Con un nuevo acuerdo entre las petroleras y el Gobierno, vigente hasta agosto, para contener el precio de los combustibles, el último eslabón de la cadena de comercialización, las estaciones de servicio, volvió a demandar medidas debido a la situación de baja rentabilidad que genera esta política.
En este sentido, desde la Cecha alertaron que el acuerdo pone en peligro la subsistencia de las estaciones de servicio y los miles de fuentes de trabajo que hoy garantiza el sector. «Con este desfasaje no podemos pagar los aumentos de salarios acordados con el gremio», aseguraron.
Además, atento a la falta de respuestas tanto de las petroleras como del Gobierno, anticiparon que se analizan alternativas que ayuden a paliar dicha crisis, como el cierre nocturno de las estaciones o el cobro del servicio de playa, dos herramientas que ya fueron utilizadas por el sector en situaciones similares.
Actividad en jaque
«Si bien consideramos que el programa implementado entre el Gobierno y las petroleras da cierta previsibilidad, pone en jaque a la actividad que viene sobreviviendo en un contexto de incremento generalizado de los costos, precios intervenidos por el Estado y paritarias por encima de la inflación», señalaron.
Los dirigentes, que se reunieron para analizar la coyuntura, afirmaron que «con un aumento proyectado de los combustibles del 16% (de aquí a cuatro meses) no podemos hacer frente de ningún modo al 30% correspondiente al ajuste paritario cerrado con los trabajadores para el primer semestre de este año».
Agregaron que «esta política, llevada adelante entre el Gobierno y las petroleras, y de la que no formamos parte pese a nuestros reclamos, resulta inequitativa para los miles de estaciones que sostienen el expendio de combustibles en todo el país».
En este contexto, los empresarios reclamaron una rentabilidad razonable para las empresas pymes, que les permita mantener abiertas las bocas de expendio (tan solo en el último año cerraron 40 estaciones blancas).
Asimismo, exigieron que sus ingresos sean los necesarios para cubrir los costos de operación, que se encarecen mes a mes y eleva el punto de equilibrio y que mantenga las fuentes de trabajo de más de 62 mil empleados en blanco que tiene el sector.
«Solicitamos una participación activa en la mesa conformada por el Gobierno y las petroleras, donde se debaten estos temas, para poder aportar propuestas concretas que reviertan la grave situación que estamos atravesando», subrayaron.
medidas
Mientras que por su parte el titular de la Cámara de Estaciones de Servicio de Santiago del Estero y directivo de Cecha, Pedro Llorvandi, adelantó a surtidores.com.ar que evalúan acciones concretas para paliar la pérdida de rentabilidad que sufre el sector. Si bien aseguraron que se encuentran a la espera de respuestas concretas a estas demandas por parte de las autoridades.
En ese sentido, Llorvandi calculó que por la regulación de los valores perdieron un 20% de ingresos durante 2021 y un porcentaje similar en 2022. «Estamos exigiendo que, si no nos dan lugar en las mesas de negociaciones que definen los precios de los combustibles, por lo menos tengan una actitud de colaboración con quienes somos el nexo directo entre toda la cadena de producción y los consumidores», alertó el dirigente.
En ese contexto, recalcó que necesitan reponer en 40 puntos el total de utilidades, que tenían las estaciones de servicio antes de la pandemia y en ese sentido, dirigió su crítica a las compañías petroleras que «no contemplan los costos que tienen los operadores de sus redes comerciales».
Al referirse a las políticas oficiales de precios de los combustibles, también llamó al Gobierno a «sincerar el mercado» porque denunció que, con este desfasaje, la Argentina quedó con valores irrisorios al público respecto del resto de la región latinoamericana.
Ante ello, alertó que se está produciendo una «sangría imparable en las fronteras», donde especialmente la nafta Súper es muy demandada por los extranjeros y pronosticó que, en poco tiempo, de continuar con lo que calificó como precios ficticios, «vamos directo al desabastecimiento».
Por último, reafirmó el peligro de quebranto de las estaciones de servicio y el riesgo que corren más de 62 mil familias que emplea esta actividad, adelantando finalmente que en las actuales condiciones «no podrán afrontar el pago de los últimos incrementos de sueldos».
rebajas de impuestos
«Las bocas de expendio se encuentran en jaque, ya que arrastran el congelamiento de precios. Hay muchas que estarán quebrando su punto de equilibrio por debajo de la cantidad de litros comercializados necesarios por mes. Ya no se puede sostener la estructura y hay un piso del cual no se puede bajar», sostuvo Analía Salguero, presidenta de la Cámara de Expendedores de San Juan, en conversación con surtidores.com.ar.
«La situación podría cambiar descomprimiendo el precio. No se reclama más plata, sino que se reconstituya su lugar en el sector, no se puede vender a un valor congelado cuando todo lo demás sube. A nadie le cierra una ecuación así», agregó.
Otra de las medidas planteadas consiste en la rebaja de impuestos, dado que los mismos representan más del 40 por ciento que se cobra en el surtidor. Esto no afectaría a los consumidores finales y las estaciones de servicio tendrían un leve respiro, en la medida en que esta mejora de rentabilidad de las petroleras sea trasladada de manera ecuánime a la boca de expendio.
«El Estado cuidaría a los consumidores y no fundiría al empresario. Ya es hora que el reclamo sea tomado en serio porque tuvo consecuencias muy costosas tanto para los expendedores como para la población en general, porque cuando el número no cierra, las petroleras no pueden traer la cantidad de combustible necesario para despachar», manifestó Salguero.