Si bien hoy, en la Cámara de Diputados de la Nación, un grupo de legisladores intentará introducir modificaciones a la Ley de Alquileres, desde el sector inmobiliario local desestiman que se avance en ese sentido, teniendo en cuenta el escenario electoral, de inestabilidad económica, falta de quórum y consenso con los demás actores.
Así lo señaló el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios del Chaco, Matías Sironi, quien analizó la situación del sector, tras la devaluación de la semana pasada, en declaraciones a Radio Facundo Quiroga.
A pesar de la incertidumbre y condiciones poco favorables, el referente ratificó al ladrillo como una de las inversiones más «tangibles, estables, menos volátiles que otros instrumentos de ahorro y de capitalización, y que además generan valor agregado y derrame económico en múltiples actividades».
Sin posibilidad
Sironi, en cuanto al tratamiento legislativo de la Ley de Alquileres, recordó que «la Cámara de Diputados convocó una sesión especial para el miércoles 23 -hoy- para tratar los proyectos y dictámenes vinculados a lo que es la actual Ley de Alquileres. Había proyectos para reformar la ley o también para derogar la norma».
Sin embargo, reconoció: «La dificultad que vemos es que el quórum para abrir una sesión y tratar estos dictámenes de modificación requiere 129 votos. Creo que en este contexto, donde estamos en medio de procesos eleccionarios, provinciales y nacionales, ha sido un poco complicado conseguir acuerdo y la derogación de la norma requiere una mayoría de dos tercios que en principio o al día de hoy creo que ningún sector lo tiene asegurado».
Además, recordó que de avanzarse en alguno de estos sentidos, «es un proceso que no va a ser corto, entonces no podemos pararnos a esperar estos grandes cambios. Aparte, ya han sido anunciados anteriormente sin resultados», sostuvo.
También consideró: «Creo que no están dadas las condiciones políticas en el país como para modificar cosas tan importantes sin un diagnóstico claro y sin sobre todo participación de los sectores involucrados. Así que para este año sería imposible una modificación en la realidad más allá de las intenciones que hay de algunos sectores».
«Lo vería como improbable, pero si se tratara y se modificara la ley, lleva sus procesos legislativos de dictámenes, de confirmación en las otras cámaras, de publicación, reglamentación y eso no ocurre de una semana ni de un mes para otro», detalló.
Incertidumbre, peor que mal
Por otra parte, Sironi ilustró el impacto de la coyuntura económica con la frase: «Lo incierto es peor que lo malo». Y seguidamente explicó: «Realmente veníamos de un panorama ya de mucha incertidumbre, sobre todo en materia de locaciones, de una imposibilidad manifiesta de prever condiciones a largo plazo, de planificar la economía familiar, de planificar la parte comercial, de planificar desarrollos inmobiliarios. Sin duda, una movilización así de la divisa trae nuevas incertidumbres».
Además, describió: «Para que tengamos una idea, solo en los últimos 30 días la moneda oficial se ha devaluado 31%, aproximadamente, y el dólar blue, cerca de un 40%. Y solo en el último año estamos en el orden del 160%. Entonces, claramente, los alquileres y absolutamente todos los productos o servicios en el país sufren obviamente esta evolución del índice de inflación».
Asimismo describió: «Uno va a una casa electrodoméstico, a la carnicería, a la ferretería, a un lugar de indumentaria, no saben qué precio poner, no saben si van a reponer, no saben si tienen que continuar vendiendo. El sector no escapa a la situación que está atravesando todo el país».
lo necesario
El referente del sector inmobiliario resaltó en el mismo sentido: «Nuestra principal preocupación claramente es obviamente controlar la inflación, pero sobre todo lo que es poder incrementar la oferta y traer seguridad jurídica, normas claras, resolver un poco la presión tributaria insostenible que pesa sobre el rubro, simplificarla, y que hace que no se sea atractivo o previsible invertir en inmuebles en el país».
«Creemos que hay algunas medidas que se pueden tomar que podrían reactivar lo que es la construcción que tanto valor agregado trae», resaltó. Por esto insistió: «El problema de inflación es imperioso controlarlo. Ningún país puede tener inflación de tres dígitos. Tengamos en cuenta que el índice de contratos de locación para el mes de septiembre es del 112,95%, casi un 113%».
