Este viernes arrancó en la capital provincial la entrega de bolsines navideños por parte del municipio. Las postales son de una Argentina que duele.
Por Patricia Muñoz (*)
Fotos: Osvaldo Ramírez
Una foto, siempre, vale más que mil palabras. Es este caso. Resistencia muestra una de sus caras más tristes: familias enteras soportando el calor y la espera por un bolsín navideño. La situación que se repite a lo largo y ancho de la provincia, pero también del país, causa un dolor tremendo en el corazón porque son «hermanos», son «pueblo», hombres, mujeres, niños que esta Navidad y Año Nuevo intentarán pasarla lo mejor posible.
No es la primera vez que Argentina exhibe esta postal que marca la pobreza en un país rico por la gran cantidad de alimento que produce, pero que no llega a todos.
Diciembre se vive de otra manera, cada uno con su realidad, todos con problemas distintos, porque también está presente el sentimiento de la incertidumbre en estos tiempos por los recientes anuncios y las medidas drásticas del DNU de Javier Milei. Los análisis son distintos, hay muchas aristas según la ideología de cada uno, pero, todos -incluso el propio Milei- es consciente de que una vez más el que sufrirá el cimbronazo será el pueblo.
Un dirigente gremial me dijo en las últimas horas que el Chaco tiene una de las cifras más bajas de desempleo (entre el 6% y el 7%), pero también reconoció una dura realidad que en las estadísticas no se habla: que no haya desempleo no significa que no exista pobreza. Gran parte de esos laburantes tiene trabajo, pero el sueldo no le alcanza para llegar a fin de mes.
Las estadísticas para los que saben. Pero me permito citar en estas líneas una afirmación de Alberto Müller, de la Universidad de Buenos Aires-FCE-CESPA, publicada hace un mes en Página 12: “No es el 40%, ni es pobreza. La medición referida a la población bajo la línea de pobreza en Argentina es problemática: por la canasta de referencia, la forma en que se relevan los ingresos y el significante que toma la palabra pobreza”.
Y un dato más: en el último informe del Isepci, en el Chaco, la Canasta Básica Total (CBT), sufrió un incremento del 15,54% y pasó a costar $365.999,70. Sí, una familia chaqueña necesita (ba – el dólar oficial pasó a valer $800 y otra vez hubo devaluación) casi $400 mil para cubrir lo básico.
Para completar, el País de España analiza lo que sucede en Argentina con un realidad que será aún más dura: El Gobierno del ultra Javier Milei ha comenzado la operación a corazón abierto de la economía argentina y el país aguarda las consecuencias. Las más visibles, 24 horas después, son una rápida subida de precios, de hasta el 100%, y la reacción tranquila de los mercados, cita. Y en esa línea extrae la opinión del economista Juan Manuel Telechea.
Telechea cree que en los próximos meses la inflación rondará entre el 30% y el 40% mensual, dada la magnitud de la devaluación. De ser así, advierte, los aumentos de ayudas sociales anunciados para los sectores más vulnerables serán “muy insuficientes” tanto por el monto como por la dificultad del Estado para llegar a aquellos que trabajan en la más absoluta informalidad. El 40,1% de la población argentina es pobre y el 9,3%, indigente, es decir, sus ingresos no le alcanzan para comprar alimentos.
En lo personal, creo, confío que el pueblo resurgirá a pesar de los gobernantes, y sus «mágicas recetas», hasta ahora todas fallidas, porque es el pueblo soberano que vive en democracia y elige sus gobernantes. Todos queremos que a Argentina le vaya bien, no a un gobierno o a un sector político, sino al pueblo. En 40 años de democracia y con mucha agua corrida debajo del puente algo tiene que cambiar. Ya probamos todos los partidos, todas las ideologías, doctrinas, recetas, ¿alguien, alguna vez acertará? Ojalá que sí.
¡Feliz Navidad! Donde haya una mesa con gente reunida, hablando, y compartiendo aunque sea lo más mínimo, eso es lo más importante. Lo material, es necesario, pero siempre va y viene.
(*) Periodista, jefa de web y redes