En los últimos años, la relación fiscal entre la Nación y las provincias ha estado marcada por una creciente centralización y asimetría en los ingresos y egresos de cada jurisdicción.
Por este motivo, el gobierno de la Nación confirmó el lanzamiento de un nuevo programa destinado a ordenar las cuentas entre administraciones contribuyendo a la dilución de pasivos en las cajas públicas.
En la jornada del jueves 31, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, anunció que el Presidente ha tomado la decisión de hacer un «borrón y cuenta nueva en las compensaciones entre las provincias y la Nación».
El anuncio apunta a revertir décadas de desigualdades fiscales, las cuales, de acuerdo con Catalán, han sido un obstáculo para el desarrollo de un verdadero federalismo en Argentina.
De acuerdo al anuncio, con este régimen, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires podrán sumar al programa aquellas deudas que consideren necesarias.
El gobierno nacional, a su vez, consolidará sus propios compromisos con cada una de estas jurisdicciones.
Mediante este mecanismo, se acordarán compensaciones, conciliaciones y otras transacciones que permitan cancelar deudas, sumando créditos y saldos de forma transparente y equitativa.
CRECEN LAS EXPECTATIVAS
Desde distintas carteras de Hacienda, se adelantó a LA VOZ DEL CHACO, que en el ámbito local se esperará a que el gobierno nacional difunda los términos del decreto de implementación del nuevo régimen.
Desde entonces, cada provincia y la Ciudad de Buenos Aires tendrán un plazo de 30 días para expresar su intención de sumarse al régimen.
Una vez manifestada la voluntad de adherirse, los distritos interesados dispondrán de un máximo de 60 días para presentar la documentación que respalde la legitimidad de las deudas que se incluirán en el sistema de compensaciones.
Según se anticipó, el proceso no solo establece plazos específicos, sino que también promueve la transparencia y la rendición de cuentas en la administración de los compromisos financieros de cada distrito.
Al unificar y documentar las deudas, el Régimen de Reparación Federal se propone como una herramienta para el control y la estabilidad fiscal de las provincias.
En ese sentido, Catalán destacó que este régimen es una invitación a los gobernadores para «mirar hacia el futuro y trabajar juntos, con el firme objetivo de encontrar soluciones que le den un orden a las provincias y a la Nación.
Hacia una
nueva etapa de cooperación
La deuda acumulada entre Nación y provincias ha sido un desafío recurrente en la historia reciente del país.
Con el Régimen de Reparación Federal, el Gobierno espera sentar las bases para una relación financiera más equilibrada y transparente.
En esos términos, el programa se presenta como un espacio de colaboración y, al mismo tiempo, como una oportunidad para que las provincias puedan resolver sus deudas históricas sin poner en riesgo su desarrollo.
Para ilustrarlo, Catalán subrayó: «La Nación no debe ser un corsé que impida el crecimiento de las provincias.
En cambio, la intención es que el Estado nacional funcione como un facilitador para el crecimiento regional.
Un paso hacia el equilibrio
Según se destaca desde la cartera nacional, el programa tiene como objetivo central la estabilización de la macroeconomía y el equilibrio fiscal, una de sus prioridades actuales.
En ese sentido, el régimen buscará sentar las bases de una administración financiera ordenada, donde la Nación deje de ser un factor limitante para el desarrollo de las provincias y se convierta en un facilitador para el crecimiento y la equidad territorial.
Al respecto, Catalán subrayó la necesidad de construir un federalismo auténtico en la Argentina. «Uno de los pilares de nuestro Gobierno es el ordenamiento de la macroeconomía y el equilibrio fiscal», declaró.
Según él, se trata de poner en marcha un régimen que permita a las provincias desarrollarse sin trabas ni subordinaciones, fomentando un modelo de gestión en el que cada jurisdicción pueda avanzar hacia una estabilidad económica con mayor independencia.
Catalán resaltó que la Argentina se rige bajo un sistema federal según lo establece la Constitución nacional, pero reconoció que durante años las prácticas políticas de distintas gestiones han tendido a un modelo unitario.
«Debemos dar inicio a una nueva etapa federal en serio en la Argentina», enfatizó, explicando que esta propuesta pretende corregir el rumbo y restaurar los principios de un verdadero federalismo, en el que las provincias cuenten con mayor autonomía y responsabilidad fiscal.
El funcionario precisó que el proceso de compensación de deudas y créditos entre la Nación y las provincias será implementado a través de acuerdos específicos con cada jurisdicción.
Estos convenios establecerán las condiciones para la cancelación ordenada de los saldos de deuda, permitiendo a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires resolver sus obligaciones sin comprometer su autonomía financiera.
En caso de que el saldo final sea favorable a la Nación, se prevería que las provincias puedan cancelarlo mediante un porcentaje de los recursos que reciben en concepto de coparticipación, asegurando así que el saneamiento fiscal no interfiera con su capacidad de financiamiento.
Con este enfoque, el Gobierno buscará promover una relación más equitativa entre la Nación y las provincias, contribuyendo a una distribución de recursos que respete la autonomía de cada jurisdicción y fortalezca el federalismo, en aras de una Argentina más integrada y con igualdad de oportunidades para todas sus regiones.