El Observatorio Nacional de las Mujeres de la Matria Latinoamericana advirtió en su informa nual que entre el 1 de enero y el 30 de diciembre de 2024 se registraron 255 casos de mujeres víctimas de femicidio, lo que equivale a un caso cada 34 horas.
La cifra, subraya el estudio, refleja la persistencia de un problema que afecta profundamente a la sociedad argentina.
Además, se documentaron 604 intentos de femicidio, un número alarmante de agresiones que pudieron haber tenido un desenlace fatal.
Dadas las estadísticas, la organización remarcó que la violencia de género no solo deja un saldo de vidas perdidas, sino también un impacto devastador en las familias.
Precisó que durante este año, 222 niñas, niños y adolescentes quedaron huérfanos de madre debido a estos crímenes, dato que pone de manifiesto la necesidad urgente de medidas que no solo prevengan los femicidios, sino que también brinden apoyo integral a los familiares de las víctimas.
VIOLENCA CONTRA NIÑAS Y ADOLESCENTES
Un aspecto desgarrador del informe es el incremento en la violencia hacia niñas y adolescentes. De las víctimas registradas, 27 eran menores de 18 años, lo que representa el 14,5% del total. De estas, 22 tenían menos de 13 años, marcando el porcentaje más alto en los últimos cinco años.
La organización remarcó que estos números son un llamado de atención sobre la vulnerabilidad de las niñas y adolescentes frente a la violencia machista.
El informe también revela que solo el 12% de las mujeres víctimas de femicidios habían denunciado previamente a su agresor. Este es el porcentaje más bajo registrado en la última década, lo que, de acuerdo a MuMaLá evidencia una falta de confianza en el sistema judicial y en las instituciones encargadas de brindar protección.
VÍNCULOS Y PATRONES EN LOS FEMINICIDIOS
El informe detalla los vínculos entre las víctimas y sus agresores, destacando que el 46% de los femicidios fue cometido por parejas o exparejas. Este dato subraya la importancia de abordar la violencia en el ámbito privado, donde muchas mujeres enfrentan situaciones de peligro constante.
Además, el 57% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima o en la compartida con el agresor. Esto pone en evidencia que el hogar, lejos de ser un espacio seguro, puede convertirse en el lugar más peligroso para muchas mujeres.
A nivel regional, las provincias con mayores tasas de femicidios por cada 100.000 mujeres son Chaco, Misiones y Santiago del Estero. Estas cifras destacan desigualdades geográficas en el acceso a recursos y políticas de prevención, lo que requiere un enfoque más descentralizado y adaptado a las realidades locales.
En los últimos tres años, la tasa nacional de femicidios se ha mantenido estable en un caso por cada 100.000 mujeres.
Aunque esta estabilidad podría interpretarse como una ausencia de empeoramiento, también refleja la falta de avances significativos en la erradicación de esta problemática.
Compromisos incumplidos y reclamos urgentes
El informe de MuMaLá denuncia el incumplimiento de leyes y tratados internacionales por parte del gobierno nacional en materia de género.
Victoria Aguirre, vocera nacional de MuMaLá, expresó que «seguimos exigiendo que se restituyan políticas públicas efectivas para el abordaje de las violencias, que protejan nuestras vidas y las de nuestras comunidades». Además, criticó la celebración por parte de las autoridades nacionales de la eliminación del Ministerio de las Mujeres, calificándola como un retroceso en los derechos de género.
«Mientras el Ministro de Justicia Cúneo Libarona y Adorni celebran un año de mensajes odiantes, las organizaciones seguimos visibilizando la realidad donde nos matan todos los días», afirmó Aguirre.
MuMaLá también enfatizó la necesidad de declarar la Emergencia Nacional en Violencias de Género, medida que podría fortalecer los recursos destinados a prevenir, asistir y erradicar la violencia de género en todas sus formas.
Hacia un futuro
sin violencia
Sr Director de La Voz del Chaco:
El panorama actual exige una acción inmediata y contundente. Las cifras presentadas por MuMaLá no solo son un reflejo de la violencia sistemática que enfrentan las mujeres, sino también un llamado a la acción para la sociedad en su conjunto.
La educación en igualdad de género es un pilar fundamental para prevenir la violencia. Es necesario implementar programas educativos que promuevan el respeto y la equidad desde edades tempranas, generando una cultura de no violencia.
Por otro lado, es crucial garantizar el acceso a refugios seguros y servicios de apoyo para las mujeres en situación de violencia. Estos espacios deben contar con recursos suficientes para brindar asistencia integral, incluyendo apoyo psicológico, legal y económico.
Las políticas públicas también deben enfocarse en la capacitación de las fuerzas de seguridad y el sistema judicial. Es fundamental que quienes trabajan en estos ámbitos comprendan la dinámica de la violencia de género y actúen con perspectiva de género.
El rol de los medios de comunicación también es clave. Es necesario que informen sobre los femicidios con responsabilidad, evitando el sensacionalismo y promoviendo la concienciación sobre la problemática.
Finalmente, la participación ciudadana es esencial para generar un cambio. Las movilizaciones y las acciones colectivas han demostrado ser herramientas poderosas para visibilizar la violencia de género y exigir justicia.
El camino hacia un futuro sin violencia de género requiere el compromiso de todos los sectores de la sociedad. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá construir una Argentina más justa y equitativa, donde ninguna mujer tema por su vida.
Agradezco profundamente este espacio.
Una militante.