Silvio E. Buittoni
Si bien el cuarto puesto en la final fue menos del resultado que -por la previa- se podía suponer, Federico Passarino (54) sin dudas que marcó un hito en el motociclismo chaqueño, ya que volvió a las pistas 22 años después de su última presentación.
Fue en el marco de la segunda fecha -de diez pactadas- del Campeonato Centro Chaqueño que se desarrolló esta vez en Charata (además de la Perla del Oeste, reciben habitualmente a este certamen Sáenz Peña y Juan José Castelli, entre otras).
Y fue allí, en el muy bien presentado circuito del Sudodeste -«capaz mejor» respondió Passarino cuando se le consultó si el mismo tenía «nivel Certamen Argentino de Motociclismo( CAM )»- donde el padre, mecánico, jefe de equipo del internacional Mauro Passarino, volvió a calzarse las pilchas de pista y dio cátedra. Por lo menos hasta que el motor de su «antigua 125 («la guardé cuando nació Mauro», contó Federico), le jugó una mala pasada en el momento que él se aprestaba a saltar al primer puesto de la final.
«Estábamos para ganar; ganamos la serie, una muy linda carrera, peleada entre los tres primeros. Y en la final, venía segundo, esperando para pasarlo al primero. La verdad que van muy fuerte los correntinos; piqué cuarto, luego quedé segundo y venía esperando la última vuelta para saltar al primero y a falta de tres giros, la moto empezó a fallar, no se paró, pero venía a medio acelerador y terminé cuarto. Y por un lado me quería morir, pero por otro me cag… de risa porque fui a eso. Porque son cosas que pueden pasar y cuando entendés eso, el enojo no aparece. Además, lo que entregó la gente -mucha que fue de aquí, Resistencia y otro tanto local que quería vernos-, hace que uno termine contento», comentó el ¿ex? mecánico, jefe de equipo de… y nuevamente piloto.
«Fueron muchos los que se acercaron para mostrar su alegría por, según ellos, lo que uno contagia al subirse a una moto», detalló Federico.
Un Federico que guardó cuidadosamente su moto y ahora la rescató del olvido para volver a sentir la adrenalina ante el estupor de la familia, aunque con su apoyo incondicional.
«Me gasté la vida, pero en algo que me gusta; muy lindo todo. Se armó un gran grupo con unos correntinos, un misionero y otros de acá, así que le metí», agregó Passarino.
lo que viene
Lejos de ser un «antojo» de una fecha, lo del mayor de los Passarino tendrá continuidad. Una muestra de ello es que ya fue invitado para el «reencuentro de las leyendas» que se organizará en el marco del prestigioso Certamen Argentino de Motociclismo, el CAM.