Las vidrieras del centro de la ciudad exhiben hace más de un mes prendas de vestir y calzados para el frío, junto a carteles de temporada otoño-invierno 2023, aunque en la región recién comienzan los primeros frescos.
Quienes deban o quieran reforzar o renovar el vestidor, se encuentran con valores que no quedaron ajenos a los embates de la inflación, con aumentos que van desde el 80% al 120% en comparación al año anterior.
Si bien existe una amplia variedad, atento a los materiales, calidad, y marcas, a modo de ejemplo, una campera para poder afrontar el clima invernal arranca entre los $15 mil y puede llegar a costar hasta $65 mil a $100 mil s.
Asimismo, un suéter de lana se puede encontrar por $6 mil hasta los $25 mil o $30 mil. Los pantalones de jeans también rondan valores similares, arranca en ofertas de $5 mil y pueden llegar a costar de $15 mil a $25 mil.
Estadísticas
Aunque los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) correspondientes a febrero 2023, ubican a la indumentaria y el calzado entre los rubros de menor variación del mes (con un 3,9% de aumento) contra el mes anterior. En julio del año pasado, por primera vez en 30 años, el Indec registró un aumento del 100,5% en la categoría «Prendas de vestir y calzado» en comparación con el mismo mes de 2021. Así, a fines de 2022, el consumo en el rubro bajó entre un 30% y un 20%.
Mientras que en 12 meses, de enero de 2022 a enero de 2023, el rubro acumuló una suba del 84,3%, número en el que incidieron los acuerdos de precios que el Gobierno pactó con el sector, al ser uno de los rubros de mayor incremento a lo largo del año pasado.
En cuanto a la comparación interanual el IPC que mide el Indec, de febrero pasado, las variaciones de inflación en ese rubro -y también en el de calzados- habían mostrado un crecimiento interanual del 120,7% en el NEA, solo detrás de Caba 123% y la región Pampeana con 121%.
Además, la disparada inflacionaria de ese segmento registrado aquí se situó quince puntos por encima de los alimentos, cuyo comportamiento inflacionario había sido de 105,5% en el NEA, por encima de la media nacional que acumuló 102,5% y alcanzó así mayor inflación en todo el país.
Se recuerda que en septiembre, el sector acordó con el Gobierno no aumentar sus precios hasta fines de 2022 y, en diciembre, extendió ese compromiso hasta el último día de febrero de 2023.
«Cuando baja el poder adquisitivo, lo primero que restringe a la gente es la compra de indumentaria. Primero se come y luego se viste», explicaron desde el sector.
Con una economía más ajustada y altos índices de inflación las prioridades de los consumidores dejan a la ropa en un segundo plano. Además, los comerciantes señalan que el otoño tardío también retrasó las ventas.
Sin importaciones no hay stock
Existen factores que juegan fuerte en la composición del precio, debido a que muchos insumos son extranjeros: el cepo a las importaciones y la escalada en el valor del dólar blue empujan los costos y merma la producción por lo que existe menor stock.
«El principal problema es que hoy se perdieron los precios de referencia de casi todos los insumos», describe Horacio Ernesto Del Burgo, presidente de la Cámara Argentina de Innovación Textil y Afines (Caita).
«Hay dificultades para transferir pagos a los proveedores del exterior. Eso comenzó el año pasado y hoy continúa. Vamos a seguir con las dificultades de abastecimiento. Es entendible porque al país le faltan dólares», explicó el empresario textil.
Las principales marcas de indumentaria explican que la falta de insumos y materia prima, genera una producción más limitada. Por esto, este año se podrá encontrar modelos de la temporada pasada. Mucha materia prima no llegó a tiempo para producir, por lo que se decidió achicar la oferta disponible.
A las complicaciones que trajo el cepo a las importaciones, se suma además la falta de talleres: muchos cerraron en pandemia y otros hoy no tienen mano de obra disponible. Esto se traduce en valores más caros.
La brecha de casi el 100% entre el dólar oficial y el blue genera que la mano de obra de la que se abastecía esta industria haya desaparecido.
También aparece la dificultad que tienen las empresas para importar maquinaria para aumentar o, en muchos casos, mantener sus niveles de producción. «Hoy, estamos en etapa crítica, debemos asistir a nuestro gremio con las necesidades de solución de reparación de sus máquinas por la agónica falta de repuestos de lo importado como maquinaria. Comienza el gran cementerio de máquinas inutilizables por falta de repuestos», explicó Del Burgo.
«El aumento de los precios pasa a segundo plano. Hoy, no hay stock ni de insumos ni de telas. Ingresar materia prima del exterior es casi imposible. Más difícil es poder importar maquinaria. Es un verdadero dolor de cabeza trabajar así», agregó.
Algunos precios
Como resultado de todo esto la colección otoño-invierno 2023 fabricada hace varios meses, tuvo costos que treparon entre 100% y 120%. Así, las prendas de la nueva temporada alcanzan valores insólitos. Comprar un abrigo de alguna reconocida marca cuesta lo mismo que un alquiler de un departamento.
«Se perdieron los valores de referencia. La gente ya no sabe realmente cuánto valen las cosas y las primeras marcas tienen precios muy elevados que apuntan a un mercado muy selectivo», agregó Del Burgo.
Una campera en una de las principales marcas nacionales de ropa para mujer, arranca en $68 mil y llega hasta los $125 mil en la nueva temporada. En otra etiqueta, también de las referentes del rubro, los tapados tienen un precio promedio de $106 mil. En una tercera cadena, la opción más económica arranca en $65 mil.
Mientras que los suéteres pueden oscilar alrededor de $20 mil o $25 mil y camperas por $30 mil o $40 mil.
Una camisa que en febrero de 2022 estaba a $6 mil, hoy se puede conseguir a $12 mil y hasta $14 mil. Muchas de las prendas experimentan subas superiores al 100%, es decir por encima de la inflación que se registra en el índice de precios al consumidor.
Quizás los aumentos más importantes están en las zapatillas. La misma marca, el mismo modelo «medio pelo», que el año pasado costaba $14 mil hoy están por arriba de los $26 mil.
Hablando de botas de cuero, se pueden adquirir a partir de los $29 mil hasta los $49 mil las botas texanas, que, junto con los borcegos son las de mayor demanda por la tendencia dada en esta colección otoño-invierno 2023. Estos últimos valen entre $25 mil y $29 mil.
No obstante, los comercios destacan que con programas que hacen más fácil la compra, como los Ahora 12 o la tarjeta Tuya del Banco del Chaco que facilitan la financiación en cuotas y sin intereses, ayudan a que los consumidores puedan adquirir prendas de calidad a precios accesibles.
Estos programas han sido bien recibidos por los consumidores, quienes los han adoptado como una buena opción para hacer sus compras. De hecho, se ha vuelto habitual que la gente deje sus compras para realizarlas específicamente estos días, lo que ha aumentado la demanda en comparación con otros días de la semana.