Para el gobierno bonaerense queda en claro que a la ex Presidenta no le deben dar la espalda. Aunque, a regañadientes, terminó capitulando y aceptando la imposición del primer mandatario de desdoblar las elecciones en Provincia, a la hora de la verdad produjo una doble jugada. Por un lado, eliminó una parte del proyecto que estiraba los plazos del proceso y, en una iniciativa por separado, promovió la reelección indefinida de los legisladores provinciales, omitiendo en la extensión de ese beneficio a los intendentes, lo cual fue leído como «un pase de facturas» por el progresivo realineamiento de los jefes comunales con «el nuevo orden» que encarna el liderazgo de Axel Kicillof.
La interna entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof por el control del PJ volvió a tensarse. Tuvo otro inesperado round con una jugada de la expresidenta que no se resigna a ceder la centralidad que el resto del peronismo le pide como contribución al tiempo que se viene, en el que la sociedad espera una nueva melodía acorde con la necesidad de mostrar otra cosa que no haga recordar las frustraciones que llevaron a la derrota de los Fernández en 2023. Apenas finalizó la sesión del Senado bonaerense, en la que se exhibió un presunto entendimiento (con bemoles) que derivó en la media sanción de un proyecto para suspender las PASO en la provincia de Buenos Aires. En las huestes del gobernador, se leyó como un ejercicio de presión sobre los intendentes que lo respaldan que, una vez cerrada la sesión, doce senadores que responden a la expresidenta hayan presentado, sin aviso previo, una iniciativa para habilitar la reelección indefinida de legisladores provinciales y municipales, que excluye de esa posibilidad a los jefes comunales.
El kicillofismo también mastica bronca porque la suspensión de las PASO aprobada el martes en el Senado provincial no incluyó la extensión de los plazos del calendario electoral que pretendía el gobernador, lo que le hubiera dado mayor plazo de anticipación a la convocatoria de elecciones, el reconocimiento de alianzas, la presentación de listas y de boletas. «Es una extorsión más, sin ningún tipo de racionalidad política. Inexplicable, como todo lo que están haciendo. No votaron la adecuación de plazos electorales para seguir embarrando la cancha», consideró un dirigente leal al gobernador.
Otra fuente del grupo de Kicillof calificó de «trastada» la exclusión de la modificación de los plazos en el proyecto aprobado. «No aprobar los tiempos, siendo un pedido de la Corte [provincial], fue una maldad», añadió. «La Provincia está haciendo una elección novedosa [al desdoblar y tener a su cargo, así, el operativo electoral]. El proyecto del gobernador daba más plazos para suplir dificultades. Lo hacen para demostrar poder y que la cosa no salga como quiere el gobernador», planteó un hombre que camina secciones electorales con la bandera kicillofista.
Mientras en el cristinismo justifican la iniciativa en la urgencia de los legisladores para levantar sus restricciones electorales y en la unificación de criterios con diputados y senadores nacionales, en el campamento del gobernador no dudan en considerar la movida un dardo contra los intendentes que se siguen alineando de ese lado de la grieta interna, mirando más a lo que viene que a lo que se va.
«Estaba el rumor [sobre la presentación del proyecto del cristinismo], en la lógica de extorsionar a los intendentes. [Están] enojados porque la gran mayoría está con Axel, públicamente, y muchos otros aún no lo pueden expresar», admitieron afines del primer mandatario, que admitieron que estas cosas seguirán sucediendo porque la doctora no se resigna a ser una más.
Otra fuente alineada con Kicillof en la disputa interna subrayó que el proyecto que tiene como autor al senador Luis Vivona se debe a que «están buscando salvarse los que se les vence el mandato y, de paso, molestar a los intendentes por tomar distancias de la jefatura de Máximo, que quedó debilitada con el repliegue de Cristina frente al avance de los intendentes y el gobernador.
«Es un apriete al gobernador», se admitió. «Es una picardía de La Cámpora y compañía ir por la reelección de todos, menos la de los intendentes. El mensaje es que, si quieren la reelección de los intendentes, paguen algún costo los de Axel. El tránsito hacia el cierre de listas va a tener estos vericuetos», indicó un dirigente del conurbano que trabaja en el armado político del gobernador y que reveló que, si bien Cristina tendrá sus lugares, lejos estará de seguir siendo quien tenga el control de las listas.
En este espacio se admite como lógico una redistribución de los espacios, quedándole al gobernador el 40 %, a los intendentes el 30 %, al cristinocamporismo el 20 %, y el restante 10 % a quien consideran un socio menor, sin dejar de admitir que el propio Massa trataría de ser parte de la representación al Senado y de que, contrariamente a lo que se dice, la expresidenta volvería sobre sus pasos para tratar de estar al frente de la oferta electoral de diputados nacionales, algo que este medio anticipó hace tiempo, cuando se daba por cierto que Cristina recalaría en la Legislatura bonaerense.
El proyecto de Vivona, que ingresó al Senado el martes a las 16:19, establece en su primer artículo modificar el artículo 3 de la Ley Orgánica de las Municipalidades para habilitar la reelección indefinida de los concejales, pero mantener el límite para los intendentes. En el artículo segundo, se propone la modificación del artículo 13 bis de la ley 5109 (ley electoral de la provincia de Buenos Aires) para que establezca que «los diputados y senadores podrán ser reelectos» (hasta hoy, rige para ellos el mismo límite de dos mandatos seguidos que tienen los jefes comunales).
Desde el cristinismo negaron que haya motivaciones contra el gobernador y sus intendentes detrás de la iniciativa. «Para nada, en absoluto», indicó una fuente del sector. «El tema es que los legisladores, si quieren reelegir, se están quedando sin tiempo. Había que acelerar el tema y hay cierto acuerdo. Los intendentes andan a las vueltas, pero nadie definía. Y, además, tienen tiempo, su elección es en 2027. Se decidió avanzar con lo urgente. Por otro lado, si esto pasa, lo de los intendentes ya tendría un antecedente que habilita el tema», explicó la fuente.
En otra terminal cristinista, justificaron el proyecto con otro argumento: «La idea es implementar el mismo rigor que con los legisladores nacionales. Ellos no tienen límites y acá sí había».
En la Legislatura, Cristina pone en juego 15 bancas de diputados y senadores que le responden; Kicillof, solo siete. También, son más los legisladores alineados con ella que están impedidos de volver a presentarse por el límite de dos mandatos que rige en la provincia y se beneficiarían con la eliminación de las restricciones. «Más que eso, es una provocación a los intendentes y no tiene lógica política», reaccionaron cerca del gobernador.
Más de 47 jefes comunales apoyan a Kicillof. Entre ellos, algunos de sus principales armadores, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), que no tienen posibilidad de reelección si no se modifica la ley.
La tensión entre los bandos volverá a medirse el miércoles de la semana que viene, cuando desde las 15 la Cámara de Diputados bonaerense intentará convertir en ley la suspensión de las PASO que logró media sanción en el Senado.