Nuevos vientos soplan en torno al femicidio de Cecilia Strzyzowski, aunque esta vez llegan del lado del clan Sena. A más de un mes de encierro, y luego que la mediatización del hecho haya mermado un poco, ahora empezaron a reaccionar a modo de defensa y hasta aparecieron seguidores que claman por la liberación de Emerenciano.
Ayer mismo hubo manifestaciones exigiendo que su líder recupere la libertad, marcha que estuvo encabezada por uno de sus hermanos y por José Suárez, conocido de la ciudad por una situación muy compleja durante su paso como secretario general de los judiciales, desapareciendo un largo tiempo de la provincia.
Frente a la Casa de la Memoria, un grupo pidió a la Justicia que Sena sea liberado.
Justamente fue Suárez quien explicó esta convocatoria pero hasta atinó a acusar a parte de la prensa de «caranchos».
La razón de la presencia en ese histórico lugar de Resistencia fue para denunciar supuestos malos tratos y torturas a Emerenciano.
La nota no pudo ser entregada puesto que el Comité que preside Kevin Nielsen se encuentra de guardia por las vacaciones invernales.
En la misma se quejaron de «la presencia de periodistas caranchos con gente para cascotearlo en las visitas médicas que el dirigente piquetero hizo en el hospital Perrando y en las que en algunas oportunidades recibió gritos en su contra». También denunciaron «impedimento de recibir visitas y realizar llamadas».
«El compañero Emerenciano Sena se la está comiendo siendo totalmente inocente», reclamó Suárez.
«¿Y si salió por atrás?», la respuesta de José Suárez sobre el último momento en que se la ve a Cecilia con vida, ingresando a la casa de los Sena.
MARCELA QUIERE UNA PELUQUERA
Otra carta de Marcela Acuña con un extraño pedido: quiere una peluquera.
Desde la seccional Sexta donde está alojada, la esposa de Emerenciano y madre de César Sena envió una misiva el pasado sábado 22 y otra al día siguiente.
En la primera solicitó una peluquera porque quiere teñirse y cortarse el pelo, como así también acceder a una depilación de rostro.
«El pedido radica más que en una situación de belleza en la posibilidad de levantar el ánimo por la situación que estoy atravesando», decía.
Pero no fue sólo el pedido, sino que pidió que el mismo sea un día que no coincida con sus visitas de familiares, ya que «son pocas horas para el lazo afectivo».
La otra carta es para el responsable de la comisaría donde se encuentra detenida, exigiendo respuestas a pedidos por no tener un MP3 o utilizar celular.
También se refiere al régimen de visitas que tiene asignado y pide saber por qué son los miércoles, sábados y domingos con duración de una hora, en este punto afirma que las visitas de «los demás internos de este departamento es diferente».