La inflación, que en el último mes de abril arrojó el 8,2% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Gran Resistencia, impacta de lleno en el mercado inmobiliario generando un cuello de botella que perjudica a las partes: encarece los alquileres y genera escasez de ofertas. Así lo explicó el presidente de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina, Emilio Caravaca Pazos, en declaraciones a Radio Facundo Quiroga.
«El espiral inflacionario en el que estamos desde hace un tiempo que justamente, sumado a las restricciones que genera la Ley de Alquileres, eleva claramente los valores iniciales, justamente por esta cuestión inflacionaria y por la falta de oferta. Ese combo, lamentablemente, termina haciendo mella en quien está buscando algo para alquilar», reconoció el referente.
En este sentido señaló que la preocupación actual es «por un lado, a qué monto voy a alquilar y, por otro, qué voy a alquilar. Generalmente, las búsquedas de quien está pretendiendo alquilar un inmueble, sobre todo de vivienda, suelen tardar bastante más tiempo que en otro momento», describió.
Sin novedades sobre la reforma
Parte de esta problemática se atribuye a la Ley de Alquileres que, tal como se advirtió en su momento, generó más complicaciones que soluciones. Y si bien se reconoció la necesidad de su modificación, hasta el momento no hay nada concreto: «Los últimos anuncios que fueron simplemente trascendidos mediáticos de una supuesta idea de suspensión, derogación, que lógicamente tiene que hacerse a través de la ley, y todos esos trascendidos lo que generaron fue una incertidumbre total, sumado al momento económico y social y político que se está viviendo y, lamentablemente, no ayudó», aseguró.
Asimismo, recordó que «esto ya se viene debatiendo hace más de un año, o sea, la ley ni siquiera habían finalizado los primeros contratos y ya se estaba debatiendo si se debía modificar o no»; y aportó: «Lamentablemente en el diagnóstico es coincidente entre todos: hay una falta de oferta que se va pronunciando, hay valores iniciales que se elevan por las restricciones que genera justamente la ley. El propietario, en un contexto inflacionario como este, que va a tener su valor de alquiler congelado doce meses, lo primero que hace es cubrirse con el valor inicial, y ambas partes se sienten perjudicadas: el inquilino siente que está pagando más al inicio y el propietario sabe que a los cuatro o cinco meses va a estar cobrando un monto irrisorio en relación a lo primero que cobra», describió. «Entonces ahí es donde se genera ese doble perjuicio, donde lógicamente hemos planteado a las autoridades desde la Federación Inmobiliaria de la República Argentina (Fira) y desde la mayoría de las instituciones del país, cuáles eran los puntos que realmente presentaban cierto conflicto, y yo diría que el de los doce meses para el ajuste es quizás uno de los que más termina perjudicando ambas partes, no por el índice en sí, que en cierta manera resulta un promedio entre inflación y salario, pero lógicamente, cuando se instrumentó, nadie pensaba que la inflación iba a estar por encima del 100% y que el ICL iba a estar casi en el 100%», reconoció.
Paliativos
Al momento de pensar en soluciones, Caravaca Pazos consideró que «quizás con una actualización semestral se descomprimiría bastante la situación actual, porque no impulsaría o no empujaría tanto los valores iniciales y permitiría, en cierta manera, mayor previsión de los aumentos, uno más o menos sabe que a mitad de año va a tener un aumento determinado, después a los seis meses siguientes va a tener otro y seguramente iniciará con un valor no tan alto», entendió.
«La realidad es que hoy, en el contexto inflacionario que estamos, con un índice general ya en cabeza de la gente, digamos, que está cerca del 100%, es muy difícil que una modificación de ley, sea cual fuera, por sí misma genere soluciones inmediatas en el mercado», reconoció. «Podría ser un paliativo, pero realmente tiene que ser una cuestión mucho más integral, con incentivos y beneficios a quien pueda destinar la unidad que tiene al alquiler», opinó el referente.
Asimismo, comparó que «en Fira tenemos bastante claro que en el interior del país quien tiene un departamento o una casa habitualmente lo alquila, no es que hay una gran cantidad de unidades vacías, como puede pasar, o como se dice, que ocurre en otros lugares, en las grandes ciudades. La realidad es que son las condiciones de alquiler, tratar de aliviar en cierta manera y dar mayor libertad a las partes para que realmente puedan decidir cómo contratar, porque queda demostrado con esto que, a mayores restricciones, se genera un embudo en el mercado que nos tiene hoy en esta situación».
