Cada egresado enorgullece a la Universidad Nacional del Nordeste de la misma manera, pero cuando las historias de vida involucran superación y perseverancia, merecen ser contadas e inspirar y emocionar. Todavía con harina en el pelo y la sonrisa intacta de tanta alegría por haber logrado un título universitario, Milagros María Luz Gimenez conmovió a cientos y traspasó pantallas con su particular festejo. La flamante Técnica en Administración de Empresas, recorrió las calles de Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes, en la bicicleta que su mamá manejaba con orgullo, y su historia se hizo viral.
Milagros, desde muy chica, soñaba con dedicarse a las ciencias biológicas. “Desde que soy chiquita siempre soñé con ser veterinaria o profesora de biología. Cuando termine el secundario tenía la ilusión de poder irme a estudiar a cualquier parte, pero por la situación económica muchas veces no se puede. Mis papás me hablaron y me pidieron que entendiera eso”, contó en diálogo con Unne Medios.
Así, dentro de las opciones que tenía para continuar su formación académica en el lugar donde vivía, decidió optar por el Instituto de Administración de Empresas de la UNNE. “Me puse a estudiar la Tecnicatura en Administración de Empresas porque, al ser una carrera corta, podría recibirme en tiempo y forma e ir a trabajar a algún lado y poder estudiar lo que yo realmente quiera”, expresó.
A veces los planes no siempre salen como uno espera y, en muchísimos casos, la llegada del covid vino a confirmarlo en todos los sentidos. “Con la pandemia me atrasé, porque mi computadora no funcionaba bien”, recordó, y contó además que esto le significó querer dejar la carrera ya que no podía darle continuidad a su formación al no poder seguir el ritmo de cursada.
“Mis papás me decían que no deje, que trate de arreglarme con lo que tenía, que era el celular”, agregó y destacó muy agradecida que “en los parciales, los profesores entendieron mi situación, me permitieron rendir. De las materias no puedo quejarme, el acompañamiento de los profes te dan el aliento que se necesita”.
Tras continuar su cursada, aún con las dificultades propias de la pandemia, logró llegar a la meta el pasado jueves 22 de diciembre. Milagros no dejó de agradecer un solo minuto a su familia por el acompañamiento durante este proceso. “Siento un alivio, una felicidad y un orgullo para mis papas que fueron el pilar fundamental. Mi familia, mis hermanos fueron quienes me acompañaron y me dieron aliento. No sé como hacer para agradecerles todo, el corazón me explota de felicidad”, contó emocionada.
Esta compañía incondicional, su familia, se hizo presente durante los festejos tradicionales de las y los egresados. El momento en que la harina y los huevos abrieron paso a la escena, la caravana por las calles, los aplausos y la felicidad también fueron parte de este momento. Y además, contó con una peculiar protagonista: la bici de su mamá, que la llevó a pasear por las calles de Curuzú, desbordando de alegría y orgullo.
“Durante el festejo no me salía una palabra, solo sentía ganas de reírme. No podía creer que llegué a la meta, no me caía la ficha. Esa alegría le estaba dando a mis papas. Sentí una alegría enorme cuando mi mamá me llevó a dar una vuelta en su bici, yo iba feliz, a las risas, con mi cartel. Mi corazón estaba que explotaba”, aseguró la reciente Técnica en Administración de Empresas de la UNNE.
Aún emocionada, reflexionó sobre su carrera y las dificultades propias de la realidad en la que cada estudiante se encuentra al momento de cursar o decidir estudiar en la Universidad. “Muchas veces no nos damos cuenta del esfuerzo que hacen nuestros padres para que salgamos adelante. A veces pedía una fotocopia y mi papá me decía que espere unos días para conseguirla, y yo me enojaba porque quería estudiar en el momento”, comentó y agregó: “ahora que terminé, me doy cuenta del sacrificio que ellos hicieron para que yo llegue hasta acá. El agradecimiento es enorme y total”.
Luego, Milagros quiso dejar un mensaje a las y los estudiantes que estén atravesando momentos difíciles en sus procesos académicos: “todo se cumple y todo se puede con esfuerzo. Nunca bajen los brazos, hay que luchar por los sueños cuando uno quiere por más problemas que se metan en el camino. Siempre hay que levantar la cabeza y seguir adelante con el acompañamiento de las personas que tenemos a nuestro alrededor”, finalizó.