El objetivo del Gobierno es que el índice perfore el 2,5% y eventualmente llegar a las elecciones con subas del orden del 1% mensual. La caída del tipo de cambio se podría acentuar en las próximas semanas por la mayor liquidación del agro.
La estabilidad cambiaria permitió que en la segunda quincena de abril los precios tuvieran comportamientos mucho más estables, compensando parcialmente las fuertes subas registradas en las dos primeras semanas del mes. Como consecuencia la inflación de abril se ubicaría en niveles levemente superiores al 3%. La expectativa del Gobierno es que en mayo se perfore el 2,5%, lo que mostraría claros indicios de que se retomó la desaceleración inflacionaria que se había frenado desde febrero.
El dato de abril, aunque muy alto, representa una reducción respecto al elevado 3,7% registrado en marzo. El mes pasado había impactado mucho la suba de alimentos, especialmente carne y verduras, además de algunos aumentos estacionales especialmente en el caso del rubro educación.
La tranquilidad del dólar luego de la apertura del cepo cambiario para individuos frenó los intentos de fuertes aumentos en supermercados. Ahora los grandes proveedores deberán hablar con las principales cadenas para determinar cuál es el ajuste que implementarán este mes en las listas.
Más allá del dólar y las naftas, mayo sí viene con una serie de aumentos: el boleto de colectivo aumentará 6% mañana, las prepagas anunciaron nuevas subas y también subirán las tarifas de servicios públicos aunque alrededor de 2,6%, es decir un poco menos que la inflación.
Por lo pronto, el dólar oficial retomó ayer su tendencia a la baja al caer $ 10, finalizando a $1.180. Se espera que el tipo de cambio acelere su caída en mayo, ya que se trata de un mes de fuerte liquidación de dólares por parte del complejo cerealero por la cosecha gruesa. Aunque en el equipo económico insisten en que lo esperable es que el tipo de cambio baje hasta los $1.000 y allí empezar a comprar. Sin embargo, aún parece una posibilidad algo lejana.
Mientras tanto, la baja del dólar oficial es un argumento fuerte para pensar en una desaceleración significativa de la inflación pensando ya en mayo.
El economista Fernando Marull detalló que “la semana pasada los precios de los alimentos bajaron 0,5%, especialmente en pescados, frutas, verduras y bebidas”. Esto lo llevó a revisar la inflación esperada para abril a 3,2%, mientras que para mayo espera un 2,5%. “Pero podría ser menos”, aclara. Para todo el año el índice terminaría en el 30%.
Todos estos cálculos se hicieron antes del anuncio de YPF de reducir los precios de gasoil y de naftas un 4% a partir de mayo, respondiendo sobre todo a la caída del precio internacional del petróleo desde los aproximadamente USD 70 a los USD 60. Se espera que las demás petroleras adopten la misma decisión en las próximas horas.
Si bien esta disminución en los precios de los combustibles no impacta fuerte en la medición de la inflación del mes próximo, también implica una reducción de costos en muchos sectores, por ejemplo en el caso de transporte y logística. Este factor incluso podría compensar en parte la suba del dólar oficial tras la salida del cepo, habiendo trepado desde $ 1.075 a $ 1.165, o sea alrededor de un 8%.
Por otro lado, el acuerdo con el FMI establece un estricto control de los agregados monetarios. De hecho, mientras el tipo de cambio fluctúe dentro de las bandas el Banco Central no interviene, por lo que la cantidad de dinero queda prácticamente fija. Este control de los pesos también debería ser una causa poderosa tanto para la caída del tipo de cambio como para acelerar el proceso de desinflación.
El plan del equipo económico es empezar a comprar dólares recién cuando se llegue al piso de la banda cambiaria, es decir cuando perfore los $ 1.000. Esos pesos que se emitirían no serán luego absorbidos, en el entendimiento que se trata de un aumento de la demanda de dinero por parte del público y de las empresas. La expectativa está puesta en si esto podría suceder en el transcurso de los próximos dos meses.
Fuente: Infobae