El conmovedor juramento de un veterano de Malvinas como diputado nacional. Ironía para Milei.
El diputado nacional justicialista Aldo Leiva, juró este jueves su cargo, tras revalidar su banca en las últimas elecciones. Y al hacerlo, reivindicó su condición de veterano de la guerra de Malvinas, lanzando un mensaje a quienes, como Javier Milei, admiran a Margaret Thatcher.
«Por la memoria de mi padre, por mi madre, por mi familia, por mi pueblo José de San Martín en la provincia de Chaco, por mis camaradas muertos en Malvinas, para que ningún argentino bien nacido admire a la criminal de guerra Margaret Thatcher, ¡sí, juro! ¡Viva la Patria!» Así se expresó Leiva, en medio de aplausos.
Tenía 19 años y cumplía el servicio militar obligatorio cuando fue llevado a las Islas Malvinas para luchar en el conflicto bélico contra el Reino Unido. Al momento de viajar al archipiélago revistaba en el Regimiento de Infantería Mecanizado 4 del Ejército Argentino en Monte Caseros, en la provincia de Corrientes. Permaneció en las islas hasta la rendición del 14 de junio de 1982.
Javier Milei ha manifestado su admiración por Thatcher aun cuando sobre la expremier británica pesa el hundimiento del Crucero General Belgrano, que ordenó la dirigente británica el 2 de mayo de 1982. En ese momento, el barco de la Armada se encontraba fuera de la zona de exclusión decretada por el Reino Unido y navegaba alejándose de la zona del conflicto. Tras recibir un torpedo de un submarino murieron 323 tripulantes.
El presidente electo reivindicó abiertamente las políticas neoliberales de Thatcher, hoy cuestionadas en el Reino Unido, y el recuerdo de Malvinas no hizo mella en su fervor por la figura de la Baronesa. Incluso, respecto de Malvinas, Diana Mondino, futura canciller, llegó a declarar a The Daily Telegraph que es proclive a discutir la autodeterminación de los kelpers, algo en contra del mandato constitucional, que desde 1994 plantea como irrenunciable el reclamo argentino; además de que los habitantes de las islas son ciudadanos británicos y no una tercera parte en disputa, en lo que es un litigio bilateral.
La memoria de los veteranos impide que sean tolerables los elogios a Thatcher.