Desde hace siete años, un grupo de voluntarios conocidos como «Los guardianes del puente» trabaja incansablemente en el Puente General Manuel Belgrano, que une Resistencia y Corrientes, con un solo objetivo: prevenir suicidios y brindar apoyo emocional y espiritual a quienes atraviesan momentos de angustia.
Marlene Monzón, integrante del grupo, relató en una entrevista con Radio Natagalá, cómo llevan adelante su labor y cómo la fe, el compromiso y la solidaridad pueden hacer la diferencia en situaciones límite.
la necesidad
de Un compromiso
El grupo comenzó su labor en 2018 en la Iglesia Casa de Dios, donde primero organizaban jornadas de oración. «Orábamos los sábados y domingos temprano, pero un día vimos la necesidad de estar disponibles las 24 horas, porque la sociedad necesita contención espiritual», explicó Monzón.
La decisión de ampliar su presencia surgió tras un hecho trágico en su comunidad. «Uno de nuestros vecinos se quitó la vida, y eso nos hizo ver que teníamos que estar más presentes», agregó.
Un patrullaje constante
«Los guardianes del puente» trabajan en turnos rotativos de dos horas, con cuatro personas en cada guardia. «Cubrimos las 24 horas del día, organizados en siete redes. Cuando alguien presenta signos de angustia, nos acercamos con un mensaje de esperanza», describió Monzón.
El primer contacto se realiza a través de una «promesa», un fragmento de la Biblia. «Si la persona se resiste, insistimos en hablar y preguntar si necesita ayuda. Si la situación es crítica, damos aviso a las cámaras de seguridad para que envíen una patrulla policial», explicó la voluntaria.
El trabajo no termina cuando la persona es alejada del peligro. «Les asignamos un líder, que los visita y los acompaña en su proceso de recuperación, siempre respetando sus tiempos», señaló.
Las historias
más difíciles
A pesar del esfuerzo, no siempre logran evitar los desenlaces trágicos. «Una mujer, que conocía la palabra de Dios, se resistió a nuestra ayuda y terminó lanzándose al río. Un pescador la rescató, pero falleció en el hospital», recordó con tristeza Monzón.
Los casos de intento de suicidio predominan en jóvenes, especialmente varones. «Nos duele ver tanta desesperanza en la juventud. Muchos llegan a ese punto porque se sienten solos», reflexionó.
El apoyo d e la comunidad
El trabajo de los guardianes ha inspirado a muchos chaqueños y correntinos a sumarse. «Gente de distintos lugares viene a patrullar con nosotros. Pero esto requiere compromiso, porque no lo hacemos cuando tenemos tiempo libre, sino porque entendemos que es una misión», destacó.
Quienes deseen colaborar pueden comunicarse al 379-4018700. «Ubicamos a cada voluntario según su disponibilidad. Todos pueden ayudar de alguna manera», afirmó Monzón.
Un trabajo
que salva vidas
Desde su creación, el grupo ha logrado evitar decenas de suicidios y brindar contención a cientos de personas. «Sabemos que no podemos salvar a todos, pero cada vida que logramos rescatar nos da fuerzas para seguir», concluyó.
En un mundo donde la desesperanza parece ganar terreno, historias como la de este grupo de voluntarios demuestran que la empatía y la solidaridad siguen siendo poderosas herramientas para transformar realidades.