Por esas cosas que las leyes judiciales tienen, un femicida puede salir de prisión para visitar a su familia.
Se trata de Jorge Daniel Tévez, condenado a perpetua el 30 de septiembre de 2021 por el famoso caso del doble femicidio de Quitilipi del cual resultaron víctimas Fátima Florencio, de 18 años; y Magdalí Romero, de 22, encontradas el 8 de abril de 2018 desnudas y degolladas en una zona rural de esa ciudad, en inmediaciones de la «ruta vieja» hacia Presidencia Roque Sáenz Peña.
Este sujeto el 7 de diciembre pasado se casó con Cynthia Struciat, una joven quitilipense con quien tuvo una hija.
Recientemente, a través de las redes sociales, se lo vio afuera del Complejo Penitenciario II, de Presidencia Roque Sáenz Peña, donde cumple condena, disfrutando de una jornada en familia.
Activo en Facebook desde prisión, Tévez se daba en llamar «El Padrillo de Quitilipi», después bajó la categoría a «Potro», para pasar luego a «Picaflor» y últimamente retocó su perfil para cambiar su apellido Tévez por «Gilez».
EL CASO
La Cámara Primera en lo Criminal, de Presidencia Roque Sáenz Peña, integrada por Mauricio Rouvier, Rodolfo Lineras y Horacio Oliva, condenó el año pasado a Daniel Tévez a perpetua por el asesinato de Magdalí Romero, de 22 años, y Fátima Florencio, de 18.
Los jueces lo hallaron penalmente responsable de «doble homicidio críminis causa, en el contexto de violencia de género», y coincidieron con el planteo de la fiscala María Rosa Osicka.
Los otros dos imputados: Hugo Sosa y Josué Luna, fueron absueltos. La fiscalía no había presentado acusación por falta de elementos que probaran su participación en los crímenes.
Magdalí y Fátima fueron halladas muertas degolladas, desnudas, en la zona rural de Quitilipi, en inmediaciones al «camino viejo» hacia Sáenz Peña. Las pericias estimaron que habían sido asesinadas cuatro días antes del hallazgo.
Fue clave para la investigación el testimonio aportado por la expareja de Tévez, a quien le había confesado con lujo de detalles ser el autor del doble crimen.