Más de un cuarto de millón de personas despidieron al papa Francisco en la capilla ardiente instalada dentro de la basílica de San Pedro tras lo cual finalmente fue sellado este viernes el féretro, en una ceremonia privada y no televisada de la que participaron pocas personas.
La ceremonia fue presidida por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro. Junto al camarlengo se encontraba el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años, Decano del Colegio Cardenalicio y otros altas figuras de la iglesia, entre ellas el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano y mencionado en todas las conjeturas como firme candidato a suceder a Francisco.
También participaron canónicos del Capítulo Vaticano, penitenciarios menores vaticanos y secretarios del Papa. Todos se habían congregado media hora antes frente al altar de la confesión.
Francisco murió el lunes a los 88 años y desde entonces creyentes y no creyentes, peregrinos, turistas y líderes políticos se congregaron en el Vaticano para despedirlo. El presidente Javier Milei es uno de los líderes mundiales que viajo al Vaticano sin embargo no llegó a tiempo antes de que se sellara el féretro y participará mañana de la ceremonia en la que se depositarán sus restos en la basílica de Santa María de la Mayor, bajo una lápida sencilla con una sola inscripción: Franciscus.