles del gobierno», advirtió.
En este sentido, subrayó la importancia de no retroceder en los compromisos asumidos como sociedad. «No dar marcha atrás en los derechos conquistados, luchar contra el negacionismo y mantener viva la memoria son acuerdos básicos que debemos respetar», sostuvo.
Un llamado a la educación
A pesar del contexto adverso, Gómez manifestó su confianza en el interés de los jóvenes por la memoria y los derechos humanos. «Cuando voy a charlas en colegios o reuniones abiertas, noto mucho interés. Las semillas están; hay comprensión sobre el sacrificio y la militancia de una generación que luchó por la dignidad y los derechos», afirmó.
No obstante, reiteró la necesidad de fortalecer las políticas públicas que promuevan la memoria y la formación en derechos humanos.
«Si las políticas públicas no impulsan sistemáticamente estos valores, y en cambio se propagan discursos de odio y discriminación, es muy difícil mantener una comunidad sólida», advirtió.
los medios y la sociedad civil
Por otra parte, Gómez también señaló la responsabilidad de los medios de comunicación en la construcción de un discurso que fomente la inclusión y la memoria. «Hoy enfrentamos una etapa compleja con comunicadores que discriminan y realizan preguntas tendenciosas. Esto dificulta sostener las banderas de lucha y enfrentar al poder», denunció.
Finalmente, convocó a la sociedad a reflexionar sobre su rol en la defensa de los derechos humanos. «La Argentina, y el Chaco en particular, siempre han sido reconocidos por su voluntad de lucha y su diversidad en las calles.
Hoy, todo eso está cuestionado. Depende de cada uno de nosotros resolver estas tensiones y mantener vivo el compromiso con la memoria, la verdad y la justicia», concluyó.
El aniversario de la Masacre de Margarita Belén no solo invita a recordar a las víctimas, sino también a reflexionar sobre los desafíos actuales en la defensa de los derechos humanos.
Como señaló Gómez, «el honor que nos transmitieron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo debe mantenerse en alto». Una afirmación que resuena con fuerza en un contexto donde la memoria es, más que nunca, una herramienta para el presente.