Miguel Simons se refirió a los efectos inmediatos del levantamiento del cepo cambiario y sus implicancias en el sector supermercadista local. En diálogo con LA VOZ DEL CHACO, Simons destacó que, a pesar de algunas expectativas de aumento de precios, los efectos han sido moderados hasta el momento.
Explicó que, aunque algunos productos han experimentado ajustes menores, los aumentos no han sido significativos. «No hubo grandes modificaciones de precios, algunos ajustan un poquitito, pero muy poco. Por el momento, el daño es menor», señaló.
Sin embargo, advirtió que el futuro podría ser incierto. «La salida del cepo es positiva, pero lo que no sabemos es si esto se va a mantener en el tiempo o si en algún momento se comenzarán a ajustar los precios. El costo era real, y los márgenes ya estaban muy ajustados. En algún momento, creo que la industria va a ajustar», agregó.
Simons también se refirió a la dinámica de los precios en función de la situación política y económica.
«Por el momento, creo que van a dejar que se enfríe un poco el tema, ver cómo se desarrolla la situación, cómo se mueve el dólar la semana que viene, y cómo influye la expectativa política.
En una semana más completa podremos ver cómo se mueve el mercado y tomar decisiones definitivas sobre los ajustes de precios», afirmó.
Ajustes en las grandes marcas y productos tradicionales
En cuanto a la reacción de las grandes marcas, Simons mencionó que algunas empresas se apresuraron a reajustar precios sin la certeza de cómo se desarrollaría la situación económica.
«Creo que algunas empresas se apuraron y sufrieron las consecuencias. Pero lo que realmente está pasando es que productos como Coca-Cola y otras bebidas tradicionales están perdiendo terreno.
Antes vendíamos diez Coca-Cola por cada agua saborizada o gaseosa alternativa, pero ahora las aguas saborizadas y las gaseosas alternativas se venden más que la Coca-Cola», explicó.
El panorama de las bebidas alcohólicas también fue parte de la conversación. «La cerveza, por ejemplo, ya venía con una caída importante en su venta, y ahora con la salida del cepo, algunas marcas están aprovechando para decir que aumentarán los precios o harán bonificaciones, pero todo depende de las ventas.
Si las ventas siguen siendo bajas, es probable que en algún momento resignen márgenes para mantener los precios», destacó Simons.
El desafío de los supermercados
Por otro lado, Simons explicó que los supermercados de proximidad, aquellos que sirven a barrios y comunidades más pequeñas, continúan enfrentando desafíos debido a los altos costos de insumos y servicios.
«Nosotros veníamos muy justos con los productos en la panadería, porque la gente, por supuesto, dejó de comprar un kilo de pan. Ahora se compra lo que el bolsillo permite.
No hablo de las grandes cadenas, sino de los supermercados de proximidad. Nosotros tuvimos que ajustar porque sabíamos que los costos de insumos como la harina y la luz iban a seguir subiendo. Si no ajustábamos, nos quedábamos sin margen», dijo.
En otra parte mencionó el efecto de los costos de servicios en los pequeños comercios. «La luz y el gas son carísimos. Hay que ser muy cuidadoso con los márgenes, porque un aumento en los costos puede dejarte sin nada», advirtió.
El consumidor en Semana Santa
Sobre las ventas en la Semana Santa, Simons señaló que, a pesar de un panorama sombrío, las ventas fueron mejores de lo esperado. «El panorama se veía muy complicado, pero las ventas fueron bastante buenas.
No se vendió tanto chocolatería ni productos de pescadería, pero los productos típicos de Semana Santa, como los huevos, la harina, el queso y otros productos básicos se vendieron bien», indicó.
Sin embargo, la venta de pescadería fue la excepción. «La pescadería hace rato que no se vende. Para los supermercados de proximidad, la situación sigue siendo complicada», aclaró.
En cuanto a la competencia con las grandes cadenas, Simons destacó que los supermercados más pequeños siguen siendo una opción atractiva para los consumidores debido a la cercanía y la capacidad de ofrecer precios más competitivos.
«El supermercado de proximidad sigue defendiendo su lugar en el mercado, porque la gente, con poco dinero en el bolsillo, prefiere no hacer un gran recorrido para ir a comprar a grandes cadenas.
Pero, por supuesto, las grandes cadenas también están aprovechando los convenios con bancos y tarjetas para ofrecer descuentos exclusivos, lo que les da una ventaja», explicó.
El futuro de los supermercados y las tiendas de conveniencia
En otro punto, se refirió al futuro de los supermercados, afirmando que el modelo de tiendas de conveniencia está ganando terreno a nivel mundial. «A nivel global, las tiendas de conveniencia están ganando espacio. Las empresas están achicando la superficie de sus tiendas y aumentando su número, como los 24 horas mejorados.
Este modelo es el futuro, especialmente en países con mayor capacidad de compra como Estados Unidos y Brasil», dijo Simons.
No obstante, reconoce que en l Argentina, debido a la inestabilidad económica y al bajo poder adquisitivo, aún queda tiempo para que este modelo se consolide.
«En la Argentina, este tipo de tiendas todavía va a demorar, pero todo llega. Yo tuve la oportunidad de conocer un supermercado Costco en Filadelfia hace más de 20 años, y me di cuenta de que ese era el futuro.
Hoy en día, estamos viendo cómo se implementan estos modelos en otros países, pero aquí en Argentina, aún hay un largo camino por recorrer», afirmó.
El desafío del mercado argentino
Asimismo, Simons finalizó la entrevista hablando sobre el contexto económico argentino. «El mercado argentino sigue siendo muy complejo.
La mitad de la población es pobre y la otra mitad está en la informalidad. Esto no es atractivo para las grandes empresas.
Si miramos ejemplos de otros países, como Brasil, vemos cómo las grandes cadenas como Oxxo están expandiendo su presencia.
En Brasil, con 230 millones de habitantes y una economía más sólida, este modelo tiene mucho éxito. En cambio, en la Argentina, con la inestabilidad económica y el bajo poder adquisitivo, estamos aún lejos de ese modelo», concluyó.