«Tenemos que volver a traer incentivos para que quien tenga un capital deje de volcarlo por ahí, a otras medidas de ahorro, de capitalización o de especulación financiera, que creo que no genera valor agregado al país, poder volver a seducirlo para que invierta en ladrillos, en inmuebles, traerle seguridad jurídica y sobre todo volver al acceso al crédito hipotecario», apuntó a las medidas necesarias.
«Estos constantes cambios normativos claramente no ayudan. Estos momentos de incertidumbre, de evaluación, pero sobre todo esta crisis mundial y a su vez nacional, económica, nuevamente ha demostrado que el inmueble es una de las inversiones más tangibles, más estables, mucho menos volátil que otros instrumentos de ahorro y de capitalización y que generan seguridad en las familias, generan un valor agregado y generan un derrame económico en múltiples actividades económicas. Creo que sería reafirmar el valor del ladrillo», aseguró.
La mejor inversión
No obstante, Sirone afirmó: «Estamos tratando de acomodar las cosas, de ver estrategias para poder sortearlas. El mercado inmobiliario es un mercado que se caracteriza por adaptarse rápidamente a las situaciones, pero sin duda que nos gustaría cruzar algún escenario de mayor estabilidad y de mayor previsibilidad».
También comparó: «En todos los rubros hay un escenario que no está muy claro al menos hasta octubre. Difícilmente podamos aconsejar algo de manera general. Cada situación, cada contrato, cada compra-venta, cada locación en particular, aquellas personas que tengan necesidad de vender o de comprar lo van a hacer si encuentran un inmueble o una oferta que se acomode a su necesidad, que satisfaga su necesidad y aquella que tenga dudas es posible que aguarde a que se estabilice algunos indicadores para tomar una decisión».
Y resaltó: «De todas maneras, no todo es negativo. Hemos comprobado nuevamente que la inversión inmobiliaria sin dudas trae tranquilidad a las familias argentinas y por eso es nuestra intención que se empiecen a tomar medidas para que el inquilino, que así lo quiera, pueda volver a convertirse en propietario, como lo han hecho nuestros padres, nuestros abuelos y también aquel que pueda tener un ahorro familiar de muchos años de trabajo».
Y a modo de conclusión, aseguró: «Estamos ante un escenario realmente muy interesante para negocios inmobiliarios, tanto para el inversor como para el usuario final, con valores de ingreso que hace muchos años no teníamos, así que claramente hay que mirarlo. No todo es negativo, son procesos, pero bueno, en el medio está la gente que está sufriendo en todos los aspectos».
El panorama legislativo
Aunque la oposición necesita reunir el quórum necesario para sesionar, de 129 diputados, en caso de conseguirlo podrían avanzar con ciertas modificaciones a la ley actual, que genera una enorme discusión desde su nacimiento.
Si bien, los legisladores de La Libertad Avanza (LLA) y algunos del PRO apuntan a la derogación de la ley, la gran mayoría de los que integran el conjunto de los bloques que pidieron la sesión -Juntos por el Cambio, Interbloque Federal, Provincias Unidas y LLA- busca una reforma de la ley actual.
Los cambios principales apuntan a reducir el plazo mínimo de contrato y llevarlo nuevamente a 2 años; y además, volver a un esquema de ajuste cada 3 o 6 meses, en base a un índice que acuerden entre las partes, un esquema similar al previo a la ley.
Pero para ello, la oposición debe asegurarse el quórum. En caso de conseguirlo, el oficialismo bajaría a defender su dictamen de mayoría de junio de 2022, la última vez que se discutió la reforma de la ley, en donde se propone mantener el plazo de 3 años y los ajustes anuales, pero con beneficios impositivos para los propietarios que vuelquen sus propiedades al mercado de alquiler y, de esta manera, incentivar la oferta.
Como por ejemplo, que los monotributistas propietarios no deban pasar al régimen impositivo general si tienen alguna propiedad en alquiler, o contemplar una reducción en el pago de bienes personales.
En efecto, el oficialismo tiene la decisión de mantener los ejes centrales de la actual ley, que establece tres años de convenios entre inquilinos y propietarios y una actualización anual de los valores que se acuerden entre las partes.