En el Congreso nacional avanza el debate por la reducción de la jornada laboral. Posturas acerca de la productividad, calidad de vida, distribución de ingreso y el escenario económico argentino forman parte de la discusión multisectorial. Ante esto, Radio Unne dialogó con distintos referentes que aportaron su visión sobre la legislación del trabajo vigente en el país.
En la Argentina la jornada laboral se rige por la Ley 11544 de 1929, que fija 48 horas semanales como máximo, 8 horas por día, incluyendo los sábados. «Esto se basa en un convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 1919. Luego, la misma entidad en 1935 limitó la jornada a 40 horas. Y esto fue lo que la Argentina ya no actualizó», explicó Juan Carlos Díaz, abogado laborista y docente de la Facultad de Derecho de la Unne.
El letrado, expuso que algunos de los proyectos que se encuentran en discusión apuntan a pasar de 48 a 40 horas, mientras que otros proponen reducir la jornada a 36 horas; a distribuirse de distintas maneras entre cinco o seis días de la semana. La Comisión de la Legislación del Trabajo es la que se encuentra convocando a representantes gremiales, empresariales, funcionarios, intelectuales para solicitar su punto de vista.
Entre los disertantes, las cámaras empresarias expresaron la principal resistencia, apuntando a que la discusión debe darse por convenio hacia el interior de cada sector económico.
En tanto, funcionarios del oficialismo y los representantes sindicales se mostraron a favor. Una vez que se pueda determinar un proyecto en conjunto, podría emitirse un dictamen para votarse en el recinto de la Cámara de Diputados.
Díaz señaló que hay puntos de acuerdo, como avanzar hacia la reducción horaria sosteniendo el valor del salario; así como también el reconocimiento de los beneficios que traería en base a las experiencias de otros países: «La Argentina junto a México y Colombia, somos de los pocos países que mantenemos una jornada de 48 horas o más. El resto de los países, Chile, Brasil y Uruguay, vienen trabajando en promedio de 40 horas».
Productividad y distribución de ingreso
El docente de la Unne expuso que las experiencias internacionales indican que la calidad del trabajo y la capacidad de producción tiende a disminuir con el paso de las horas; mientras que también está comprobado que disminuye el ausentismo e incrementa el rendimiento de los empleados al reducir el agotamiento psicofísico. Además, sumó la perspectiva de distribución funcional del ingreso.
«El enfoque de distribución funcional del ingreso es ver cómo se reparte el Producto Bruto Interno (PBI) entre los dos factores de producción: trabajo y capital. Los dos elementos que son condicionantes de esa distribución son la jornada y el salario. Entonces, en la medida que se reduzca la jornada, manteniendo el salario, genera un efecto positivo colaborando con la distribución funcional del ingreso», detalló Díaz.
Sin embargo, calificó como el punto más discutible el argumento que genera más puestos de trabajo: «Lo que muestran los estudios es que habría un mejor reparto del trabajo existente, pero no se generan puestos por la modificación de una ley laboral. Más allá de que pase por el Congreso Nacional, esto tiene que ser aprobado por las provincias y contemplado por las diferentes federaciones empresariales, cámaras de comercio y gremios», apuntó el abogado.
Postura empresarial
Desde el sector empresarial apuntaron a la necesidad de estudiar estas iniciativas con una mirada de la coyuntura económica argentina. Los altos índices de inflación, la caída del poder adquisitivo y el aumento de la pobreza estructural en la Argentina. Radio Unne conversó al respecto con Jorge Gómez, de la Federación Económica de Corrientes (FEC).
«Son proyectos que no están contextualizados en las dificultades que está atravesando el país. Si bien es cierto que hay muchas naciones que lo aplican como Inglaterra, Noruega, Países Bajos, Francia, Alemania; tienen algunas características que son importantes tener presente antes de hablar de este tema», apuntó Gómez.
El empresario opinó en el aire de la 99.7 que la estabilidad económica y la transformación digital, que generó en sí mismo reducción de trabajo producto del reemplazo de tareas por la aplicación de tecnologías, serían algunos de los factores que permitieron a estos países tener una reducción de la jornada laboral.
Las diferencias entre las provincias, sectores, empresas pymes, convenios colectivos de trabajo serían también cuestiones necesarias a observar en el debate: «Una manera de participación ciudadana es dar nuestra opinión a nuestros representantes. Personalmente he hablado con varios legisladores, algunos ya me dijeron que iban a ir por rechazo. Este momento de elecciones genera muchos ruidos, muchas distorsiones, primó la idea de que tratemos de conversar pasado el 22 de octubre».
Diputados escucharon voces a favor y en encontra
La Comisión de Legislación Laboral de la Cámara de Diputados retomó el miércoles el debate de los proyectos de reducción de la jornada laboral, mientras continúa en la búsqueda de acuerdos para llegar a un texto de consenso que contemple llevar las actuales 48 horas a 36 semanales o a un máximo de seis diarias.
La reunión de este miércoles sumó una docena de testimonios de sindicalistas, representantes del sector empresario, académicos y abogados del fuero, que mostraron diferentes posiciones en relación con la iniciativa.
Durante la reunión de la comisión presidida por Vanesa Siley (Frente de Todos), el cosecretario general de la CGT Héctor Daer afirmó que «a los argentinos nos tiene que agarrar un poquito de escozor la situación en que estamos», al referirse a las 48 horas mínimas de trabajo semanal en comparación con las 36 o 40 que ya se implementan en otros países. «En el acto por el 1 de Mayo (Día del Trabajador) la CGT planteó que este año íbamos a trabajar por la reducción de la jornada laboral, para los que dicen si es conveniente o no en este momento», dijo el sindicalista.
Para Daer «hay que establecer claramente una jornada mínima y plazos para que, si se tiene que articular, se haga, si es necesario que se profundice el debate», agregó.
En el mismo sentido, el secretario gremial de la CGT y adjunto del sindicato mecánico (Smata), Mario Paco Manrique, sostuvo que «mejorar la calidad de vida de las personas en la reducción de la jornada laboral significa darle una mejor calidad de vida integral a la sociedad».
«Cuando hablamos que la reducción no debe ir acompañada de reducción salarial, estamos manteniendo, no solo el poder adquisitivo a los trabajadores, sino que también en cierta medida se lo estamos aumentando», dijo el dirigente gremial.
El abogado laboralista de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan José Etala, señaló que «no parece adecuado el momento en que se decidió avanzar en este complejo tema, no parece que en este escenario se pueda hablar de reducción de jornada laboral, ya que sólo aumenta la presión sobre el sector formal y no sobre los trabajadores no registrados, que es adonde se debe apuntar».