Durante la noche del domingo, en Itatí, murió el narco Federico «Morenita» Marín, tras protagonizar un tiroteo con fuerzas federales. El correntino era uno de los delincuentes más peligrosos y buscados del país, luego de su fuga a principios de año, mientras se encontraba en prisión domiciliaria.
Fuentes policiales confirmaron que Marín, de 34 años, era buscado intensamente cuando, a las 21.45, fue detectado en el centro de localidad, sobre la calle Los Benedictinos casi Gamarra, en cercanías de la terminal de ómnibus. Ahí fue cuando el narco se enfrentó a balazos con los efectivos de Prefectura y de la Policía Federal. Como resultado, el delincuente fue abatido y tres agentes resultaron heridos.
El momento posterior al tiroteo fue captado en imágenes donde se puede ver como las mujeres entran en crisis de llanto y nervios cuando ven el cuerpo de Marín en el asfalto junto al cordón de la vereda. En el video se escucha como la hija del delincuente arremete contra el personal de asistencia que ayudó a los efectivos heridos: “¿A él lo van a ayudar? Que se pudra, a mi papá que no está respirando no le hacen nada. ¿Qué están haciendo? ¿A él lo llevan? Pero mi papá se está muriendo ahí hace 10 minutos. Mataste a mi papá, me dejaste sin mi papá”.
Luego, el cuerpo de Marín fue trasladado, en principio, al hospital de Itatí.
Vale recordar que seis meses atrás, Marín había sido el protagonista de una fuga mientras era enjuiciado en un debate abierto en el Tribunal Oral Federal por supuestas coimas del narcotráfico en un juzgado.
Durante ese proceso, el contrabandista se había acogido a la figura del imputado colaborador en un acuerdo con la Procuraduría de Narcocriminalidad y el Ministerio Público Fiscal federal para delatar a las autoridades judiciales.
Por su condición de arrepentido, Marín había sido beneficiado con prisión domiciliaria en una casa ubicada en el conurbano bonaerense, donde cumpliría dos condenas por narcotráfico. Sin embargo, durante una salida a un hospital para tratarse una supuesta hemorroide se fugó sin que se conocieran datos fehacientes de su paradero, hasta la actualidad.
El delincuente correntino estaba asociado a la causa Sapucay en la localidad correntina, y se trataba de uno de los tres «capos» narcos que manejaba el narcotráfico desde Paraguay hacia el país, con vínculos con la peligrosa banda de «Los Monos» en Rosario, Santa Fe. En 2018 fue atrapado por Gendarmería Nacional en Itatí.
FUENTE: EL LIBERTADOR