Una llamarada cruzó la noche silenciosa cortando la cúpula del cielo chaqueño. Un ruido seco al chocar el fragmento que quedaba contra el piso, nube de polvo, vegetación y animales sacudidos, en medio de la intriga cósmica. Cuatro mil años más tarde, el nombrado El Adolfo, denominado CH0004 por propósitos científicos de sistematización, descansa en la Reserva Provincial Campo del Cielo, luego de ser extraído en 2008 del Cráter 16.
«Fragmentos de ‘hierro’, mensajes del cielo, parte constitutiva de la identidad chaqueña, y patrimonio histórico. Aúna todos estos conceptos y se tienen en cuenta estas distintas facetas al momento de establecer los ejes de trabajo», describe la responsable de la Dirección de Patrimonio Cultural del Instituto de Cultura del Chaco, Gabriela Barrios, acerca de las diferentes tareas que se encuentran llevando adelante.
Campo del Cielo es una región situada en la frontera, entre el sudoeste del Chaco y el sudeste de Santiago del Estero. Hace más de 4 mil años, el territorio y sus habitantes fueron protagonistas de un evento cósmico. Allí impactó una lluvia de meteoritos como resultado de la explosión en la atmósfera de un asteroide de aproximadamente 840 mil kilos.
El impacto de este megameteoroide en la región provocó una dispersión meteórica, dejando para la posteridad cráteres, restos de gran tamaño, fragmentos pequeños y manifestaciones culturales inmateriales.
Este fenómeno fue muy particular, no solo por la cantidad, sino por la morfología de los cráteres y el tipo de los meteoritos. Los que se encuentran en esta región representan solo el 5% de los que caen a tierra, es un tipo de meteorito muy raro, lo que explica los intentos de tráfico. Además, fueron hallados en la zona dos de los meteoritos más grandes del mundo, llamados El Chaco y Gancedo.
La complejidad de abordaje de la cuestión requirió la intervención conjunta de cinco áreas gubernamentales, en conjunto con las comunidades originarias de ambas provincias, para llevar adelante su gestión mediante una mesa técnica de trabajo interministerial. El Instituto de Cultura del Chaco es el encargado de la preservación del patrimonio material e inmaterial, y ejecuta en conjunto con el Ministerio de Gobierno de la provincia el inventario de los meteoritos.
A ellos se suma el Ministerio de Justicia, que interviene en la protección de dicho patrimonio, procurando evitar el tráfico ilícito de estos elementos. Por su parte, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible lleva adelante la administración de la Reserva Natural y Cultural Piguem Nonaxa; y el Instituto de Turismo del Chaco, con el municipio de Gancedo, es el encargado del funcionamiento del Centro de Interpretación, donde se exhiben 300 meteoritos, esquemas y dispositivos interactivos que permiten a los visitantes revivir el cataclismo cósmico.
Registro y mapeo
En 2021, a través de un proyecto que contó con acompañamiento del Consejo Federal de Inversiones, desde la Dirección de Patrimonio Cultural del Instituto de Cultura se realizó el inventario de todas las piezas meteoríticas declaradas en la provincia, tanto las que se encuentran en distintas instituciones como en el Centro de Interpretación. Ese trabajo fue desarrollado por la Asociación Chaqueña de Astronomía y Cultura.
«En ese marco se firmó el convenio con el Ministerio de Gobierno para la regularización del Registro e Inventario de los Fragmentos Meteoríticos de Campo del Cielo. El objetivo es tener unificado el inventario, que sea una herramienta que sirva para la tarea de ambas dependencias estatales, y conducir un proceso de actualización que permita tener disponible y accesible la información», contó el responsable del Departamento de Patrimonio Material del ICCH, Ernesto Flores.
Para esta tarea se llevaron adelante distintos procedimientos, como el pesaje, la medición y la fotometría, es decir el registro fotográfico en 360° de cada uno de los fragmentos meteoríticos de la provincia. «Muchos estaban resguardados en el Centro de Interpretación de Campo del Cielo, pero también los había ubicados en distintas instituciones públicas, como museos, universidades», expresó.