Improvisación o estrategia. Para entender al personaje hay que estudiar su perfil. ¿Es loco o se hace el loco? El reportaje que se publica apunta a que el público lector desentrañe por sí mismo la línea de pensamiento de quien llega sin deber nada a nadie. Que descree del sistema político. Que considera el ejercicio de la Presidencia como un trabajo y que está llamado a cumplir una misión, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Que está dispuesto a recuperar el sentido de autoridad y de respeto a las fuerzas de seguridad, y a dar la pelea tanto a los poderosos como a los caciques gremiales o a los jefes piqueteros.
En pleno debate por el DNU, respecto al cual no está dispuesto a dar marcha atrás, sorprendió con un megaproyecto que paradójicamente no incluye la reforma a Ganancias que desvela a los gobernadores. Con ello, abre un escenario nuevo volcando la atención sobre el Congreso de la Nación.
El debate para los que buscan protagonismo, desde Lilita Carrió hasta Miguel Pichetto, exponentes de un tiempo superado. Para los opinólogos del Derecho y de las formas. La duda que queda es si no se apunta a distraer el foco de atención, con una cortina de humo, para consolidar lo que realmente interesa que es la vigencia de un DNU que contra viento y marea regirá desde la medianoche en todo el país.
Juega con los tiempos y apuesta a que la implementación de las medidas reviertan los números de la economía. Los primeros indicios están a la vista. El precio de la carne en sostenido retroceso. El dólar blue planchado aún con marchas, movilizaciones y paros. Un verano caliente en el que todo está por verse.
Los gobernadores están con la lengua afuera, comenzando por el del primer Estado argentino, que jugó muy fuerte sin considerar que debe tener espaldas para aguantar en una situación muy complicada como es la de la Provincia de Buenos Aires. La ley que esperan no se incluye en el megaproyecto.
Algo que no parece ingenuo
Son 351 páginas que contemplan 664 artículos. La ambiciosa «ley ómnibus» entregada en el Congreso incluye profundos cambios en materia económica, impositiva, fiscal, electoral, social y de seguridad. Iniciativas controversiales si las hay como: la reforma electoral, la legítima defensa, las manifestaciones y cortes de calle, el blanqueo laboral, la privatización de las empresas públicas, las retenciones al campo y la energía, la educación, el divorcio simplificado son solo algunas de las iniciativas que generaran profundos debates con intereses encontrados que pondrán en crisis a las alianzas, a lealtades y a las solidaridades dentro de los distintos frentes.
Milei sabe que dio pasto para las fieras. Un centro envenenado que moverá el avispero. Algunas propuestas gozan de elevado consenso social, como la de la legítima defensa, la reglamentación de cortes de calles y rutas, o la imposición de pagos para extranjeros no residentes en la educación pública.
Otras, como la reforma electoral, generan divisiones entre provincias, algunas ganan y otras pierden diputados. Solo dos conservan la misma cantidad, siendo Corrientes una de ellas. En este zarandeo, parece claro que el presidente es quien sale beneficiado. A los gremios los pone en evidencia al descubrir los privilegios por los que ahora protestan después de una larga siesta.
Lo que está claro es que el Gobierno cambió el epicentro del debate. Sacó las farolas del DNU y las trasladó al megaproyecto con debate abierto en el Congreso de la Nación, quitándole a los legisladores las vacaciones que la mayoría ya había organizado.
El Presidente tiene en claro que algunas leyes saldrán, otras se modificarán y otras quedarán durmiendo el sueño de los justos. Milei podrá decir que ha cumplido, elevó sus propuestas y lo que considera «la casta» las ha frenado. Su interés radica en el DNU, y frente a su decisión de no dar un paso atrás, sabe que el tiempo juega a su favor.
Sigue la política del hecho consumado y es consciente de que es más que difícil que las dos cámaras del Parlamento coincidan en algún momento en rechazarlo. Juega a su favor la grieta, de la que piensa sacar ventaja, exponiendo al kirchnerismo como el malo de la película frente a un peronismo que no logra recuperar liderazgo, definición de políticas y una estrategia acorde a la necesidad de no hacerle juego al macrismo.
La ausencia de conducción en el PJ nacional no es novedad. Un Presidente que nunca asumió como tal y que hoy está alegremente en el extranjero, con un partido que no funciona. Un escenario propicio para alguien como Milei que saca ventaja de la torpeza tanto de lo que fue Juntos por el Cambio con un radicalismo y un peronismo que no logran recuperar su vigencia como las dos fuerzas que supieron ser hasta dos décadas atrás, cuando frente a la crisis, menor que la presente, de 2001, había dos partidos con fortaleza para lograr una salida institucional consensuada en un gesto de responsabilidad que hoy no podría lograrse.
Los que ponen en duda la continuidad del Presidente y apuestan a la posibilidad de que no termine su mandato fantasean con una asamblea legislativa que hoy no estaría en condiciones de coincidir en una figura con número suficiente y espaldas para sobrellevar la crisis que heredaría.
Hay iniciativas que respaldan a las fuerzas de seguridad, jerarquizan su accionar y les dan margen para ejercer su función específica de imponer la autoridad y reprimir si se trata de reponer el orden. Vuelve a jugar a favor de ellas la presunción de legalidad en los procedimientos y se revaloriza su función específica, algo que el peronismo nunca puso en duda, al igual que Juan Domingo Perón, un general de la postguerra imbuido del principio de autoridad que siempre supo hacer valer durante sus tres presidencias, incluso en la última cuando, ya anciano, no dudó en expulsar de la Plaza de Mayo a quienes pretendieron desafiar su autoridad en el mando.
Lo propio ocurre con la legítima defensa. La nueva ley respalda a quienes se defienden y los habilita para actuar con mayor lógica, modificando los criterios interpretativos que tanto malestar social produjeron en casos que terminaron siendo víctimas de un sistema que más parecía proteger al delincuente.
Estas iniciativas generan un fuerte respaldo de la inmensa mayoría de los argentinos que viven en un clima de inseguridad creciente y que no se sienten protegidos por el poder político que, a través de los años, se ha desentendido de la realidad diaria al amparo de un falso garantismo que ha hecho mella en la sociedad.