La situación de las panaderías es crítica. Así lo describió Alejandro López, presidente de la Unión Industrial de Panaderos del Chaco, quien advirtió sobre la creciente competencia desleal en el sector, la falta de controles y el impacto devastador que esto tiene sobre los comercios formales.
«Venimos muy complicados con el tema de los precios», afirmó López. «Hay una fuerte competencia desleal frente a la cual no tenemos recursos para defendernos. Nos manejan el mercado y nos obligan a trabajar con márgenes mínimos de ganancia para poder seguir en carrera».
Precios, competencia y sostenibilidad
En declaraciones a Radio Libertad, López fue tajante al analizar el escenario actual. «Nuestra situación es muy diferente a la de Buenos Aires. Ellos manejan otros números. Si bien nuestros costos son muy similares, a la hora de aplicar rentabilidad estamos muy por debajo para poder competir», explicó.
El dirigente hizo especial hincapié en que los precios de referencia no reflejan los costos reales de producción. Según sus estimaciones, «el kilo de pan debería costar entre 2.500 y 3.000 pesos para que la actividad sea sustentable». Sin embargo, en muchos locales de la provincia, se puede encontrar pan a precios tan bajos como 1.000 o 1.500 pesos.
«Cuando ves esos precios tan bajos, sabés que hay mucha irregularidad en ese marco productivo», aseguró. «Hay pan a 1.000 pesos. Es una vergüenza. No sé qué le están entregando a la gente. O tal vez no es mala la calidad, pero es todo ilegal: mano de obra en negro, mercadería no registrada, comprada en negro».
En este contexto, López se preguntó: «¿Cómo puede ser que lo vendan a 1.000 pesos si el costo real del pan está por arriba de los 1.700? Es imposible haciendo las cosas bien, cumpliendo con todas las regulaciones municipales y provinciales».
Consultado sobre qué herramientas tienen hoy los industriales panaderos para enfrentar esta situación, López fue categórico: «La verdad es que no tenemos más recursos «.El presidente del Centro de Industriales Panaderos del Chaco remarcó que «se agotaron todas las instancias legales». «No podemos actuar fuera de la ley, siempre denunciamos por los canales correspondientes, pero cuando todas las puertas se cierran, no nos queda otra que achicarnos, reducir nuestros márgenes y tratar de competir como podamos», lamentó.
La situación es tan delicada que, según López, un mínimo error administrativo o de costos puede llevar directamente a trabajar a pérdida. «Hoy no tenés márgenes de error. Si te equivocás en algo, empezás a perder plata», advirtió.
Un sector cada
vez más reducido
La informalidad crece sin freno. López estimó que «de cada 10 panaderías que funcionan en la provincia, sólo un 30 o 35% lo hace en regla». «Es impresionante la cantidad de establecimientos irregulares que aparecieron en los últimos años, y cada vez nos afecta más», lamentó.
La inflación, el aumento de costos de producción y la falta de fiscalización estatal fueron, según el dirigente, el caldo de cultivo perfecto para que proliferen los comercios ilegales, reduciendo el mercado para aquellos que cumplen con las normativas vigentes.
Expectativas
y futuro Incierto
Sobre los próximos pasos, López adelantó que el Centro de Industriales Panaderos se encuentra evaluando los costos y no descartó futuros aumentos de precios. «Por el momento no hablamos de un nuevo aumento, pero seguramente en las próximas reuniones de comisión directiva vamos a analizar los números para ver cómo estamos», señaló.
El panorama, sin embargo, es de suma incertidumbre. «Estamos surfeando la ola para no hundirnos», graficó López. «La soga la tenemos cada vez más apretada en el cuello. Nuestro objetivo, hoy por hoy, es aguantar, resistir, y esperar a que haya un cambio que nos permita volver a trabajar con normalidad».
A la falta de respuestas oficiales, se suma el desgaste emocional de los trabajadores y empresarios del sector. «Es muy difícil seguir cuando ves que las reglas no son las mismas para todos», confesó.
«Lo que pedimos es simple: reglas claras para todos. No queremos privilegios, queremos poder trabajar en igualdad de condiciones», concluyó.