Este lunes 6 de enero, la Laguna Argüello, en la intersección de Av. Paraguay y Av. Vélez Sarsfield, será el escenario de la celebración en honor a San Baltasar, símbolo de la afrodescendencia y la cultura afrolitoraleña.
Desde las 19, el suelo retumbará al ritmo de los tambores, en una jornada que promete ser una explosión de música, danza y reflexión identitaria.
Tal como se realizó el año pasado, y cada año, esta fiesta de raíz afrodescendiente que se convirtió en elemento importante a nivel cultural e identitario de la zona, dispondrá de un altar dedicado al Santo Negro, al cual los fieles podrán prender velas y llevar sus ofrendas.
En esta oportunidad, el festejo se llevará a cabo en el espacio de la Laguna Argüello por haber sido el sitio alrededor del cual se establecieron muchas familias afrodescendientes, como así también en la zona se hicieron las últimas celebraciones a San Baltasar. El lugar para ello será específicamente sobre Av. Paraguay a 50 metros de la intersección con Av. Vélez Sarsfield.
“Entendemos que esta práctica, que se desarrolla hace más de 130 años en nuestra ciudad, es uno de los componentes más importantes de la cultura del litoral, por lo cual queremos no sólo mantener vivas estas formas, sino también recuperar elementos de los antiguos festejos y acercarlos a la comunidad, como así también dar a conocer a quienes no sabían de su existencia”, explicaron desde la organización.
El evento cuenta con una grilla que incluye las agrupaciones musicales “Proyecto Difusión Masiva del Chamamé”, “Grupo Calicanto Folklore”, “Ensamble Voces de Mujeres”, “Jorge Acuña y su conjunto”; las ofrendas en pintura del artista rosarino André Yarí Ricchetti; la ofrenda en baile de Debi Rodriguez, Sol Pérez, de la agrupación Dinastía Candombes y de Danza Identidad. Además, “desde La Sociedad del Tambor reconstruiremos el baile de la Semba, danza ritual del Congo que no se baila en estos suelos desde la década del ´30”, concluyeron los organizadores.
El evento cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Resistencia, es de carácter gratuito y los que quieran participar pueden llevar sus silletas. Habrá servicio de cantina.
Reconocimiento
Por Ley 7685, el Día de la Afrodescendencia Chaqueña y la Cultura Afrolitoraleña se conmemora cada 6 de enero, coincidiendo con la Fiesta de San Baltasar. Esta fecha busca visibilizar un componente identitario clave en nuestra región, homenajeando la herencia afro y su aporte invaluable a la cultura chaqueña.
El evento no solo será un espacio de disfrute, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la deconstrucción sociocultural en un país marcado por el racismo estructural. Es un llamado a repensar nuestras raíces, reconocer nuestra diversidad y celebrar quiénes somos como sociedad.
Qué se celebra
El 6 de enero para el catolicismo, se conmemora la epifanía de los Reyes Magos. Uno de ellos, Baltasar, figura impuesta por la iglesia para el control espiritual de las comunidades Afro sometidas en estas tierras. La población afro de estas tierras, lejos de responder a la dogma cristiana, sincretizó sus tradiciones y costumbres, consiguiendo preservar fragmentos identatarios, tanto en la figura de San Baltasar, como en su festejo.
Por ello, desde tiempos muy antiguos, la «Fiesta de los Reyes» o el día de San Baltasar, representa una fecha muy importante para la comunidad afro dónde se reviven prácticas ancestrales que los acercan a ese pueblo que, a través de expresiones como éstas, pudo resistir.
Por esto se celebra la memoria, el reencuentro, honran a sus ancestros, y como hace varios siglos, siguen manifestándose por su libertad y derechos. Por todo esto, esta celebración continúa vigente.
Cómo se celebra
San Baltasar, es conocido como el santo de la música y el baile ya que, desde tiempos antiguos, su imagen fue motivo de fiesta y provecho por parte de la comunidad afro para reunirse, reencontrarse y ser libres de cuerpo y alma por esa noche.
De esta forma San Baltasar exige música y danza en su día, siendo importantes los candombes o bailantes organizadas para recibirlo por la noche del 5 de enero o bien durante el 6 o días posteriores, en las cuales intervienen diferentes costumbres según las zonas.
La fiesta entonces, gira en torno a un altar adornado con la imagen del santo rey o varias imágenes de éste, frente al cual transcurre el baile y o el convite organizado para ese día.
En algunos casos perduran costumbres católicas como la novena de forma previa y la misa y procesión del día 6-.
Pero siempre, cada 6 de enero o en su vigilia, se baila, se toca, se canta y se comparte . Dentro de estos rituales están siempre los tambores componente infaltable que recuerda de dónde vienen.
De donde proviene la festividad.
Si bien se gestó entre las comunidades afro sometidas, prevaleciendo las costumbres del suelo africano, esta celebración es tan antigua, que la misma vio nacer este país y gestarse poco a poco.
Y aunque la misma se extiende por diferentes regiones y países, cabe destacar que en cada lugar se da de forma única y diferente, debido a las influencias recibidas y a las transformaciones que se dieron durante el proceso de sincretismo.
En el caso de nuestro litoral, las fiestas recibieron gran aporte de la cultura guaraní, generando un fuerte arraigo con la región. Esto fue el responsable que esta celebración se convirtiera en una manifestación popular al igual que el mismo San Baltasar, canonizado por el pueblo.
Sus formas resistieron las influencias extranjeras de las que estamos acostumbrados. Por ello, que para muchos parece exótico, en realidad no es más que una muestra de la pureza y cercanía con esa ancestralizdad que en algún momento reunió a nuestros antepasados en este suelo.
Es así que la fiesta no fue traída desde otro lugar, sino que siempre estuvo acá. Sin embargo, realidades como éstas, forman parte de un proceso de reconocimiento social y cultural por el que se viene luchando, lamentablemente hace más de dos siglos.
En la provincia
En el Chaco, se gestaron celebraciones con características propias. Las referencia oral sobre la fiesta remonta a 1890, cuando comenzaron a llegar numerosas familias afro desde el cambá cuá correntino para instalarse en las poblaciones orilleras del Chaco trayendo los festejos.
Así también, en otras localidades del interior chaqueño, se dio lo mismo.
La celebración más antigua registrada en la provincia es la de Luis Francia, con fecha del 6 de enero de 1908. La nota, realizada por un periodista español, fue luego replicada en una revista de Barcelona, como parte de una edición especial sobre Argentina y sus provincias y territorios editada en 1911.
Ya para 1960 sólo en la ciudad de Resistencia existían 14 altares de San Baltasar, que ofrecían fiestas en cada uno de estos puntos, como así también en Barranqueras y Puerto Tirol.
Asimismo la celebración estaba presente en más de 20 localidades.
La inundación de 1966 y los sucesivos gobiernos de facto terminaron con los festejos en las calles, reservándose a la intimidad familiar.
Sin embargo sobreviven y resisten estas fiestas que, poco a poco, vuelven a ser dueñas de las noches de enero, porque los tambores nunca callan.