El cambio climático se ha convertido en una de las mayores crisis ambientales del siglo XXI. La comunidad científica ha demostrado que la acción humana es el principal factor de su aceleración, debido a la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles y la deforestación.
María Elina Serrano, ingeniera hidráulica y especialista ambiental, se refirió a esta problemática en una entrevista en la radio 99.7. «No es una cuestión de yo creo o yo no creo, hay evidencias científicas suficientes para darnos cuenta de que estos cambios son derivados de la acción humana», afirmó.
Los efectos del cambio climático se evidencian en la mayor frecuencia e intensidad de fenómenos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones.
Eventos recientes, como las altas temperaturas registradas en febrero y marzo, refuerzan la necesidad de adoptar medidas urgentes.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS
DEL FENÓMENO
Serrano explicó que la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera atrapa el calor solar y eleva la temperatura global.
«Las actividades humanas son el factor dominante: la quema de combustibles fósiles libera dióxido de carbono, mientras que la deforestación reduce la capacidad de los bosques para absorber este gas», sostuvo.
El aumento de la temperatura global tiene consecuencias graves, como el derretimiento de los polos, la elevación del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas.
Además, la crisis climática afecta la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable, impactando especialmente a las poblaciones más vulnerables.
Las regiones más industrializadas son las principales responsables de las emisiones globales, mientras que América latina y el Caribe contribuyen entre el 7% y el 10% del total.
Sin embargo, esta región cuenta con ecosistemas clave, como bosques y humedales, que pueden mitigar el impacto de la crisis climática.
EL ROL DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Las políticas ambientales son fundamentales para enfrentar el cambio climático.
Serrano destacó la necesidad de generar estrategias de adaptación para reducir la velocidad del calentamiento global. «Debemos generar políticas para la adaptación. Ya no estamos dudando hacia dónde va esto, lo que se debe trabajar es para que la velocidad no sea tan rápida», señaló.
La especialista manifestó su preocupación por el negacionismo del cambio climático en el actual gobierno de Javier Milei, considerando su postura un «retroceso».
En este sentido, advirtió sobre la importancia de mantener las normativas ambientales existentes: «En temas legislativos no podemos retroceder en normas que están escritas, a eso se llama principio de no regresión, no podemos regular menos».
Asimismo, destacó que la implementación de políticas ambientales requiere financiamiento. «Si no tenemos una mirada desde el Estado que permita esa transformación hacia una transición justa, no podemos hacer que las cosas cambien sin definir cuál es el camino», afirmó.
Por otro lado, alertó sobre las posibles consecuencias de la salida de la Argentina de organismos internacionales relacionados con el cambio climático. «Si la Argentina deja de pertenecer a organismos internacionales donde se deciden los destinos del planeta, se hace aún más complicado», advirtió.
Tareas individuales
para la mitigación
Serrano enfatizó que la ciudadanía también tiene un papel clave en la lucha contra el cambio climático. «Las problemáticas ambientales no conocen de fronteras, deben colaborar municipio, Provincia, Nación, el sector privado y la academia», afirmó.
Una de las herramientas principales es la educación y la concienciación. «Es fundamental poder hablarlo, poder entenderlo para saber qué podemos hacer como individuos y, de alguna manera, presionar también a las autoridades», destacó.
Además, mencionó prácticas sostenibles que pueden implementarse en el hogar, como el uso responsable del agua y la energía eléctrica.
«La gestión responsable de estos recursos naturales no solo ayuda a preservar el medio ambiente. En el caso del agua, su conservación evita la escasez y la contaminación, mientras que la eficiencia energética reduce las emisiones de gases de efecto invernadero», explicó.
Por último, destacó la importancia de la economía circular y la gestión de residuos. «Para promover la sostenibilidad, al reciclar y reutilizar materiales, se reduce la cantidad de desechos que terminan en vertederos, lo que ayuda a conservar los recursos naturales y minimizar la contaminación», concluyó.