Comerciales,
otra historia
No obstante, la situación es diferente para el sector comercial: «En el tema de locales comerciales la realidad es casi opuesta, porque la misma ley que genera restricciones en el ámbito de viviendas, genera mayores libertades en cuanto a los locales comerciales, porque permite establecer entre las partes parámetros de indexación, de precios, y lógicamente los períodos volvieron a ser de tres años, pero de hecho, en la mayoría de los casos que se han pactado aumentos semestrales entre las partes, están por debajo de la inflación y hasta, diría yo, por debajo del ICL. O sea, están incluso por debajo del índice que la Ley de Alquileres para vivienda ha marcado», aseveró. «Si uno hace un promedio, obviamente que depende mucho del tipo de local, del tipo de acuerdo al que se llega. Y es claramente de lo que estamos hablando.Cuando se tienen mayores libertades a la hora de pactar eso hace que un local que tiene determinadas características se pueda alquilar con ciertas condiciones, y otro que no, por ahí que está en algún barrio, que tiene alguna cuestión de cercanía, se pacte de otra manera. Cuando la Ley de Alquileres en materia de vivienda hace que un departamento en el mejor edificio de Puerto Madero ajuste de la misma manera según el contrato, que una casa en cualquier localidad del interior del Chaco», comparó finalmente.
El IPC más alto de los últimos nueve años
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al aglomerado del Gran Resistencia, que releva mensualmente el Instituto de Estadística y Ciencia de los Datos (Ipecd) de la provincia, registró una suba del 8,2% en abril, acelerando en 2,0 puntos porcentuales respecto al registro previo (6,2% en marzo). En comparación con los índices elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el alza chaqueña del mes fue levemente inferior al nivel regional (8,3%) y nacional (8,4%). De este modo sufre la suba mensual más alta de los últimos nueve años: para ver una suba más alta a la actual, hay que remontarse a febrero de 2014 cuando el IPC local creció 10,4%.
De este modo, el IPC Gran Resistencia exhibe un incremento acumulado en el primer cuatrimestre del 30,4%, siendo este el peor primer cuatrimestre desde 1991 en plena salida de la hiperinflación. En la trayectoria interanual, la suba fue del 107,8% (por debajo del nivel nacional y al regional), siendo el mayor registro desde octubre de 1991.
En este marco, el capítulo que mostró la mayor suba mensual en abril en el Gran Resistencia fue el de Propiedad, Combustible, Agua y Electricidad (11,5% impulsado por servicios básicos), seguido de Indumentaria y Calzado (11,3% con tracción textiles y accesorios) y Enseñanza (9,2% explicado principalmente por los textos y útiles escolares). Además, en la medición interanual, Enseñanza exhibe el mayor crecimiento (144,3%), destacó la consultora Politikon Chaco, en un informe publicado en base a datos del Ipecd del Chaco.
Por otra parte, el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) del Gran Resistencia en abril de 2023 para un hogar tipo 2 compuesto por cuatro integrantes (varón de 35 años, mujer de 31 años, hijo de 6 años e hija de 8 años) se ubicó en torno a los $99.057,7, incrementándose en un 6,3% mensual, bastante por debajo del alza del IPC de ese mismo mes; la suba interanual es del 108,4%, por encima del índice de precios local. Proyectando ese dato, utilizando una inversa del Coeficiente de Engel de 2,10, el valor de la Canasta Básica Total para ese mismo hogar se estima en $208.021,3 para el mes de abril, creciendo 5,8% mensual y 108,4% interanual.
El capítulo que registró el mayor incremento mensual de precios en el Gran Resistencia en abril fue el de Propiedad, Combustible, Agua y Electricidad con una suba del 11,5% impulsada principalmente por el incremento en luz, agua y gas. En segundo lugar se ubicó Indumentaria y Calzado (11,3%) con empuje principalmente de accesorios y servicios para la indumentaria (12,3%); el podio se completa con Enseñanza (9,2%), con tracción de textos y útiles escolares (10,7%). Además de estos tres capítulos, también crecen por encima del nivel general local los de Alimentos y Bebidas (6,7%, empujado por las carnes con +10,6% y los huevos y lácteos con +10,1%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (6,5%).