En los últimos días, se volvieron a registrar incendios forestales que afecta tanto al medio ambiente como a la infraestructura, entre ellas la energética.
Es por esto que Secheep, la empresa de suministro eléctrico, emitió un comunicado alertando sobre los impactos de estos siniestros, que sólo en las últimas horas ya han consumido más de 22 kilómetros cuadrados en el departamento General Güemes.
La situación se ve agravada por condiciones climáticas extremas, como las altas temperaturas que se vienen registrando en los últimos días, sumado a la falta de lluvias ,y a la acción humana con numerosos incendios intencionales reportados.
“El fuego en zonas rurales afecta a postes y líneas eléctricas, pero también a transformadores de distribución y redes de alta, media y baja tensión”, explicaron desde Secheep.
Durante la siesta del pasado domingo 5 de enero, un incendio en el kilómetro 22 de la ruta nacional 16 provocó cortes masivos en localidades como Basail, Colonia Baranda, Cote Lai, Puerto Tirol, Colonia Popular y Laguna Blanca.
Las cuadrillas trabajaron intensamente para restablecer el servicio y reparar los daños.
Causas y efectos
Los incendios forestales en la región tienen varias causas principales. Por un lado, las altas temperaturas y la escasez hídrica, acentuadas por el cambio climático, crean condiciones propicias para la propagación del fuego.
Además, las actividades humanas, como desmontes y quema de pastizales, como recurso agropecuario o ganadero incrementan el riesgo de incendios.
Según la empresa energética provcincial registraron más de 400 postes quemados y daños significativos en transformadores, lo que genera pérdidas millonarias y prolongados cortes de energía.
“Este tipo de siniestros no solo afecta la infraestructura eléctrica, sino que también pone en peligro la seguridad de los clientes y los operarios”, advirtieron desde la empresa.
Además, los incendios impactan negativamente en la biodiversidad y la calidad del suelo, contribuyendo a la desertificación y la pérdida de ecosistemas vitales.
CHACO CON ALTO RIESGO
La posibilidad que las condiciones meteorológicas locales favorezcan los incendios se determina mediante una serie de factores como el viento, la temperatura, la humedad y el registro reciente de lluvias. Estos parámetros meteorológicos se combinan en un índice meteorológico para proporcionar un pronóstico diario de la severidad de las condiciones meteorológicas favorables a los incendios y que normalmente se clasifica en niveles de severidad de incendio, tales como alto, medio, bajo.
En la provincia el peligro de incendio forestal se clasifica como alto de acuerdo con la información disponible en esta herramienta.
Esto significa que hay más de un 50 % de probabilidad de que existan condiciones meteorológicas favorables para que se produzca un incendio forestal importante que podría causar pérdidas de vidas y propiedades.
El daño puede ocurrir no solo debido a la exposición directa a las llamas y la radiación, sino también a las brasas y al fuego superficial de bajo nivel.
Las proyecciones modeladas del clima futuro identifican un aumento probable en la frecuencia de condiciones meteorológicas favorables a los incendios en esta región, tales como un aumento de la temperatura y una mayor variabilidad de las lluvias. En zonas ya afectadas por el peligro de incendios forestales, es probable que aumente la duración de la temporada de incendios, y esta última incluya un mayor número de días con condiciones atmosféricas favorables a la propagación de incendios debido a periodos más largos sin lluvias durante las temporadas de incendios.
Las proyecciones climáticas indican que podría haber también un aumento en la gravedad de los incendios.
Las zonas con un nivel de peligro de incendios forestales muy bajo o bajo podrían experimentar un aumento del peligro, dado que las proyecciones climáticas indican una expansión de la zona donde podrían producirse incendios forestales.
Si bien las actividades humanas y el funcionamiento de determinadas maquinarias pueden aumentar la probabilidad del inicio de incendios forestales, también pueden extenderse de diversos modos: propagación a través de zonas cubiertas de hierba o maderas combustibles . Pueden producir tizones transportados por el viento que pueden prender fuego en un lugar distante. Cuando se llega a un punto en que en una superficie llena de hierba y madera es difícil ver o caminar, esto significa que se ha alcanzado un nivel propicio para un incendio forestal intenso si se dieran las condiciones meteorológicas adecuadas.
el impacto
En el Gran Chaco sudamericano, especialmente en Chaco y Salta, los incendios forestales afectan la biodiversidad y las formas de vida locales.
El avance del agronegocio en el norte argentino ha llevado a deforestaciones y fumigaciones que degradan los suelos y contribuyen a incendios. La combinación de factores naturales (sequías, altas temperaturas) y antrópicos (desmontes, uso de fuego en producción ganadera) ha intensificado la pérdida de cobertura boscosa.
En 2020, más de 150.000 hectáreas fueron incendiadas en ambas provincias, representando el 13,6 % de los incendios nacionales.
A pesar de los planes de mitigación, la falta de recursos y estrategias efectivas limita los esfuerzos para controlar el problema. Los incendios, en su mayoría intencionales, impactan tanto en los ecosistemas como en la infraestructura, agravando la crisis ambiental y social de la región.
A esta situación se suma la complejidad de los ciclos hídricos en la región, marcados por inundaciones en verano y sequías extremas en invierno. Las actividades humanas, como la construcción de diques y terraplenes, han alterado las cuencas fluviales, aumentando los riesgos de desbordes y dejando a las comunidades vulnerables al déficit hídrico durante la estación seca. Este panorama evidencia la necesidad urgente de políticas integrales que aborden tanto los incendios como la gestión sostenible del agua.