Ayer se cumplieron ocho años de la fundación del Centro Cultural Ercilio Castillo. El centro se trazó como objetivo principal copiar ese modelo de convivencia y de gestión cultural que Ercilio e Irma Castillo habían ensayado con éxito en los pueblitos del Chaco donde ejercieron la docencia. Un modelo que pone el énfasis en el respeto a las diferencias, pero que por eso mismo, amable pero firmemente, pretende que sea devuelto de la misma forma. El centro cultural, entonces, estimula el desarrollo personal dentro del contexto de la familia y de la sociedad en que actúa, haciendo promoción de los valores de la comunidad que dan seguridad, crean obligaciones y brindan apoyo a quienes quieran superarse.
La institución recibe a todos por igual y presenta distintas ofertas. Ha definido desde el principio, que siempre tendrá prioridad institucional todo lo relacionado con el arte y la ciencia. Es un concepto amplio que ha permitido incursionar en áreas tan disímiles como la defensa del ambiente y el préstamo de la institución para la práctica del teatro, la música y las artes plásticas, como así también el dictado de cursos, conferencias, presentaciones de libros y seminarios y la realización de talleres de variada temática.
Todo lo anterior entrelazado con los ciclos de cine permanentes, para dar continuidad a esas experiencias institucionales. Desde hace ocho años se realizan en el microcine de planta baja, exhibiendo filmes de distintas épocas y países, de legendarios y famosos directores de cine, como así también ignotos, olvidados y marginados realizadores que sin presupuesto disponible, o en contextos de represión o pobreza, siguen dando valor al cine arte como fenómeno de masas y de expresión. La exhibición de películas se hace los días jueves y viernes, a partir de la hora 20.30. Su microcine tiene una capacidad para setenta personas. Lo mismo sucede en planta alta, en donde funciona el Auditorium Irma Miró de Castillo, consagrado a conciertos y exposiciones; conferencias y seminarios, con capacidad para cien espectadores, dos salidas de emergencia y luces de seguridad. Quizá sea el único centro cultural privado que cuenta con ascensor, ya que todos los accesos han sido especialmente diseñados para evitar las barreras arquitectónicas.
El centro cultural cuenta con equipos de proyección y audio específicos, y aparte de material audiovisual preexistente, atesora otra gran cantidad de aparatos de otras épocas, propios, como así también donados por algunos usuarios, que permiten que funcione con eficiencia el DeIrma. Esta sigla -que como se explicó otras veces, no fue pensada en Irma Miró, si bien es un orgullo de los fundadores que «casualmente» haya coincidido con el nombre de ella- se refiere al Departamento de Investigación y Restauración de Material Audiovisual, que se ocupa de acondicionar equipos donados, y de poner en valor los filmes reunidos a lo largo de varias décadas de trabajo de investigación, reacondicionamiento y traducción de los subtítulos de las películas reunidas en su cinemateca, de las cuales más de 800 han sido subtituladas en el DeIrma y de estas, más de ochenta fue posible hacerlo solamente traduciendo versiones conseguidas solamente en inglés, portugués, ruso, francés, alemán y otros idiomas (cuando no existen en castellano) y reeditadas para lograr una perfecta sincronización de los subtítulos conseguidos
Igualmente, en el DeIrma se ha logrado la digitalización completa de los filmes realizados por Jorge Castillo, en base a rescates realizados por él años atrás. De la misma forma, se ha digitalizado material audiovisual de otros realizadores chaqueños o enviado a laboratorios especializados de Buenos Aires o La Plata, lo que significa un valioso rescate de esas obras que ya no se encuentran disponibles en soporte de celuloide. Justamente dos de esos realizadores, Jorge Ott y Juan Carlos Vidarte, hicieron importantes donaciones de parte de sus equipos, al Centro Cultural Ercilio Castillo. Tales equipos, de diferentes formatos (Super-8 mm, 16 y 35 mm) hoy permiten examinar material fílmico que parece, o que es donado, y producir informes acerca de su estado de conservación y la conveniencia o no de realizar copias digitales. De hecho, lograron salvarse algunos filmes importantes para la historia del cine en el Chaco.
Durante los años de la pandemia por el coronavirus, mermó la afluencia de público, pero a través de presentaciones de libro, conciertos y los ciclos de cine, se está corrigiendo este problema, esperándose que los medios de comunicación colaboren en la promoción de sus actividades.
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