La marcha de jubilados de este miércoles tuvo su costado represivo. Efectivos de la Policía Federal lanzaron gas lacrimógeno a los manifestantes en los alrededores del Congreso Nacional. Los incidentes dejaron por el momento un saldo de dos detenidos y al menos tres heridos.
Los jubilados se movilizaron, como cada miércoles, en reclamo de un aumento de haberes, con apoyo de la UTEP y partidos de izquierda.
La policía forzó a los manifestantes hacia la vereda en las inmediaciones del Palacio Legislativo para garantizar el funcionamiento del tránsito, como establece el protocolo de la ministra Patricia Bullrich. Pero después no se demoró en tirar gases lacrimógenos.
La tensión comenzó mientras los manifestantes estaban realizando un «semaforazo» -bajar a la senda peatonal mientras el semáforo está en rojo y volver a la vereda cuando se retoma el tránsito- pero tardaron más de lo previsto en salir de la calle y la Policía los empujó hasta la vereda. Este episodio se repitió en distintas oportunidades aunque luego los protestantes empezaron a retroceder sobre avenida Rivadavia y a colarse entre los autos.
Los efectivos de las fuerzas federales avanzaron con escudos y tiraron gases lacrimógenos. Cuando se desataron los incidentes se sumó al operativo la Prefectura Naval.
A diferencia de semanas anteriores, el vallado estuvo ubicado sobre la vereda del Congreso para que los manifestantes se concentraran en la esquina de Rivadavia y Entre Ríos sin que bajaran a la calle y se quedaran sobre la plaza.
En este marco, Carlos Alberto Dawlowfki, el hincha de Chacarita que es uno de los referentes de la movilización, se quejó por el accionar policial: «Ellos cortan el tráfico y quieren agredir, pero hoy los cagamos porque lo hacemos por la vereda y después vamos a copar el Congreso».
Una señora que integra el reclamo también habló con C5N y agregó: «Tengo 80 años, pero no me van a parar. Como siempre los policías, pero hoy por primera vez nos permitieron rodear el Congreso, que es lo que queríamos hacer siempre».