Mediante la sanción de la Ley 3966-G, por parte de la Legislatura el pasado miércoles, el Chaco conmemorará cada 14 de noviembre el Día Provincial de la Diabetes, en coincidencia con el Día Mundial de la Diabetes (DMD) creado en 1991 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de la Diabetes, en homenaje al nacimiento de sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina en 1922.
La norma fue impulsada por la legisladora provincial Andrea Charole con la finalidad de realizar campañas de difusión de esta patología para la toma de conocimiento de la población.
En la Argentina, según los últimos datos del Ministerio de Salud (2018), el 12,7% de la población adulta tiene diabetes, lo cual representa un aumento con respecto a reportes anteriores, pero lo más preocupante es que el 45% desconoce su diagnóstico. En el primer trimestre de 2024 se realizará una nueva evaluación a nivel nacional.
Mientras que en América Latina el crecimiento de esta patología ha cuadriplicado sus estadísticas en comparación a 1980 hasta la actualidad, de 108 millones de casos pasó a 463 millones en 2019 en todo el mundo convirtiéndose así en la cuarta causa de muerte. En el mundo, estiman que el 7,5% de los adultos de entre 20 y 79 años (374 millones de personas) tienen prediabetes.
Informes de la OMS destacan que las personas diagnosticadas con diabetes enfrentan un riesgo cardiovascular y de accidentes cerebrovasculares significativamente mayor en comparación con aquellas que no padecen esta enfermedad, llegando a veces a incrementarse en dos o tres veces más que aquellos que no padecen esta condición», explicó el doctor Sergio Giménez (MP 5679), cardiólogo y miembro de la Federación Argentina de Cardiología.
La diabetes es una enfermedad prevalente, en constante crecimiento y con fuerte impacto en la morbimortalidad debido a las complicaciones asociadas.
Una de cada tres personas con diabetes desarrollará patología oftalmológica y el 40%, enfermedad renal crónica. La diabetes continúa siendo la principal causa de ingreso a diálisis en los países desarrollados y del 60% de las amputaciones no traumáticas.
Sobre la patología
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, puede clasificarse en diabetes tipo 1, caracterizada por la ausencia de síntesis de insulina; o tipo 2, que se representa por la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina, que conlleva frecuentemente al exceso de peso o inactividad física.
Un tercer tipo constituye la diabetes gestacional, en la que se detecta la hiperglucemia por primera vez durante el embarazo. Todos los tipos de diabetes pueden provocar complicaciones en diversas partes del organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura. Además, provoca el aumento de factores de riesgo conexos, como el sobrepeso o la obesidad.
La diabetes tipo 2 es la más común: representa el 90% de los diagnósticos. Es más frecuente en personas con obesidad y sobrepeso. Antes, la padecían sobre todo los mayores de 40 años. Sin embargo, debido al incremento de la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación, esta variante de la diabetes está aumentando en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
Mientras que la prediabetes es una condición caracterizada por niveles de glucosa en sangre superiores a los normales, pero por debajo del umbral para el diagnóstico de diabetes. Quienes padecen prediabetes tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2: se espera que el 50% de ellos la presentará dentro de los cinco años.
Prevención
Si bien es una enfermedad que, para desarrollarse, depende de que haya una predisposición genética. Por eso, no se puede decir que es posible «prevenirla», sí se puede ayudar a retardar o enlentecer su aparición, y evitar las complicaciones, al adoptar una alimentación saludable y otros hábitos.
Estos factores de riesgo son modificables, sobre los cuales se puede actuar para retrasar o prevenir la diabetes tipo 2. Haciendo un plan alimentario adecuado, manteniendo un peso saludable y ejercitando regularmente (actividad aeróbica y de fuerza).
Además, es necesario mejorar la vigilancia de la prediabetes para implementar eficazmente políticas e intervenciones de prevención de la diabetes. La intervención intensiva en el estilo de vida, modificación de la dieta y aumento de la actividad física pueden reducir significativamente el riesgo de progresión a diabetes tipo 2.
Estos hábitos saludables también resultan esenciales para evitar las complicaciones que suele generar la diabetes. Al ser una condición crónica y progresiva, si no es tratada adecuadamente puede afectar la retina, los riñones, los nervios, el corazón, el cerebro y los miembros inferiores.
Asimismo, es fundamental un mejor acceso a la educación en diabetes para los profesionales de la salud y los pacientes debido a que más del 90% de los cuidados de la diabetes son autocuidados y requieren una gestión las 24 horas del día.