Un grupo de especialistas de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), en colaboración con pares de otras instituciones, tiene a su cargo el proyecto de elaboración de los borradores para la actualización del Reglamento Argentino de Acción del Viento Sobre las Construcciones (Cirsoc102).
«Estamos próximos a concluir el trabajo, con el que esperamos aportar a una normativa en línea con los estándares más modernos», destacó Bruno Natalini, responsable del proyecto.
Cirsoc 102 se aplica a todas las construcciones dentro del territorio de la República Argentina. Así, los edificios y otras estructuras, incluyendo tanto su sistema principal resistente a la fuerza del viento como sus componentes y revestimientos, se deben diseñar y construir para resistir las cargas de viento que se especifican en el mencionado reglamento, el cual es de uso obligatorio para construcciones con financiación del Estado nacional y guía la labor de profesionales del área de la construcción.
El estudio, edición 2005, se encuentra en tarea de actualización, trabajo que se enmarca en un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) de la Unne.
Los PDTS son proyectos que producen un resultado para un tercero adoptante, que es el Cirsoc, y el producto a entregar son los borradores del reglamento y sus comentarios, y los mapas de vientos extremos actualizados de la Argentina.
El proyecto de actualización se encuentra en sus instancias finales, y se espera a la brevedad poder presentar las propuestas formales para que sean puestas en discusión por parte del órgano competente.
«Las modificaciones propuestas toman en cuenta aspectos de normativas internacionales de referencia, pero con adaptaciones y aportes provenientes de desarrollos locales, así como de la experiencia de los usuarios locales», explicó Natalini, investigador de la Unne y coordinador del proyecto de actualización junto con Gustavo Balbastro, de la Universidad Tecnológica Nacional de Paraná.
Ambos profesionales son coordinadores de la Comisión Permanente de Acción del Viento del Centro de Investigaciones de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para las Obras Civiles (Cirsoc).
Natalini brindó detalles del trabajo que se viene realizando para presentar una propuesta de normativa de avanzada, acorde a los últimos avances tecnológicos. Al tiempo que destacó que se trata de una tarea que se viene concretado de manera colaborativa con profesionales de distintas instituciones, y fuerte presencia de especialistas de la Unne.
Los reglamentos
del viento
La primera generación de reglamentos de seguridad en las construcciones de la Argentina fue publicada a principios de la década de 1980 por el Cirsoc.
En el caso de la acción del viento, el reglamento 102, en esa primera generación se basaba en normas francesas y británicas. A finales de la década de 1990 se inició la revisión del reglamento de la primera generación, y tras varios años se aprobó el reglamento 102-2005 que está vigente en la actualidad, pero ese documento se elaboró con especificaciones de normativas de los Estados Unidos, en particular la norma conocida como ASCE7-98, siendo que esa norma estadounidense tuvo actualizaciones posteriores en 2002, 2005 2010, 2016 y 2022.
Ante la necesidad de avanzar con reglamentos de tercera generación, en el año 2017 las autoridades del Cirsoc convocaron Natalini y Balbastro para coordinar la Comisión Permanente de Acción del Viento, y comenzar la redacción de los borradores de la actualización del reglamento.
Así, se inició el trabajo de actualización, que reúne a más de 25 investigadores de la Unne y la colaboración de especialistas de otras instituciones del país.
Detalles del trabajo
La tarea se enmarca en un PDTS de la Unne, denominado Actualización de estándar argentino de seguridad de obras civiles ante la acción del viento. Según el proyecto, el equipo a cargo de la iniciativa debe producir los borradores del Reglamento Cirsoc 102 que serán puestos a discusión pública en la próxima revisión, así como los borradores de los comentarios.
También debe producir mapas de vientos extremos de Argentina aptos para incorporar al reglamento manteniendo la metodología usada por los autores del mapa en vigencia, pero incorporando los registros de velocidades de viento posteriores a 1990 y aumentando el número de estaciones del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) consideradas.
«Esperamos pronto concluir esta tarea, y que argentina pueda contar con la tan esperada actualización del reglamento», indicó Natalini.