El presidente de la Sociedad Rural del Chaco, Marcos Pastori, hizo un balance del sector ganadero, donde destacó los efectos devastadores de una sequía histórica, la presión económica y los desafíos estructurales que enfrenta la producción en la provincia.
En declaraciones a Radio Libertad precisó que «en los últimos cinco años vivimos algo que no se había visto desde las décadas de 1970 y 1980: una sequía brutal. Los expertos dicen que no se había registrado algo similar en décadas, y esto se sintió enormemente en el campo».
«A esto se suman los problemas económicos que venimos arrastrando como país, y un sistema productivo que no ha evolucionado al ritmo del crecimiento poblacional», dijo.
Según el dirigente, alrededor del 70% u 80% de los productores en la provincia son pequeños, quienes dependen casi exclusivamente del consumo interno. «Ese pequeño productor vuelca su producción al consumo interno, que es nuestra columna vertebral.
Sin embargo, muchos tuvieron que liquidar hacienda porque no había campo ni agua, y los precios de la carne estaban por el suelo mientras la inflación iba por el ascensor», explicó.
La falta de agua y pasto, combinada con un mercado adverso, obligó a los ganaderos a desprenderse de sus animales a precios irrisorios. «En este tiempo hubo una liquidación masiva de hacienda, y eso genera un faltante que recién se empezará a notar en 2025 o 2026. La carne que consumimos hoy tardó cinco años en producirse. Eso trasciende cualquier ciclo de gobierno», subrayó.
Exportaciones en
alza, pero con matices
Aunque las exportaciones de carne aumentaron en los últimos años, Pastori destacó que esta tendencia está centrada principalmente en la venta de carne de «vaca conserva» a China.
«Nuestro principal comprador es China, que adquiere la vaca flaca, esa que no podemos engordar por falta de pasto y agua. Esa carne no se consume en el mercado interno, donde predominan cortes de mayor calidad, como el ternero», detalló.
Pastori también explicó que la apertura de las exportaciones de vaca conserva fue un alivio para los productores en plena sequía. «Era una situación desesperante. La vaca flaca, que antes no se vendía, encontró destino en el mercado chino. Esto fue un pequeño respiro, pero no soluciona los problemas estructurales», enfatizó.
El reto de la recuperación
Las lluvias recientes en algunas zonas del Chaco trajeron un poco de alivio, pero Pastori fue claro al afirmar que la recuperación será lenta. «Aunque empiece a llover, el campo no se recupera de un día para otro. Estamos hablando de ciclos productivos largos.
Un ingeniero me comentó que durante estos años de sequía se perdió una y media veces la cantidad de lluvia de un año normal. Esto genera un déficit hídrico enorme», comentó.
Por otro lado, también resaltó las dificultades para acceder al agua en muchas zonas. «En mi propio campo tengo que trasladar agua en carros porque en algunas áreas el agua subteránea es inutilizable. Este problema se repite en toda la provincia, donde las napas se han agotado», explicó.
La necesidad de
políticas integrales
Más allá de los factores climáticos, Pastori abogó por políticas integrales que apoyen al sector. «No podemos manejar la lluvia, pero sí necesitamos medidas concretas que nos permitan adaptarnos y superar estas crisis. La apertura de las exportaciones fue positiva, pero es apenas un parche», afirmó.
El líder ganadero también llamó a valorar el consumo interno y su papel en la economía nacional. «La carne sigue siendo la base de la dieta de las familias argentinas.
Es un producto accesible y nutritivo, pero los precios altos y los salarios desfasados complican la situación. Necesitamos un equilibrio para que todos podamos seguir adelante», concluyó.
Un futuro incierto
A pesar de los obstáculos, Pastori señaló que el sector ganadero chaqueño sigue apostando por salir adelante. «Estamos a cielo abierto, lo que Dios dispone tenemos que aceptar y seguir trabajando.
Esto no se puede cambiar, pero con el esfuerzo de todos podemos superar los desafíos», cerró.